EFE / Uno de los agentes de la Policía Local de Campos que detuvo a la acusada de atropellar y matar a Paula Fornés de 15 años en junio de 2018 en Sa Ràpita (Mallorca) ha asegurado que la conductora era «incapaz de subir sola al furgón» para realizar el primer test de alcoholemia y mostraba claros síntomas de embriaguez.
El mismo agente ha mantenido este miércoles, en la segunda sesión del juicio, que la mujer polaca fue informada sobre la posibilidad de realizar una prueba de contrastes tras dar positivo en las dos etilometrías, una de ellas realizada en el lugar de la detención y otra en dependencias policiales.
«Repetía en español que quería hablar con su hija» y se acogió a sus derechos, «pero no reiteró que quisiera un intérprete porque entendía lo que le decíamos», ha afirmado el policía en el juicio.
Ha añadido que la detenida «primero dijo que era la única conductora del vehículo, en la comandancia dijo que iba con su hija y más tarde aseguró que conducía una tal Elena».
Otro policía que intervino en el suceso ha declarado que «se le informó de sus derechos en la primera prueba de alcoholemia a las 3.18 de la mañana, a las 8.00 horas se le informó de que estaba acusada de homicidio imprudente y se volvieron a leer sus derechos, al igual que más tarde, delante de su abogada de oficio».
«No hemos podido constatar que la mujer hiciera una llamada o mirase el móvil antes de atropellar a Paula, es difícil de saber», ha comentado durante la vista uno de los policías que investigó el atropello mortal de la joven.
La familia de Paula es otra de las familias baleares que lucha, junto a las de las víctimas ibicencas de «violencia vial» Vanesa Patricio Escandell y Daniel Viñals, para endurecer las penas por ocasionar la muerte bajo efectos de alcohol y drogas.