La epidemia de SARS-CoV-2 se convertirá en endemia, pero no lo hará al mismo tiempo en los diferentes países del mundo, lo que retrasará el fin de la pandemia a una fecha que los expertos aún no se atreven a pronosticar, aunque está más cercana tras dos años, más de 300 millones de infectados y 5,5 millones de muertes oficiales.
El Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación La Caixa, ha elaborado el informe «¿Cuándo y cómo acabará la epidemia?», en el que concluye que «cada país o región probablemente hará su transición a una fase endémica en un momento diferente y de una forma distinta, pero la pandemia no será endémica hasta que todos los países hayan alcanzado esta fase».
Sin poner una fecha concreta al fin de la pandemia, el informe, redactado por la epidemióloga Adelaida Sarukhan, el director del Grupo de Investigación en Sistemas de Salud del ISglobal, Jeffrey V. Lazarus, el director del Servicio de Salud Internacional del Hospital Clínic, Jose Muñoz, y la médica de Salud Pública del Clínic y del ISGlobal Clara Marín, estima que la cifra real de muertes de la epidemia en todo el mundo asciende a 17 millones.
El informe asegura que únicamente las vacunas no acabarán con la epidemia y recuerda que ahora hay 10 vacunas «seguras y efectivas» aprobadas por la OMS, y que llegarán nuevas vacunas de segunda generación y nuevos medicamentos retrovirales.
«Aún es pronto para saber qué sucederá con la variante ómicron, pero los primeros datos indican que presenta una ventaja de crecimiento respecto a delta, que se debe en parte a una mayor capacidad de evadir la inmunidad adquirida mediante la vacunación o mediante infecciones previas, junto con el declive de la inmunidad proporcionada por las vacunas», reconocen los autores del informe.
«Sea como sea, -añade el texto- la aparición y propagación de ómicron es un ejemplo de aquello a lo que podemos tener que enfrentarnos en el futuro».
Acceso global a vacunas
Según los autores, «la única forma de reducir este riesgo y acelerar la salida de la pandemia consiste en mantener ciertas intervenciones no farmacéuticas en vigor y garantizar un acceso verdaderamente global a vacunas y tratamientos».
«Las principales amenazas para la salud de esta pandemia llegarán a su fin, como ha sucedido con todas las pandemias anteriores. La cuestión es cuándo, cómo y después de cuántas muertes. El cuándo llegará probablemente en diferentes momentos en distintas partes del mundo», auguran.
En este sentido, el informe avisa que «la pandemia no desaparecerá como por arte de magia, sino como una transición hacia un estado endémico» y que «hacer esta transición correctamente no será fácil».
Los expertos consideran que el SARS-CoV-2 «será extremadamente difícil de eliminar de la población humana» porque, entre otras cosas, «el virus tiene reservorios animales, y por tanto no puede ser erradicado del planeta. Su reservorio principal es, muy probablemente, el murciélago de herradura, pero el virus tiene la capacidad de infectar otras especies no humanas».
Así, auguran que el SARS-CoV-2 seguirá circulando entre humanos «por lo menos en un futuro previsible» porque tiene una elevada capacidad de transmisión, y porque las vacunas actuales, muy efectivas en la prevención de la enfermedad, son menos efectivas en prevenir la infección, en especial de variantes más transmisibles, añadido a una cobertura de vacunación desigual.
Por eso, consideran que «probablemente se convertirá en un virus endémico estacional» y la humanidad tendrá que convivir con él «como hacemos con los otros cuatro coronavirus humanos que causan los resfriados comunes».
Concluyen que «la COVID-19 se comportará como una infección estacional, de forma muy similar a la gripe, y provocará picos endémicos durante los meses de frío, cuando se pasa más tiempo en interiores y se ventila menos».
Criterios comunes
«El acceso a intervenciones farmacéuticas (vacunas, tratamientos antivirales y test rápidos) y no farmacéuticas (mascarillas y ventilación) serán fundamentales. Las vacunas, por sí solas, no serán suficientes para acabar con la pandemia», asegura el informe del ISGlobal.
Los autores afirman que «es probable que cada país tenga su propio ‘nivel endémico aceptable’, pero es urgente que exista una estrategia coordinada global basada en objetivos y criterios comunes en cuanto a transmisión, hospitalización y muertes».
En este sentido señalan que «la recopilación constante de datos epidemiológicos y virológicos de alta calidad es fundamental para monitorizar los indicadores y adoptar medidas adicionales de salud pública en caso necesario».
También avisan que «la COVID-19 aún podrá causar picos epidémicos durante el invierno y, junto con la gripe estacional, puede tener un impacto en los servicios sanitarios y en la productividad».
En sus conclusiones, los autores recomiendan a autoridades y empresas que establezcan un plan a largo plazo sostenible para mitigar el impacto sanitario y socioeconómico de los virus respiratorios, como reforzar la vacunación contra gripe y COVID-19, fomentar el teletrabajo especialmente durante el invierno, garantizar el pago de la baja por enfermedad y mejorar la ventilación y filtración del aire en los edificios.
EFE