@LauraFArambarri / Málaga saldó ayer una deuda pendiente con el poeta Julio Herranz, que nunca antes había leído sus poemas en esta ciudad a pesar de que le une a ella un fuerte vínculo, ya que vivió varios años en la ciudad a principios de la década de los 70 y, más recientemente, en 2016 ganó el I Premio de Aforismos Fundación Rafael Pérez Estrada que concede el Ayuntamiento malagueño.
El Ateneo de Málaga, gracias a su vocal de poesía, Inés María Guzmán, le abrió sus puertas para repasar su trayectoria, arropado por los poetas José Infante, que definió la lectura “como un acto de justicia poética” de la ciudad con Herranz, y de Ben Clark, que recordó el apoyo que le brindó en sus primeros pasos en el mundo de la literatura.
Julio Herranz leyó una selección de poemas de sus libros y terminó el recital cantando un tango. Una sorpresa final que recibió los aplausos entusiastas del público.
El poeta, nacido en Ceclavín (Cáceres) en 1948, pero criado en Rota y residente en Ibiza desde el año 1974 es autor de poemarios como Del Ángel y su estirpe (Granada, 1991), Memoria de la luz (Premio Ciudad de Jaén, 1989), La mirada perdida, Premio Nacional de Poesía Rafael Alberti (Cádiz, 1991), Conventus in Mare Nostro (Alemania, 1993), Cartas de amor sin embargo (Ibiza, 1998), Suite aïllada (Ibiza, 2001) y Entre Edimión y Sísifo (Ibiza, 2003), El ángel yuxtapuesto (Premio Torrevieja 2004) o Los años resistentes (Palma de Mallorca, 2017)