@Noudiari / Amigos de la Biblioteca Internacional de Formentera (ABIF) en colaboración con el Consell de Formetnera han celebrado su homenaje anual en recuerdo del fundador de la Biblioteca, Robert Lewis «Bob».
Para este año se ha convocado un concurso de diseño de puntos de libro y otro de redacción, el motivo narrativo debía hacer referencia a Toni Gabrielet, de quien se celebra el centenario de su nacimiento. «Algunos de los trabajos presentados han sido impresionantes», afirman desde la Biblioteca.
Toni Gabrielet
Antoni Tur Costa Gabrielet (Ibiza 1917-1998) fue un artista: escultor, ceramista, dibujante, pintor. Tuvo una amplia formación académica en la Escuela Oficial de Cerámica de Madrid, donde le sorprende la guerra civil en 1936, en la Puerta del Sol estuvo a punto de ser alcanzado en varias ocasiones por los disparos indiscriminados que los fascistas realizaban escondidos en las azoteas de la capital sobre la población civil. Después de la guerra y sufrir el fusilamiento de su padre y abuelo en Santa Eulalia del Rio por parte de las tropas del general golpista Francisco Franco, Antoni Tur viaja a Italia para ingresar en el Colegio Español de Roma que había dirigido el escritor Ramón María del Valle-Inclan.
Finalizado su periodo de formación académica Gabrielet viaja por Bélgica y Dinamarca, posteriormente se instala en Paris donde vive una vida dedicada al aprendizaje artístico entrando en contacto con las corrientes artísticas del momento.
En 1947 regresa a Ibiza donde realizará gran cantidad de murales para hoteles y continúa su obra pictórica con acuarelas y pinturas al óleo que se inspiran en los paisajes de Ibiza, pero será sobre todo a partir de su traslado en 1961 a Es Pujols primero y poco después a La Mola cuando Toni “Gabrielet” realizará su obra más importante tanto como ceramista, campo en el que crea “escuela”, como dibujante excepcional de un mundo mitológico que nos traslada al clasicismo heleno.
Detrás de un aparente desdén y en ocasiones cierta distancia, Antoni Tur vivió en Formentera un exilio interior que le hizo más fácil sobrellevar el dolor, la perdida y la herida irreparable de una guerra civil cuya alargada sombra nunca le abandono.