EFE / La contaminación y la sobrexplotación pesquera, entre otros factores, están degradando el Mediterráneo, cuya protección ha centrado un debate en la Cumbre del Clima que se celebra estos días en Madrid.
En el acto Mar Mediterráneo y cambio climático, la ministra española en funciones de Transición Ecológica, Teresa Ribera, afirmó que «el Mediterráneo debe ser un espacio de cooperación y de riqueza, un espacio azul».
El ser humano, alertó, «es capaz de generar auténticos problemas, cuando no presta atención a tiempo sobre las diferentes amenazas que ponen en riesgo nuestra propia riqueza»
Agregó que el Mediterráneo, donde coexisten fuentes de riqueza y otras de daños, es un mar cerrado que convive diariamente con una inmensa presión, tanto «desde tierra como marina, y tiene poca capacidad de liberación».
En el mismo sentido, el director de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza Mediterráneo (UICN-Med), Antonio Troya, resaltó que «no se puede entender la riqueza del mar Mediterráneo sin integrar a su homólogo en tierra, es inseparable el funcionamiento del mar con las tierras que le rodean».
Concretamente, el Mediterráneo representa «menos del 1,6 % del agua del planeta, pero alberga el 10 % de las especies marinas inventariadas hasta ahora mismo», explicó Troya.
Este, entre muchos otros motivos, hace que sea necesario generar una responsabilidad común para preservarlo este mar.
De hecho, el Mediterráneo sufre y padece, por encima de la media, hasta el punto de que tanto la tierra como sus aguas se están calentando por encima de la media global.
En concreto, indicó Troya, «durante los últimos cuarenta años sus primeros 1.000 metros de capa de profundidad se han calentado a un ritmo de 1,4 (grados) frente a la media global, que es 1,1».
«Un incremento de entre dos y cinco grados, una disminución de las precipitaciones de entre el 4% y el 28% o una subida estimada del nivel del mar de entre 50 centímetros y 80» son elementos a tener en cuenta en las políticas que se diseñan en estos momento, resaltó.
Desafortunadamente «el Mediterráneo es el mar más sobrepescado del planeta, de hecho dos tercios de las poblaciones de peces están sobrecapturados», denunció Enric Sala, explorador de National Geographic.
Y es que, según Sala, la resiliencia a la que es sometido este mar es tan baja que en la actualidad «se pesca en más del 99 % del Mediterráneo».
En su opinión, la única solución factible para que estas aguas sean más resistentes al cambio climático pasa por una mayor protección.
La posidonia de Talamanca, muy degradada
Precisamente, el GEN-GOB ha presentado un informe que concluye que el fondeo incontrolado es la principal causa de la degradación de las praderas de la planta marina en la zona.
El informe se realizó durante el mes de mayo de 2019 mediante quince estaciones de seguimiento instaladas en cinco espacios, cuatro dentro de la bahía y uno afuera para realizar las comparaciones del seguimiento.
En la zona de s’Illa Grossa y en la parte central el 50 % de la pradera está en un estado avanzado de degradación.
GEN Gob ha indicado que los principales responsables de la degradación de las praderas de Talamanca son el vertido de emisarios y embarcaciones, el vertido de salmuera y el fondeo incontrolado de embarcaciones.