Un ciudadano ha acudido a las dependencias de la Policía Local de Ibiza para informar a los agentes de que había encontrado bajo el mar, frente al espigón de Ses Figueretes, lo que parecían ser unas baterías sumergidas.
Inmediatamente se notificó el hecho al Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil que ya ha procedido a su retirada. En total se han extraído nada menos que seis baterías.
Los agentes aplauden la labor del ciudadano que avisó y el trabajo de los agentes de la Guardia Civil y dan un «cero» al ciudadano incívico que depositó en el mar estos residuos tan peligrosos.
Porque una batería tirada al mar es altamente contaminante. Así, estos elementos contienen ácido sulfúrico, que puede derramarse y alterar el pH del agua marina, afectando la flora y fauna acuática. Además, muchas contienen plomo, un metal pesado extremadamente tóxico para los organismos vivos. Este metal puede acumularse en la cadena alimentaria, afectando a peces, aves marinas y, finalmente, a los humanos. Algunas contienen cadmio y mercurio, que también son perjudiciales para los ecosistemas marinos. Eso por no hablar de el propio material de la batería, que se va descomponiendo con el tiempo y acaba depositado en los fondos marinos. Además, en la imagen se aprecia que las baterías fueron lanzadas sobre una pradera de posidonia oceánica.
Las baterías de coche se tienen que llevar a puntos habilitados como las Deixalleries o a los talleres donde las gestionan de manera adecuada.