Redacción / EFE / La inmensa mayoría de las comunidades, salvo las cuatro que ya la han impuesto -Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Aragón- y las que lo harán mañana -Asturias y Canarias- han rechazado de plano retomar la obligatoriedad de la mascarilla en los centros sanitarios como les ha propuesto hoy el Ministerio de Sanidad.
Así lo han hecho saber tras la celebración del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), en la que varios de los consejeros han solicitado al departamento que dirige Mónica García que acompañe los criterios técnicos que avalen esta medida.
Muy criticado ha sido además que el Ministerio no les haya trasladado su propuesta, en la que añade otras medidas como las autobajas justificadas o el refuerzo de la vacunación, hasta esta misma mañana. De hecho, la reunión ha concluido sin acuerdo, pero las comunidades tienen ahora un plazo de 48 horas para presentar sus alegaciones.
Entre las comunidades que se oponen a la obligatoriedad se encuentra Baleares. Precisamente, la consellera de Salud, Manuela García, ha señalado que ante la tasa de gripe, que es muy baja, ya ha adoptado «las medidas aconsejadas, que es la protección de los más vulnerables».
Durante su intervención en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, Manuela García ha reclamado la necesidad de un protocolo de actuación que determine las medidas sanitarias a tomar por cada comunidad en función de su situación epidemiológica, ha informado la conselleria de Salud en un comunicado de prensa.
Así, la consellera ha subrayado «la importancia de fundamentar las decisiones en los datos epidemiológicos específicos de cada comunidad» y ha destacado que Baleares tiene, hoy por hoy, «la tasa de incidencia de virus respiratorios más baja de todo el territorio nacional y similar al mismo periodo de la temporada de virus respiratorios 2022/2023», han señalado las citadas fuentes.
«Ahora mismo tenemos la situación habitual que se vive en Baleares cada temporada durante el periodo de circulación de virus respiratorios; las tasas son similares, no hay motivos para la alarma», ha afirmado Manuela García, quien ha recordado que cada hospital de las islas tienen su propio Plan de Contención que se activará en función de las necesidades reales.
Medida «de sentido común» para Sanidad
Por su parte, en un audio remitido a los medios, la ministra de Sanidad, Mónica García, ha señalado que la mascarilla es una herramienta «efectiva y de sentido común» y que, además, está avalada por la evidencia científica y «es bien recibida por la población».
Sanidad lo justifica así en el documento que ha remitido a las comunidades y al que ha tenido acceso EFE: su uso por parte de la persona enferma «reduce la emisión de secreciones al respirar, hablar, gritar, toser o estornudar. Además, constituye una barrera física para el receptor».
La idea de Sanidad es que sea obligatoria en los centros sanitarios y recomendada en los sociosanitarios: de hecho, en las residencias las aconseja solo para personas y trabajadores con síntomas, pues el uso universal para los mayores no está recomendado por su «bienestar físico y emocional».
El Ministerio ha recogido la iniciativa de algunas comunidades para extender su uso a las farmacias, pero rebajándolo de obligatorio a recomendado, y ha insistido en la necesidad de dar soporte jurídico a las autonomías que ya han introducido la obligatoriedad del cubrebocas mediante una declaración de actuaciones coordinadas.