@Noudiari/ El colectivo Formentera importa pide «valentía» a los gobernantes para hacer cumplir la legislación y que se tomen acciones efectivas para controlar la masificación y los problemas derivados del turismo. Aseguran que «año tras año es una constante la ausencia de acciones efectivas, escasa aplicación de mecanismos de protección del territorio, de la posidonia, leyes sobre el papel, falta de cartas náuticas y regulación libre de fondeos».
Insisten en que «es responsabilidad por parte de la autoridad competente asegurar el cumplimiento del correcto tratamiento de aguas de la depuradora y del vertido de residuos a través de los emisarios. Las leyes de protección para el Parque Natural de ses Salines de Ibiza y Formentera y cartas náuticas donde se incluya a la posidonia, se encuentran atrapadas entre una maraña de siglas burocráticas y eslóganes. Llámense, ZEC (Zona de Especial Protección), LIC ( Lugares de Interés Comunitario)».
A todo lo anterior, según Formentera Importa, «se suma una amenaza más: las prospecciones petrolíferas en el mar Mediterráneo. Mientras tanto, la creciente masificación del litoral, el índice de presión turística sobre el territorio, es mayor al que la isla puede soportar en temporada alta, el colapso de las infraestructuras en época estival, el desconocimiento por parte de los habitantes sobre cómo se aplicará la ley de vivienda turística, la falta de vivienda en los colectivos que prestan los servicios más básicos a la población formenterense y la problemática consecuente que ello genera, como el tener que dejar la isla o el desinterés del personal cualificado en vivir y trabajar en Formentera».
Este modelo en continua expansión, para la plataforma ciudadana, «anulará el carácter que la identifica, a esa misma identidad que busca el turista. Esa débil esencia se hará más pequeña superada por la capacidad para ser habitada y compartida; implosiona. La frágil identidad se diluye entre la masificación descontrolada, ávida en busca de la identidad original que caracteriza a el último paraíso del Mediterráneo, fuente de riqueza natural».
Concluyen que «cuanto más abusemos del símbolo ‘identidad’, menos significado tendrá. Límite, equilibrio, orden y sostenibilidad deberían primar ante una falsa modernidad enmascarada de progreso y bienestar social para pocos. Necesitamos crear un modelo claro de isla. Lo que ocurra con nuestro futuro es una cuestión del presente. Por lo tanto, pedimos valentía por parte de nuestros gobernantes a la hora de actuar».