Un vídeo compartido centenares de veces en Tiktok, Instagram, Youtube y Twitter ha puesto esta semana sobre la mesa una realildad: las pistas de baile de las discotecas de Ibiza han pasado de ser el escenario para moverse al ritmo de la música a convertirse en lo más parecido a una misa laica, donde centenares de personas, quietas, intentan captar con sus móviles una foto o un vídeo del DJ en cuestión. De salir a bailar a poder decir «yo estuve allí» en tu cuenta de Instagram, esto es en lo que parecen estar de acuerdo los miles de personas que están reaccionando ante el vídeo.
@djlovers.club this transition is so wild 😳🤯 (🎥: @Scuba Sounds) #edmtiktok #rave #edmmusic #dancemusic #techno ♬ On Again – Mau P
A pesar de la corta duración del vídeo, unos escasos 20 segundos, nos encontramos dos Ibizas -o dos generaciones- enfrentadas, pero disfrutando en la misma isla. En los primeros 10 segundos, los cuerpos se agitan, las pistas rebosan de cuerpos que se mueven y la gente habla -o se gritan- entre ellos. En la segunda parte del vídeo, asistimos a una escena que, de no ser por la música, bien podría pertenecer a 1984, el rompedor anuncio que rodó Ridley Scott para Apple hace ahora 40 años.
La presencia de los móviles en las pistas de baile es un tema de debate ahora mismo en las principales discotecas de la isla y del mundo. Algunos de los DJs que actúan en Ibiza, como Damian Lazarus, ya advierten de que no quieren móviles durante sus actuaciones -y así lo hacen constar en su cartel de este año-, pero otros profesionales del sector creen que no se puede limitar la libertad de los espectadores. Para muchos, se está matando el espíritu que convirtió la isla en meca musical. Otros aspectos del debate, como la privacidad, añaden aún más aristas a un problema de compleja solución.