Joan Miquel Perpinyà / El pasado domingo por la tarde agentes Tedax, especialistas en lucha contra la guerra bacteriológica y química de la Guardia Civil, estuvieron desinfectando la UCI del Hospital Can Misses, zonas comunes con pacientes con coronavirus y también dependencias del personal de la misma planta. Días antes lo estuvieron haciendo en el Hospital Mateu Orfila de Menorca.
Este acto que a nadie debería extrañar, porque no lo habrán hecho por la buena de Dios, sino porque así se les ordenó y porque lo autorizó la gerencia del hospital, ha levantado ampollas a un puñado de personas en las redes sociales. Se trata de los del lazo amarillo a quienes tanta urticaria les causa cualquier noticia que protagonicen la Guardia Civil, las Fuerzas Armadas o cualquier otra institución del Estado. A ellos parece que les resulta más relevante quién hace qué antes que la tarea concreta que se haya realizado, por positiva y beneficiosa que sea. Mimetizan el comportamiento de algunos independentistas catalanes que se han enojado con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por permitir que militares colaboren en la lucha contra la pandemia. Recuerden que solo los estúpidos tiran piedras a su propio tejado.
Neus Prats, destacada activista del GEN-GOB, calificó la actuación de “vergonzosa” y “lavada de cara”, y añadió: “se supone que un hospital ya está desinfectado”.
Neus Prats, destacada activista del GEN-GOB, calificó la actuación de “vergonzosa” y “lavada de cara”, y añadió: “se supone que un hospital ya está desinfectado”. Además, contrapuso lo sucedido en Can Misses con lo acontecido en el Hospital Can Ruti de Badalona, donde se descartó la entrada de la UME para realizar labores de desinfección.
Es obvio que hay gente desequilibrada que detesta a la Guardia Civil y que preferiría que los guardias estén rascándose la barriga en los cuarteles antes que ir a pulverizar desinfectante a centros sanitarios para contribuir en lo posible a erradicar el Covid-19.
Calculo que si en algún momento necesitan ser intervenidos quirúrgicamente, Dios no lo quiera, exigirán ser trasladados a un quirófano de Can Ruti, donde las Fuerzas de Seguridad del Estado no hayan pisado jamás, antes que hacerlo en Can Misses.
Calculo que si en algún momento necesitan ser intervenidos quirúrgicamente, Dios no lo quiera, exigirán ser trasladados a un quirófano de Can Ruti, donde las Fuerzas de Seguridad del Estado no hayan pisado jamás, antes que hacerlo en Can Misses. Y que los profesionales que les intervengan acrediten el mayor nivel de catalán posible y si no lo hacen, que no les pongan la mano encima en ninguna circunstancia. Hacen bien. Son libres de comportarse como seres asilvestrados, que es lo que a menudo parecen.
Estoy convencido de que la inmensa mayoría de residentes en Ibiza no comparte en absoluto tal cortedad de miras y sus ridículos prejuicios. El fracaso del ‘procés’ los ha ofuscado y el hecho de que las Pitiusas sigan sin ser una parte de Catalunya les tiene rotos por dentro. Por algún lado deben exteriorizar tanta frustración y amargura y en Twitter han encontrado el estercolero que necesitaban. Una pena. Lo peor es que pretenden inocular al resto de la sociedad su intransigencia enfermiza, pero como se ve reiteradamente, la ciudadanía pasa de ellos. Normal. Yo preferiría infectarme antes de coronavirus. De largo.
«Yo preferiría infectarme antes de coronavirus»
No facis broma amb aquestes coses, Joan Miquel, que la Covid-19 és una malaltia seria i no et voldríem veure intubat sense poder escriure les teves ‘imparcials’ cròniques
Predicas contra lo que tu haces
Infraseres purulentos