@LauraFArambarri/ A Rebecca Beltrán (Ibiza, 1977) le ha pasado como a esas actrices que acumulan en pocos meses los estrenos de las películas que rodaron durante todo un año. Si a finales de enero aparecía su biografía de Frida Kahlo para la colección Grandes mujeres de RBA ahora sale a la venta Los niños preguntan, los genios responden (Ed. Montena). Dos puestas de largo casi seguidas que se gestaron en un intenso 2018. Para su última aventura literaria, Beltrán ha reunido a un dream team de personalidades de todos los ámbitos para que contesten a las inocentes y, a la vez, sagaces preguntas de niños y niñas. Son Ainhoa Arteta, César Bona, Lita Cabellut, Antonio Canales, Almudena Cid, Isabel Coixet, Carlos Ferrater, Francisco Ibáñez, Rosa Montero, Julia Otero, Mario Rodríguez Vargas, Carme Ruscalleda, Fernando Savater y Antoni Trilla.
Las ilustraciones de María Díaz Perera enriquecen una edición pensada, además, para que el público juvenil al que va dirigida la comparta con padres, madres, abuelos, abuelas, tíos y tías…
Ha escogido para el libro a 14 personalidades, siete mujeres y siete hombres. Imagino que ha sido una decisión completamente consciente el buscar ese equilibrio que no siempre se suele encontrar cuando se habla de genios.
Sí, totalmente. Hoy en día ya no cabe hacer un libro sobre gente destacada, sobre artistas, científicos u otros gremios en el que no haya mujeres, sería impensable. Que sean la mitad ha sido casualidad porque podrían haber sido incluso más ellas que ellos pero, sí, como mínimo la mitad. Esa era la idea.
Ha elegido a Carme Ruscalleda como ejemplo de chef, a pesar de que en el olimpo de la alta cocina prevalecen los hombres.
Ha sido totalmente premeditado porque el tema de la alta gastronomía está copado por hombres que, curiosamente, coinciden en decir que han aprendido de sus madres. Así que quería destacar a una de las pocas mujeres, casi la única, que ha logrado abrirse paso en esa especie de primera división de la gastronomía en la que no hay tantos nombres femeninos.
Cuando estás frente a alguien que admiras tanto, te vuelves tú también un poco niño por esa fascinación de estar en contacto con alguien que es un genio para ti, alguien que sobresale.
¿Alguna característica común entre todos los genios que con los que ha contactado para hacer este libro, algo que compartan?
Pues sí, la característica común de todos los genios ha sido la humildad y la generosidad. Cuando me puse en contacto con personalidades tan destacadas como Lita Cabellut, Antonio Canales o Carlos Ferrater para explicarles el proyecto, todos me contestaron de manera extremadamente generosa. ¡Hasta muchos se han sorprendido de que les haya escrito para incluirles en este libro!.
¿Se ha sentido niña de nuevo al poder tener este contacto directo con estos genios y genias?
Sí, porque no hay nadie en este libro al que no admire. Cuando estás frente a alguien que admiras tanto, te vuelves tú también un poco niño por esa fascinación de estar en contacto con alguien que es un genio para ti, alguien que sobresale. Al tener la excusa de que el libro plantea la pregunta de un niño, también derribas una serie de barreras. El personaje no va con tanto recelo como si fuese una pregunta de un adulto. Esa es la clave. Si la inocencia es el pacto entre los dos averiguas muchas más cosas.
¿Cómo ha hecho la selección de preguntas para el libro?
Hijos de amigas, de compañeras de trabajo… ¡Ha sido muy fácil encontrar niños ocurrentes!
¿El libro tiene algo de catálogo de profesiones interesantes?
¡Pues no lo había pensado! Me encantaría que saliera de aquí una arquitecta, una periodista o una cineasta solo porque ha leído el libro y ha visto que es lo que le gusta… Sería un sueño. La verdad es que todos hablan de lo suyo con tanta pasión y con tanto amor que es muy fácil que te suscite a ti eso mismo, esa vocación, esas ganas de hacer lo mismo.
Me encantaría que saliera de aquí una arquitecta, una periodista o una cineasta solo porque ha leído el libro y ha visto que es lo que le gusta… Sería un sueño
A la pregunta de ¿Las casas se parecen a las personas que viven en ellas?, el arquitecto Carlos Ferrater responde casi un cuento. Es una de las respuestas más sorprendentes del libro…
Cuando me envió la respuesta también pensé que era como una especie de pequeño relato, que el argumento de esa persona que va entrando en casas ajenas intentando ver cómo es la gente que vive ahí dentro —en relación con el espacio en donde están— hasta daba para un novela. Es una de las que más me sorprendió tanto por la generosidad de explicar una anécdota real suya como porque con ella responde de una forma sencilla a una pregunta compleja y difícil.
