EFE / La Fiscalía y la acusación particular han pedido hoy una condena de 15 años de prisión para un hombre por violar y dejar embarazada a la hija de su pareja, una menor de 11 años de edad, en el juicio en el que el acusado ha admitido que mantuvo relaciones sexuales con la niña, pero ha dicho que fueron consentidas.
El acusado ha reconocido ante el tribunal de la sección segunda de la Audiencia de Palma que mantuvo relaciones con la menor en dos ocasiones en el sofá de la vivienda donde residían, mientras la madre estaba trabajando, y ha asegurado que fueron consentidas por la niña y que cuando ocurrió él estaba muy borracho.
Su abogado ha pedido al tribunal que la condena sea de 12 años, ante la confesión del acusado.
En el juicio, que ha quedado hoy visto para sentencia, el acusado, que tenía 33 años cuando violó a la niña, ha admitido que sabía que la menor no había mantenido relaciones antes y que además no utilizó preservativo.
Confesión a la madre
Ha dicho que cuando la menor se quedó embarazada, confesó lo ocurrido a su entonces pareja, la madre de la niña, «por el tormento que llevaba».
«Ya no sabía qué hacer, buscaba enmendar el error que había cometido, al no tener otra salida fue cuando decidimos hablar con su madre», ha afirmado ante el tribunal.
La niña, que ha prestado declaración por videoconferencia, ha explicado cómo la pareja de su madre la violó dos veces, cuando faltaban unas semanas para que cumpliera los 12 años. Ha detallado que ella se apartó y le pidió que la dejara en paz, pero él logró bajarle los pantalones y violarla.
La madre ha afirmado al tribunal que había pedido cita para llevar a su hija al pediatra porque no le bajaba el período y la noche antes su pareja le dijo que tenía que hablar con ella. Su pareja solo llegó a decirle que había cometido un error y ante el llanto de su hija averiguó lo que ocurría.
«Supe que si no le llegaba el período era porque estaba embarazada, no necesitaba que me expliquen ni cómo fue ni nada», ha afirmado.
Protocolo por abusos
La médico de familia que las atendió al día siguiente confirmó con un test que la niña estaba embarazada. Ha relatado al tribunal que madre e hija lloraban cuando acudieron a la consulta y dijeron que no querían continuar con el embarazo.
El policía que las atendió después de que la médica activara el protocolo por abusos, ha relatado que ambas dijeron que las relaciones no habían sido consentidas.
Las dos psicólogas de la unidad de abusos que atendieron a la menor han explicado que la niña estaba muy afectada cuando les explicó lo ocurrido después de que se el practicara un aborto farmacológico. Han explicado al tribunal que consideraron el testimonio de la menor creíble y válido.