L. F. A / En las entrañas del Museo del Louvre hay una pieza donde palpita la Ibiza púnica.
Se trata de una estela (un monolito de piedra que suele tener una función funeraria o religiosa) hallada en el tofet de Cartago, también llamado tofet de Salambó (en Túnez): una antigua área sagrada dedicada a las deidades fenicias Tanit y Baal, cerca de los puertos púnicos.
Este lugar es conocido por los sacrificios de niños documentatos y forma parte del sitio arqueológico de Cartago, clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Datada en Siglo III a.C. (mediados del siglo III: -260 – -240) se trata de una estela partida, con frontón triangular, decorada con el signo de Tanit en la parte superior. En escritura púnica se puede leer: Dedicatoria: Hanibaal, hijo de Bodachtart, hijo [de M]snr, que es del pueblo de Ibiza.
Esta estela es una pieza de la Colección del Departamento de Antigüedades Orientales del Louvre y no está expuesta al público sino que duerme en los almacenes del museo.
Es una pieza de piedra caliza de 23,1 centímetros de altura; 19,2 centímetros de ancho y 9,3 de espesor y que pesa algo más de seis kilos. Presenta filamentos anaranjados difusos y una veta naranja gruesa.
La estela es un hallazgo del arqueólogo Alfred-Louis Delattre (1850-1932), un importantísimo sacerdote y arqueólogo que fue enviado como misionero a Argelia. Las investigacionies que hizo en las ruinas de Cartago supusieron hallazgos muy relevantes y llegó a dirigir el Musée Lavigerie de Saint-Louis de Carthage, fundado gracias a sus esfuerzos en 1875.
Conocer esta pieza hubiese sido muy difícil de no ser por la pandemia.
Así, el museo más famoso de Francia lleva meses cerrado y precisamente por eso acaba de lanzar dos nuevas herramientas digitales para poder visitar sus colecciones a través del móvil o del ordenador.
Una plataforma que por primera vez reúne todas las obras de arte del museo en un solo lugar, diseñada tanto para investigadores como para curiosos y amantes del arte, y que contiene ya más de 482.000 entradas, incluidas obras del Louvre y del Musée National Eugène-Delacroix, esculturas de los jardines de las Tullerías y del Carrusel, y obras del MNR (Recuperación de los Museos Nacionales) recuperadas después de la Segunda Guerra Mundial y confiados al Louvre hasta que puedan ser devueltos a sus legítimos propietarios.
Así, por primera vez en la historia, toda la colección del Louvre está disponible en Internet, ya sea que las obras se exhiban en el museo, estén en préstamo a largo plazo en otras instituciones francesas o estén almacenadas.
El sitio web está diseñado para mantenerse sincronizado con el Louvre a medida que el museo desarrolla más contenido digital.
Una herramienta maravillosa para poder viajar hasta este museo de una manera virtual: «El Louvre está desempolvando sus tesoros, incluso los menos conocidos», dice Jean-Luc Martinez, presidente y director del Museo del Louvre. “Por primera vez, cualquiera puede acceder a la colección completa de obras desde una computadora o teléfono inteligente de forma gratuita, ya sea que estén en exhibición en el museo, en préstamo, incluso a largo plazo o almacenadas”.
Una herramienta que ha permitido bucear en su almacén y descubrir este guiño a Ibiza.