La matriculación de caravanas en Baleares ha crecido un 75,7 % en solo dos años: en 2019 fueron 66 y 116 en 2021, según datos de Tráfico. Sin hacer distinción entre nuevas o de segunda mano, las matriculación de autocaravanas ha aumentado en varias comunidades autónomas en dos años, especialmente en Baleares y Murcia, con incrementos en 2021 del 75 y del 44 por ciento, respectivamente, frente a los datos de 2019, año de referencia anterior a la pandemia.
En total, el pasado año, según datos de Tráfico, se matricularon en España 6.467 autocaravanas, apenas un 1,4 por ciento menos que en 2019. La autocaravana se ha hecho un hueco en España y ya se codea con otras formas de hacer turismo. La pandemia la ha consolidado, pero aunque las matriculaciones se mantienen e, incluso, aumentan en bastantes comunidades, como Cantabria donde ha crecido un 20,2 por ciento en dos años, hay un dato que preocupa al sector: se están comprando de segunda mano y, además, en el extranjero.
Y es que, según representantes del sector consultados por Efe, el precio ha subido en torno a un 30 por ciento. De los 49.000 euros que podría costar una autocaravana en 2018 se ha pasado a 64.000. En una reciente entrevista con EFE, el director general de Tráfico, Pere Navarro, abundaba en ese «boom» y reconocía que las jefaturas provinciales de tráfico estaban aumentado las matriculaciones de estos vehículos, pero «de segunda mano y traídos de Europa».
Navarro cree que la pandemia de la covid-19 ha favorecido esta forma de desplazamiento en vacaciones o fines de semana, quizá porque permite aislarse del resto de turistas. Su «boom» está obligando a los ayuntamientos a buscar zonas de aparcamiento y a facilitar los servicios que los amantes de «caravaning» necesitan.
De hecho, dice Navarro, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) está trabajando en unas recomendaciones para los ayuntamientos, porque en suma son las ordenanzas locales las que deben regular la permanencia de estos vehículos en su término municipal.
«Encuentras municipios encantados (con el caravaning) porque consumen, pero otros no porque las autocaravanas ocupan mucho espacio», apostilla Navarro. Javier Barranco es el propietario de Nomadac, una empresa de alquiler de caravanas. Los años que lleva al frente de este negocio le permiten asegurar que al 80 por ciento de las personas que prueban esta modalidad de viaje, les gusta. Incluso a los ayuntamientos, que ya «se están poniendo las pilas», enfatiza Barranco.
Porque ya son conscientes de que este tipo de turismo deja dinero. El responsable de Nomadac ha hecho sus cálculos y estima que el gasto medio diario por familia es de entre 300 y 350 euros. La mitad se gasta en el municipio donde se pernocta: restaurantes, supermercados, bares…
Comparte con el director de Tráfico la certeza de que la pandemia ha ayudado a «visibilizar» el caravaning y cree que a empresas como la suya les ha beneficiado. A medio y largo plazo, Barranco es optimista. No obstante, este «boom» ha cogido desprevenidos a algunos ayuntamientos, que este verano, como alguno de Asturias, han tenido que prohibir las caravanas en agosto debido a la masificación.
Pero «poco a poco -añade- los municipios están aumentando las áreas de estancia de las caravanas o habilitando nuevas».
Hace cinco años, este modo de viajar era residual en España, comenta Barranco. Ahora, a Nomadac les quitan de las manos estos vehículos. Hasta el punto de que en alguna ocasión sus caravanas de alquiler no han llegado a permanecer anunciadas ni quince minutos.
EFE