Cartas a Noudiari / Cuando era jovenzuela, ni bebía alcohol, ni fumaba, ni salía de fiesta, así que, escuchar a grupos como Asfalto, era la única forma de tocar un poco la moral a mis queridos padres, como es el deber de todo adolescente que se precie.
Ni siquiera me gustaba su música y la letra de sus canciones me horrorizaba, especialmente una titulada La isla del amor, que comenzaba así:
“Tras meses de navegar en un mar de limonada, llegamos aquí. Una isla de caramelo, con montañas de turrón, ríos de leche, cataratas de licor, bosques de fresas”. Flipas.
Ahora entiendo que era una canción premonitoria, que hablaba de Formentera en tiempos del Coronavirus. Una isla donde no se ha detectado ningún caso de contagio, ni siquiera un mero sospechoso. La gente cumple a rajatabla el confinamiento con una sonrisa en la boca y los agentes de la autoridad no han detenido a nadie por incumplir las limitaciones de movilidad, ni siquiera una mísera denuncia.
No es porque no se hacen pruebas diagnósticas ni siquiera a los que llaman a los teléfonos publicitados con síntomas compatibles con el virus. Ni porque la escasez de policías y guardia civiles hace inviable el control de las vías públicas. No. Es porque, como ya predijo Asfalto, vivimos en una isla donde “Los hombres todos desnudos en la playa están, las mujeres se pasean con un aire muy sensual”.
Luego vas a trabajar y ves vehículos con dos ocupantes, motocicletas con dos pasajeros, gente que antes no se bajaba del coche ni para limpiarlo y ahora va caminando, kilómetros, a comprar o a su puesto de trabajo. Ves individuos siendo paseados por perros de caza que hasta ahora no habían visto un collar ni una correa en su feliz vida. Eso a plena luz del día. Por la noche debe ser un jolgorio. Total, aquí no pasa nada, vivimos en “La isla del amor, ven y tómalo”.
Ves individuos siendo paseados por perros de caza que hasta ahora no habían visto un collar ni una correa en su feliz vida.
P. D. Reconozco que a las 8 de la tarde no salgo a aplaudir. Porque no tengo Instagram para posturear y porque mi única audiencia serían unas gallinas que a esas horas ya roncan. Pero si lo hiciera, sería para aplaudir a los periodistas que se tienen que tragar las mentiras que les cuentan los responsables de informar a la población del estado REAL de la pandemia. Como simple ciudadana de a pie, se me llevan los demonios cada vez que escucho al portavoz del comité de alerta de seguimiento del coronavirus en Baleares contestar a las concisas preguntas de los profesionales de la información con un “no sé, no me consta, no tenemos esos datos, creo que…”
Y cuando insisten son acusados de hacer mal periodismo y crear alarma social. ¿En serio? Juraría que hace unos días se decretó el Estado de Alarma en todo el país. Alguien debería hablar con el señor Pedro Sánchez y pedirle que no sea tan alarmista.
P. M. V
El estado de alarma está muy bien, pero, si la gente tiene que ir a trabajar al día siguiente, sin mascarilla y sin guantes, porque están agotados, sin guardar la distancia de seguridad, porque en en una obra no es posible, entonces a lo mejor no entienden porqué el domingo tienen que quedarse en casa y el lunes ir a la fábrica, o a la obra, poniéndose en peligro a ell@s y a su familia.
Una respuesta muy meditada. Mi más cínico aplauso.
Me encantaría ver cómo intentas hacer de estas palabras opinión, si vivieras en Madrid y los contagios afectasen a seres muy cercanos, por no hablar de fallecidos entre amigos y compañeros de profesión.
Estoy convencido de que esa actitud laxa y despreocupada, justificando el hecho de que la gente no cumpla un confinamiento por ley y sentido común, no es la tónica general en una ciudadanía responsable.
Con perdón de mis amigos italianos. Estas eran las mismas consignas que se escuchaban en zonas como Milán, Brescia y otras, no hace tantas semanas…
Señalar la incoherencia de esta alarma a medias no me hace partidaria de saltarse el confinamiento. No es una actitud laxa, no quiero que nadie (cuyo trabajo no sea de primera necesidad) vaya a trabajar y se exponga ( y a su gente) a enfermar. Italia, ahora ha rectificado y parado todos los trabajos. China lo hizo. Aquí se tendría que hacer también antes de llegar a dónde han llegado ellos.
Esas consignas se escuchaban en Milán,etc. porque es era incongruente mantener todas las medidas de seguridad, y después irse a trabajar saltándoselas todas.