R. Beltrán/ El documental ‘Barcelona era una fiesta. Underground’, grabado en octubre de 2010 y que emitió el pasado domingo 19 de enero el programa Documentales de La2, revela, además de las características de este movimiento aperturista, algo mucho más relevante para los pitiusos: la importancia crucial que tuvieron Ibiza y Formentera en la forja de la Barcelona más contracultural y libertaria.
La cinta repasa las características de la Barcelona ‘underground’ que escandalizó a España y comenzó a mirar hacia Europa entre 1975, año en que murió el dictador Francisco Franco, y 1980, cuando la vanguardia de la cultura antisistema se trasladó a Madrid y dio lugar a la mítica Movida. Y lo hace de la mano y la voz de los protagonistas de aquel movimiento contracultural, muchos de ellos caras habituales de las Pitiüses como el músico Pau Riba, el dibujante Mariscal y Pepe Ribas, director de la revista Ajoblanco.
Nazario, uno de los ilustradores más destacados de esta época, explica que “en Barcelona estaba uno casi como en Europa”, en clara referencia al estallido de libertades que todavía no habían llegado al resto del territorio español pero que encontrarían en la capital catalana el epicentro de su terremoto social y cultural. Sin embargo, Europa ya había llegado a las Pitiüses, ya que Barcelona, según el relato de los entrevistados en el documental, se había convertido en un punto de encuentro de gente que había pasado una época en Ibiza y Formentera o, por el contrario, que se dirigían a las islas para disfrutar de la vanguardia del movimiento hippie y beatnik.
Un huerto con forma de ensaimada
Pau Riba, quien residió durante años en Formentera, recuerda con nostalgia el impacto que supuso para él llegar a la isla: “El día que llegué a Formentera por primera vez vi en la playa de Mitjorn a centenares y centenares de personas despelotadas. Fue… “. Y el músico se queda sin palabras. También recuerda cómo tuvo a sus dos primeros hijos en la isla y con sus propias manos, “sin comadrona”. El escritor Luis Racionero, aunque confunde Formentera con Mallorca, pone la nota cómica al explicar cómo Riba se había labrado un huerto con forma de ensaimada, una espiral donde el catalán había plantado todo tipo de vegetales en homenaje al rico y dulce producto de la repostería pitiusa.
También participan en la grabación el escritor Quim Monzó, el dibujante Montesol, el músico Oriol Tramvia, el periodista José M. Martí Font, la fotógrafa Marta Sentís… Ésta última apunta que el hippismo y la ‘conexión pitiusa’ era el nexo entre toda esta gente, que procedían de lugares diversos, pero que compartían las mismas ansias de libertad en cualquier ámbito: sexual, artístico, social… Y junto al amor por el libre albedrío, otro querer también hacía de este grupo abigarrado de hombres y mujeres un bloque sólido que sentó las bases del cambio en la España postfranquista: la pasión por Ibiza, Formentera y lo que estas dos pequeñas islas representaban.