Además de la biografía de cada personalidad, de las preguntas de los niños y de las respuestas de los genios hay un apartado de curiosidades en el que desvelan ritos, fobias, manías y anécdotas…
Todos tienen unas biografías llenas de logros, de premios, de maravillas… Así que, para mí, lo que les hace muy humanos es que confiesen estas pequeñas manías, ritos, obsesiones o anécdotas que los vuelven a bajar a la realidad. Es gente de carne y hueso que tiene un súper talento pero que es como tú o como yo. Hay que aprender de los genios pero no hay que idolatrarlos como si fueran seres del más allá. Son seres humanos que consiguen todo lo que han hecho por su esfuerzo y por su talento. Pero, sobre todo, por su esfuerzo. No son dioses ni semidioses sino que son personas con sus manías, con sus picardías, con sus anécdotas… pero que a través del esfuerzo y del empeño han conseguido tener unas biografías espectaculares. Animo a los lectores a descubrir una anécdota que cuenta Julia Otero, que creo que no había contado antes, y que tiene que ver con un importante cantante español [risas].
El poso que queda después de leer las biografías de Lita Cabellut o de Ainhoa Arteta es la importancia trascendental que puede tener una experiencia cultural para cambiar o determinar toda una vida. Entrar en un museo o escuchar un disco te puede cambiar la vida, hacer que descubras una pasión.
Si nadie te pone entre las manos un libro o te hace escuchar una ópera o te pone ante un cuadro de Goya… Si nadie te acerca a eso cuando eres niño, la de artistas que se estarán echando a perder. No estoy diciendo con ello que todos los niños tengan que ir a la ópera o que tengan que ver un ballet o que escuchar la radio todas las tardes. Lo que creo es que las personas que estamos alrededor de niños tenemos que ponérselo fácil. Yo no coartaría el acceso que tienen hoy los niños a las pantallas y a toda la información y contenidos que nosotros no tuvimos. Lo que haría es enriquecerlo: está muy bien ver vídeos pero, ¿por qué no sugerirles otras miles de cosas que hay y que les pueden gustar o no? Si a Ainhoa Arteta no le hubieran regalado aquel disco de Maria Callas cuando apenas era una niña pues quizás nos habríamos perdido a Ainhoa Arteta. No hay que intentar que los niños consuman más de algo sino que tengan más criterio, que sepan decir por qué no les gusta o por qué les gusta algo. Y ya está. Tan lícito es que no te guste algo como que te apasione. Lo que hay que hacer es criar a gente con criterio.
La cultura es una herramienta; si no la tienes no la vas a poder usar y serás mucho más susceptible de ser engañado, muchísimo más.
¿La cultura nos hace más libres, como dice Arteta en el libro?
Cuanto más sepas, cuanto más conozcas, cuanto más hayas leído, visto y escuchado mejor criterio tendrás a la hora, por ejemplo, de elegir el documental, la serie o la película que te apetece ver. Si no sabes quién es Maria Callas es muy difícil que luego en Netflix veas algo sobre ella. Y te hablo de algo mainstream… La cultura es una herramienta; si no la tienes no la vas a poder usar y serás mucho más susceptible de ser engañado, muchísimo más.
Viendo todo este abanico de profesiones da un poco de pena escuchar que todos los niños quieren ser youtubers…
Vale, pues sé un youtuber. ¡Si eso es bueno! Pero para hacer lo mismo que hace el otro, no. Si quieres ser youtuber búscate un proyecto, piénsatelo, cúrratelo, mira lo que hacen los demás e intenta hacer algo que no sea una copia. Creo que el error está muchas veces en rechazar de entrada aquello que no entendemos. Muchos adultos no entienden qué es ser youtuber o ser muser, y piensan: ‘No lo entiendo, eso es que es malo’. Pues no, no es malo en absoluto. Hay youtubers maravillosos que hablan sobre temas buenísimos porque tienen criterio. Y la herramienta clave para tener criterio se llama cultura.
Hace poco hablábamos del libro de Frida Kahlo y ahora de Los niños preguntan, los genios responden. Se le están acumulando los estrenos, como a los actores…
[Ríe] El año pasado fue mi año de rodaje. Ahora se me han juntado en tres meses dos libros, pero para el mes que viene prometo que no tengo otro. Estoy trabajando en otros temas y proyectos pero, como pronto, para final de año. El trabajo de escritora es así. Es mejor no hacer ningún tipo de plan.
Hay muchísimas personalidades que podrían participar en un libro como Los niños preguntan, los genios responden. ¿Habrá segunda parte?
Me encantaría porque se me han quedado un montón fuera. No queríamos un libro largo pesado y tostón sino que fuera algo que te dejase más bien con la miel en los labios y con ganas de saber más. De irte corriendo al ordenador o a la tablet a mirar más. Así que ¡claro que sí!, el mundo está lleno de personajes interesantes y de preguntas para ellos.
Rebecca Beltrán es autora de Tu corazón en un cofre, Fuego, Tu vida en un libro, Así son mis abuelos, Pasa Página, la Guía de Ibiza y Formentera de Lonely Planet, además de la biografía de Frida Kahlo para RBA.