El movimiento social ‘Extinction Rebellion’ prepara una nueva campaña de protestas, según han confirmado fuentes de la rama ibicenca de esta organización internacional, que, especialmente en el último año, se ha hecho notar en los medios de comunicación a través de sus performances y acciones directas; todas ellas, con el objetivo de denunciar el proceso de destrucción de la naturaleza y la biodiversidad.
En 2022, los militantes de Ibiza de Extinction Rebellion protagonizaron distintas movilizaciones llamativas: bajo el lema ‘Prou Jets Privats’, se hicieron oír en el aeropuerto de es Codolar, colocando pancartas en la terminal de vuelos privados y en la terminal regular; cortaron el Passeig Joan Carles I; e irrumpieron en una gala de influencers en el restaurante Lío o en un desfile de moda Adlib desplegando pancartas con mensajes relacionados con la situación del planeta, entre otros ejemplos. En estas acciones -normalmente, enmarcadas en la campaña internacional ‘Make them pay’ (Que paguen ellos, en referencia a las clases altas)- la organización buscaba captar la atención y llamar a la ciudadanía a la acción para revertir la situación medioambiental.
«La idea es lanzar la campaña el mes que viene y conseguir que la gente salga a la calle. Nuestros objetivos son informar y movilizar a la ciudadanía», explica Karen Killeen, fundadora Extinction Rebellion Ibiza. De hecho, para estas movilizaciones también tratarán de buscar la complicidad del resto de organizaciones ecologistas de la isla.
Uno de los temas estrella de la nueva campaña será el tráfico de jets privados en Ibiza, cuyo aeropuerto, en 2022, fue el segundo en España (y el décimo en Europa) en cuanto a tráfico de aviación privada, tal y como ha recogido NouDiari esta semana. En este sentido, Karen Killeen denuncia que «unos pocos», con su modo de vida, están causando un impacto ambiental que afecta al bienestar de todos, especialmente de las capas más vulnerables de la sociedad.
Añade que buscan unir a «al pueblo ibicenco»: «Esto no es una cuestión de unos pocos activistas ni de uno u otro partido político, sino que es un problema que nos afecta a todos. El mar se está calentando, la posidonia está en peligro e incluso podemos perder el turismo, ¿y qué haremos cuando Ibiza esté a 50 grados? La destrucción del planeta afecta a nuestra economía, a nuestra comida… Hay que unir a toda la sociedad«, añade Killeen en conversación con este medio.
En este sentido, una de las frases más popularizadas en el movimiento contra el cambio climático ha sido «No hay planeta B», y Killeen llama a ser conscientes de su significado: «Se ha vuelto a una frase que la gente dice, pero sin actuar en consecuencia; y es una frase 100% real. Estamos consumiendo más de lo que tenemos. Hay límites».