Cuando los jóvenes catalanohablantes y castellanoparlantes interactúan, los primeros tienden a cambiar a la lengua de los segundos, por lo que el uso exclusivo del catalán es casi nulo mientras que sí se produce una práctica monolingüe entre los hablantes del castellano, según un estudio encargado por el Govern.
El Grupo de Investigación Sociolingüística de las Islas Baleares (Gresib) ha elaborado un análisis cualitativo y cuantitativo a instancias de la Dirección General de Política Lingüística que ha sido dado a conocer este lunes por las investigadoras Maria del Mar Vanrell y Xisca Castell.
De cuerdo a sus observaciones, «la convergencia lingüística al castellano es la práctica más habitual entre los jóvenes, como en el conjunto de la población» y es muy inusual el mantenimiento exclusivo del catalán.
«Los catalanolingües son quienes realmente ejercen de bilingües», incide el Greib, que considera que, aunque hay castellanohablantes que sí alternan el uso de las dos lenguas oficiales, «hay un sector que se comporta como monolingüe porque el entorno lo favorece».
El informe apunta que los jóvenes catalanohablantes son quienes más cambian a lo largo de su vida de la lengua materna al castellano, una tendencia que aumenta, indican las autoras del estudio, el primero en su género.
El secretario autonómico de Universidad, Investigación y Política Lingüística, Miquel Àngel Sureda, ha destacado la importancia de los jóvenes en la continuidad de la lengua catalana. Tal como se recoge en el estudio, los jóvenes son los encargados de proyectar el proceso de cambio hacia el futuro inmediato a través de su comportamiento lingüístico, entre otros motivos porque serán pronto los dirigentes y los referentes sociales y quienes transmitirán la lengua a las nuevas generaciones.
Por su parte, la directora general de Política Lingüística, Beatriu Defior, ha explicado que el estudio confirma las intuiciones que se tenían y que desde la Dirección General se han impulsado actuaciones en las líneas apuntadas por el informe, como por ejemplo la promoción de cambios en el comportamiento lingüístico a través de la campaña «Mou la llengua»; la creación de espacios de uso de la lengua catalana (como los conciertos Treu la Llengua, los concursos de youtubers o LaTroca, el encuentro de creadores de contenidos a las redes), y la difusión de la oferta de productos y servicios en catalán (Ib-musicat, muestras de videojuegos, festival de anime y manga…), entre otros, a pesar de que hay que profundizar en esta línea de trabajo.
La directora general ha destacado del informe la necesidad de dar un enfoque holístico a las actuaciones de planificación lingüística, puesto que para lograr los objetivos es necesario que todos los sectores implicados se comprometan a asumir el papel que los corresponde. “Las actuaciones necesarias dirigidas a los jóvenes de poco servirán si no van acompañadas de un proceso de mejora de la situación en el conjunto de la sociedad”, ha apuntado Defior. Además, la titular de Política Lingüística ha remarcado la importancia de que “los jóvenes reciban incentivos para emplear el catalán, por ejemplo reconociendo el dominio de la lengua en el ámbito laboral”.
Redacción / EFE