Después de despilfarrar millones de euros de todos los españoles por puro capricho de un político, después de marear a todos los españoles y de condenarles a vivir amarrados a una urna durante más de un año, y después de cientos de promesas electorales que, a las pocas horas, tenían menos valor que el papel mojado… ¡por fin tenemos Gobierno!
José María
de Lamo,
periodista
Un Gobierno que puede gustar más o menos pero que, a fin de cuentas, es totalmente legítimo. Una legitimidad, eso sí, que no quita que se haya puesto en evidencia la indecencia, inmoralidad o total amoralidad de Pedro Sánchez, flamante líder de los españolitos tras cinco intentos infructuosos. Una investidura que, además, ha supuesto el acta de defunción del Partido Socialista constitucionalista y español que conocíamos hasta la fecha.
Por muchas vueltas y justificaciones que se le quiera dar, lo vivido en esta última sesión de investidura en el Congreso de los Diputados ha sido una aberración para España, para la Democracia y para la Carta Magna que rige nuestros destinos desde hace más de 40 años. Una aberración perpetrada y dirigida por Pedro Sánchez y jaleada por 120 diputados sanchistas, que no socialistas, acompañados por chavistas, filoetarras, ultraderecha vasca e independentismo golpista catalán.
En esta nefasta sesión de investidura, la más vergonzante de la historia de España, hemos visto como los diputados del partido sanchista, anteriormente conocido como PSOE, aplaudían y jaleaban discursos en los que se cuestionaba abiertamente la división de poderes, base fundamental de nuestra y de todas las democracias. Los diputados sanchistas, además, aplaudían, y en algunos casos jaleaban, discursos que ponían en cuestión instituciones tan básicas para nuestra democracia como la monarquía.
Pero lo más aberrante que hicieron los sanchistas en esta última sesión de investidura fue aplaudir hasta la saciedad, e incluso jalear, el discurso de una representante del brazo político de ETA, esa banda terrorista a la que el sanchismo pretende blanquear ahora, en el que, entre otras lindezas, se ofendía descaradamente a las víctimas del terrorismo, entre ellas muchos miembros del PSOE, partido fagocitado en la actualidad por Pedro Sánchez. Y para más vergüenza ajena en esa bancada sanchista que se dejaba las palmas jaleando a los filoetarras, había al menos un representante de Ibiza que, en teoría, debería representar tanto a los que le han votado como a los que no.
Recordarle que los ibicencos, excepto vergonzantes excepciones, no aplaudimos a los terroristas de ETA. Ante tal escándalo ya hay históricos socialistas, que no sanchistas, como el expresidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina, que ya han anunciado que se están empezando a movilizar para reconstruir el PSOE que surgió tras la dictadura y que Sánchez ha dinamitado en mil pedazos. En ese PSOE, deberían tener muy claro, no podría tener cabida ninguno de los 120 sanchistas que avergonzaron a la democracia en la sesión de investidura. Ante esta deriva anticonstitucional del actual equipo de Gobierno a los españoles de bien les quedan varios clavos a los que agarrarse.
El primero de ellos es el propio Pedro Sánchez. Un mentiroso compulsivo que ganó las últimas elecciones asegurando a sus votantes que jamás pactaría con Podemos, ni con los independentistas catalanes ni con Bildu, o sea, el brazo armado de ETA. Dos días después de la victoria electoral Sánchez ya había cerrado un acuerdo con los bolivarianos y ya había sentado las bases para hacerse con la abstención de golpistas y filoetarras. Si engañó a su electorado sin ningún pudor para lograr el poder, es lícito y lógico pensar que también puede traicionar a sus socios de gobierno y no cumplir nada de lo pactado.
Pero como a estas edades es difícil creer en hadas y duendes, es más factible que los españoles de bien depositemos nuestras esperanzas, en primer lugar, en la oposición. Una oposición que ya ha anunciado por activa y por pasiva que hará todo lo que esté en sus manos, ya sea por la vía política o por la judicial, para impedir que Sánchez y sus socios puedan saltarse a la torera la Constitución. Una oposición que, además, en lo concerniente a la indivisibilidad de España parece que lo tiene claro, sin fisuras. Además de la oposición, los españoles debemos confiar en la justicia. Una justicia que ha demostrado, de manos del Tribunal Supremo, que al contrario que la Abogacía del Estado sí que está al servicio de la legalidad y del cumplimiento de las leyes y de la primera de ellas, la Constitución española.
Finalmente, y no por ello menos importante, nos queda la esperanza de la Fiscalía, que por mucho que Sánchez presumiera en diferentes entrevistas de que estaba a su servicio, ha demostrado que tiene una altura de miras mucho más alta y que no está dispuesta a ponerse al servicio de quien no cree en la separación de poderes y quiere cargarse la legalidad.
Por José María de Lamo
Si señor, periodismo de alta calidad, insultos, afirmaciones categoricas basadas en pura ideologia, y loa desmedida a la oposoción, así, en general, como si fuesen todos iguales. No creo que este gobierno dé soluciones a los problemas realmente graves que sufren los trabajadores de este pais, pero las alternativas que da este periodista de altura, dan simplemente horror.
Patéticamente vomitivo, José María. Me quedo sin palabras. Una auténtica vergüenza para el gremio de periodistas. Hazte un favor, deja tu «periodismo» y vete a medrar a la casa de VOX o del PP, que ahí estarás más a gusto.
Hala, ve en paz.
Aclaro que la foto del comentario anterior NO es mía, ignoro por qué ha salido y de donde, pero parece que he «robado» involuntariamente la identidad de algún asíduo comentarista. Lo siento, fue involuntario.
Aclaro que la foto del comentario anterior NO es mía, ignoro por qué ha salido y de donde, pero parece que he «robado» involuntariamente la identidad de algún asíduo comentarista. Lo siento, fue involuntario.
Josema,pues lo que dice este señor es lo que pensamos miles de personas,que también somos ciudadanos como tú y españoles…esto ultimo seguro que te ayudará en tu arcada final
Pataleta de nen malcriat quan perd al joc que jugava o perd el seu equip favorit de futbol. Els ciutadans han votat i els qui han format govern són qui han fet més política per poder arribar a aquest punt, mentre que els altres es dedicaven a escampar merda i parlar mal de tots els altres. Amb aquest nivell de política nacional estem. Els qui han format govern deixen molt que desitjar, però els qui n’han quedat fora encara són pitjors.
Parece que hay gente que no sabe perder ¡eh!.
¡Dejad ya de hacer el ridículo !