“Tú lees porque piensas que te escribo. Eso es algo entendible. Yo escribo porque pienso que me lees. Y eso es algo terrible”.
Estos cuatro versos que Ben Clark publicó en 2011 se han vuelto tan virales que se han convertido en algo así como un ente con vida propia.
En estos años muy pocos internautas han citado su verdadera autoría, mientras que algunos se los han apropiado y otros han llegado a atribuirlos a Benedetti. En un principio esto causó una cierta extrañeza y hasta algo de enfado al poeta ibicenco que, sin embargo, con el tiempo no solo se ha reconciliado con el poema viral sino que este ha sido objeto de un libro de Daniel Escandell Montiel y hasta ha abierto a Clark posibilidades docentes.
En los últimos tiempos el poeta de Santa Gertrudis (1984) ha hallado un camino profesional en la docencia de escritura creativa. Es profesor del Máster de Escritura creativa de la Universidad de Salamanca (USAL) y hace solo una semana impartía en Ibiza uno de sus cursos intensivos, esta vez en la Biblioteca Insular de Cas Serres del Consell de Ibiza. Pero, además, desde hace solo unos días, su ámbito de formación ha traspasado fronteras y se ha hecho internacional ya que la plataforma de cursos online Domestika le ha fichado para encabezar el curso Escritura creativa: literatura digital y viral. «Esto último ha surgido del poema viral, lo que no deja de ser la prueba de que estos versos son verdaderamente infecciosos y no tienen fin», bromea.
«Los responsables de Domestika me escribieron directamente tras conocer el fenómeno del poema viral. Me plantearon hablar de la relación entre poesía y redes sociales, lo que me pareció muy buena idea, porque hay todo un campo de la poesía y del texto poético que ha tenido mucha difusión en redes sociales«, explica el escritor, que ya ha hecho las paces con el fenómeno de este poema titulado, significativamente, ‘El fin último de la (mala) poesía‘.
El reto que le planteó Domestika le ha llevado a pensar y a establecer una metodología sobre cómo escribir de manera más eficiente para este medio, lo que no significa ni mucho menos escribir de manera más superficial o frívola: «al contrario, se trata de hacerlo de una manera más exigente con nosotros mismos y también con lo que leemos en redes sociales».
A partir de esa premisa preparó el curso junto con el equipo de la plataforma. “Ha sido una experiencia intensa, de varios meses y muy positiva”, valora el autor, que explica que el curso se articula a través de vídeos y que los alumnos y alumnas reciben materiales y ejercicios además de un seguimiento directo por parte del profesor. «Es fundamental comprobar que el curso va funcionando: acaba de empezar pero el feedback está siendo muy positivo», subraya.
«Este formato, que hasta ahora no había experimentado en la docencia, tiene dos grandes ventajas: una es que los estudiantes pueden ir viendo los vídeos a su ritmo y la otra que puedes llegar a gente de todo el mundo. El curso está traducido a varios idiomas y es magnífico que pueda ser accesible para gente de todo el planeta», aplaude Clark. «Me atrae el elemento inesperado de no saber dónde está el límite porque, en verdad, no hay límites», añade.
La experiencia ha sido enriquecedora para Clark a muchos niveles. En noviembre de 2021 estuvo durante una semana en la sede de Domestika en Madrid grabando el curso. Allí coincidió con otros expertos en diferentes materias y conoció, entre otros, a uno que ofrecía un curso de cerámica en impresora 3D. Ben Clark es hijo del ceramista Gerry Clark, con lo que le pareció una confluencia de lo más interesante. “Las conversaciones durante esos días fueron fantásticas”, admite.
Si tuviera que resumir el contenido del curso «diría que se trata de un curso de escritura creativa, que parte de toda mi experiencia docente previa y actual, pero orientado a aplicar estos conocimientos al campo de las redes sociales. Hay ciertos elementos de la escritura creativa que pueden servir para optimizar las oportunidades de que ese texto se haga viral… pero para nada se puede garantizar que algo que escribamos sea masivamente compartido en redes. Ese no es el objetivo del curso. Se trata más bien de entender de qué manera nuestros textos pueden interactuar con las redes sociales», resume.
¿Sería mucho decir que la poesía escrita directamente en redes ya es un subgénero en sí misma? A esta pregunta Clark responde que quizá en un futuro muy cercano podremos hablar de un género que se identificará y que será aceptado plenamente por la Academia, que tendrá sus lectores y sus detractores «como todos los géneros literarios».
Y ¿qué características tendría?: «La claridad, la brevedad y que el texto apele a la emoción del lector», resume Clark.
Lejos de demonizar las redes y la viralidad, Clark recuerda que muchos autores del pasado habrían sido virales y habrían usado las redes, de tenerlas a su disposición. «En el curso hay ejemplos de Luis Cernuda, de Alejandra Pizarnik… y creo que hasta Federico García Lorca se habría interesado vivamente en las redes sociales y habría interactuado en ellas», reflexiona.
Combinar las ventajas de los cursos presenciales con la posibilidad de llegar potencialmente a miles de alumnos y alumnas en todo el mundo es algo con lo que Clark nunca hubiera soñado y ya es una realidad.
Link al curso:
Escritura creativa: literatura digital y viral