Un bautizo bajo un algarrobo en Sant Mateu. Una mujer posando delante del primer taxi que hubo en la isla. Sant Rafel antes de ser asfaltado. La primera bodega de vino de Ibiza. La última mujer que vistió de payesa en Sant Mateu. Éstas son algunas de las imágenes que forman parte de ‘Fotos amb història’, un proyecto que busca recuperar la memoria de Ibiza y de sus mayores a través de fotografías y coloquios en los que conversar sobre aquellos recuerdos.
La iniciativa, impulsada por la psicóloga especializada en envejecimiento activo Ana Serapio junto al cineasta y productor cinematográfico Enrique Villalonga, se ha puesto ya en marcha en el municipio de Sant Antoni, con los vecinos de Sant Rafel y Sant Mateu como primeros participantes, aunque el objetivo es poder desarrollarla en el resto de la isla.
«Los mayores traen sus fotografías y se les graba en audio explicando un poco aquella imagen. Con todo eso luego se hará un vídeo con la voz en off de cada mayor explicando», cuenta Serapio, quien resalta que además se presentará a cada uno de los participantes, a quienes también se está fotografiando.
Y esos vídeos se proyectarán «en los teatros, en los clubes de mayores para poder hacer tertulias» en las que participarán los protagonistas pero también todas las personas que se quieran sumar, para poder así «recordar entre todos y construir la Ibiza de aquella época y la transformación» que ha sufrido la isla.
Primera sesión de grabación
La primera sesión de grabación se llevó a cabo hace unas semanas en Sant Rafel y en ella participaron personas mayores de esta parroquia y de Sant Mateu. «Sólo el primer día ya fue precioso, había tantos temas para hablar…», comenta Serapio, quien resalta que participaron más mujeres que hombres, algo que suele ser habitual en este tipo de iniciativas, aunque asegura que también los buscarán a ellos.
Todo el proyecto gira en torno a las fotografías que aportan las personas que participan y la psicóloga resalta que aunque han traído algunas más de tipo familiar, intentan buscar aquellas en las que «se identifique el pueblo, se vean cambios o transformaciones» para poder estimular después el debate, el coloquio, alrededor de todo ello.
«Hay fotos muy interesantes de antiguos caminos de misa, de Sant Rafel, por ejemplo, cuando no había nada construido. También una fotografía que es alucinante, con una mujer payesa, que es la abuela de una de ellas, posando delante del primer taxi que hubo, que para ellos fue una gran novedad, el primer coche que era taxi a la vez. También alguna de celebraciones, por ejemplo de un bautizo debajo de un algarrobo en Sant Mateu», cuenta Serapio.
A ellas se suman la imagen de la última mujer que fue vestida de payesa en Sant Mateu, que es tía de uno de los participantes en el proyecto; alguna escena yendo a por agua a una fuente; una fotografía de la escuela «que están todos posando con las carteras de antes»; imágenes de la procesión del corpus, vestidos de comunión, o fotografías de la primera bodega de vino de la isla y del trabajo de cuidado de las parras y de la recolección de la uva, agrega la psicóloga.
Escenas todas ellas que, como resalta Serapio, «dan para hablar de tantos temas, de cómo ha cambiado todo». «Al final se trata de recordar», insiste y resalta que aunque algunos participantes llegan temerosos, sobre todo cuando ven «el micrófono plumero» que les acerca Villalonga para recoger el sonido, conforme van hablando y se sienten cómodos «les cambia la cara». «Ya no es sólo lo que tú cuentas, es compartir la fotografía con todos, hablar, es muy enriquecedor», agrega.
Una vez finalizadas las grabaciones, Villalonga se encargará de editar el vídeo y confían en que las proyecciones y los coloquios puedan comenzar en el municipio de Sant Antoni en el primer trimestre de 2025. La idea es que el vídeo sirva de primera pincelada para dar paso a una tertulia, dinamizada por Serapio, en la que compartir «entre todos los mayores que han vivido una generación y unas mismas tradiciones».
La psicóloga está convencida de que el resultado del proyecto será «muy interesante». «Se trata de darle importancia a la experiencia, de poner en valor a la gente mayor. Ésa es un poco la idea. Porque ellos tienen mucho que decir, mucho que expresar, y saben mucho», concluye.