Entesa d’Eivissa ha advertido mediante un comunicado del riesgo ecológico que supone la gasolinera de Santa Gertrudis, ubicada en el mismo lugar en el que en 2001 y 2002 se vertieron entre 20.000 y 30.000 litros de carburantes en el subsuelo, dando lugar al que han calificado como «el mayor desastre ecológico de la historia de las Illes Balears».
El grupo parlamentario ha explicado que algunos vecinos de fincas colindantes a estas instalaciones contactaron a principios de verano con Entesa para mostrarles su «preocupación e indignación por la contaminación que sufren desde hace años sus pozos», ya que aseguran que actualmente sus aguas todavía tienen restos importantes de hidrocarburos. Este verano, a raíz de la reinauguración de la gasolinera, la preocupación de estos vecinos incrementó.
Por este motivo, Entesa se reunió en agosto con la concejala de Medi Ambient de Santa Eulària, Antònia Picó, el concejal de Urbanisme, Mariano Juan, y la consellera de Medi Ambient del Consell Insular, Josefa Costa Ramon. En estos encuentros, Entesa fue informada de que la gasolinera contaba con todos los permisos necesarios y «cumplía con todos los requisitos legales». Sin embargo, al ser preguntados por las medidas que tenían planteadas para sanear la contaminación existente, según Entesa «no han sabido dar ninguna respuesta».
Entesa d’Eivissa planteó en octubre una serie de preguntas al Govern balear, en las que exigían explicaciones sobre la compatibilidad de abrir una gasolinera en el mismo lugar donde se produjo el vertido y cuáles eran las actuaciones que desde el gobierno autonómico se habían llevado a cabo para subsanar sus consecuencias. La respuesta que obtuvieron por parte del Govern aduce que «abrir una nueva gasolinera en el mismo enclave, todavía contaminado, no es incompatible con la descontaminación del acuífero». Asimismo, el Govern asegura que se ha descontaminado el lugar donde se tenían que situar los nuevos tanques de carburante y Entesa lamenta que no se hayan tratado los terrenos más allá del perímetro de la gasolinera.
Las alarmas volvieron a saltar el pasado 22 de noviembre, cuando se hundió parte del firme del terreno, un accidente que los técnicos municipales achacaron a la falta de compactación del material asfáltico. «Es muy grave que después de que los responsables de medio ambiente, tanto de Santa Eulària como del Consell de Eivissa, nos hayan dado su palabra de que todo estaba perfecto y que era la gasolinera más segura del país, todavía ho hayan puesto en marcha ninguna actuación para acabar de descontaminar toda la capa freática y, lo que es peor, la gasolinera continúe teniendo graves problemas y corramos el riesgo de que se vuelva a verter carburante», subraya Toni Oia, miembro de la ejecutiva de Entesa d’Eivissa.