El último informe sobre la situación del catalán entre los jóvenes, presentado por la primera Encuesta de la Juventud de las Islas Baleares, revela datos alarmantes sobre el retroceso del catalán entre la población joven de las Islas Baleares. Según las conclusiones del estudio, el número de jóvenes catalanohablantes que mantienen el idioma cuando se les habla en castellano ha pasado del 22,3 % al 8,7 % en los últimos 18 años. Esta preocupante tendencia pone de manifiesto el «desafío que supone preservar la lengua catalana en un contexto en el que las posibilidades de construir una sociedad cohesionada, participativa y solidaria son impracticables si los jóvenes no cuentan con rasgos identitarios que los vinculen y les hagan sentirse parte de una misma comunidad humana», defienden desde la Plataforma per la Llengua, a través de un comunicado de prensa. Para abordar esta situación, la entidad se reunirá con el Institut d’Estudis Baleàrics a mediados de febrero y concertará una reunión con la presidenta del Govern de las Islas Baleares, Margalida Prohens.
Los datos recogidos en el informe indican que solo un 7,2 % de los jóvenes se dirigen en catalán a personas desconocidas, una cifra muy baja si se compara con el uso general del castellano en este contexto. Este fenómeno es más evidente entre los jóvenes de menor edad: el 32,2 % de las personas de entre 15 y 19 años cambia de idioma cuando se les habla en catalán, mientras que esta cifra se reduce al 18,3 % entre los de 30 a 34 años.
Esta tendencia, que ya era conocida en círculos académicos y sociales, se ha confirmado ahora con datos empíricos que muestran el debilitamiento de la presencia del catalán, especialmente en ámbitos sociales como las relaciones con desconocidos, las amistades e, incluso, en el ámbito laboral. Así, solo un 17,5 % de los jóvenes utiliza el catalán en el entorno laboral, educativo o universitario, una cifra que ha disminuido considerablemente respecto al 28 % de hace una década.
La encuesta también señala importantes disparidades territoriales. En las zonas más urbanizadas, como Palma, la realidad es aún más alarmante. Solo el 2,5 % de los jóvenes de Palma mantiene el catalán en la comunicación con desconocidos, mientras que la situación es algo mejor, aunque también preocupante, en Menorca y la parte rural de Mallorca, con porcentajes del 19,1 % y el 14,9 %, respectivamente. Así, el perfil lingüístico del joven de las Islas Baleares se ve influido de manera significativa por el territorio de origen, con grandes diferencias en el grado de implicación lingüística entre las diversas comarcas e islas.
Esta disparidad geográfica refleja una sociedad fragmentada en cuanto al uso de la lengua y pone de manifiesto que el fortalecimiento del catalán no ha sido homogéneo en todo el territorio. Además, el evidente desajuste entre el ritmo de crecimiento de la población y las políticas de acogida y normalización lingüística ha contribuido a agravar esta situación, siendo Baleares uno de los territorios más afectados por la llegada masiva de población foránea como consecuencia del turismo de masas. Este asunto fue mencionado en el seminario de lengua y turismo celebrado en Palma el pasado mes de noviembre, cuando Joan Miralles, doctor en sociología del turismo, recalcó que mantener el catalán como lengua vehicular donde no existe ningún proceso de inmersión lingüística es muy complicado.