POR JUAN ANTONIO TORRES PLANELLS
“Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo:2 un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar; 3 un tiempo para matar, y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir, y un tiempo para construir; 4 un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto; 5 un tiempo para esparcir piedras, y un tiempo para recogerlas; un tiempo para abrazarse, y un tiempo para despedirse; 6 un tiempo para intentar, y un tiempo para desistir; un tiempo para guardar, y un tiempo para desechar; 7 un tiempo para rasgar, y un tiempo para coser; un tiempo para callar, y un tiempo para hablar; 8 un tiempo para amar, y un tiempo para odiar; un tiempo para la guerra, y un tiempo para la paz”. (Eclesiastés 3, Nueva Versión Internacional).
No he encontrado un texto más sencillo, concreto y acertado como este sobre el acontecer de la vida; solo hace falta contemplarla para distinguir todos y cada uno de los hechos que nos describe este pequeño fragmento bíblico. Hoy centraré el artículo en este fragmento: “un tiempo para nacer, y un tiempo para morir”, coincidiendo con el cambio de año.
Desde que a finales del siglo XVI se instauró el calendario gregoriano, que es el que usamos, el tiempo quedó acotado en horas, días, semanas, meses y años, siendo el cambio de año el que, con el paso del tiempo se ha hecho más popular. La celebración de esta gran fiesta pagana del invierno se ha ido extendiendo a lo largo del mundo que, gracias a la televisión, podemos ver de un hemisferio a otro del planeta a lo largo del día. Grandes fiestas callejeras celebran el cambio a las 23:59 horas de la noche del día 31 de diciembre para pasar a las 00 horas del día 1 de enero de un nuevo año. Las grandiosas celebraciones que vemos ahora en casi todas las principales ciudades del mundo han sido una invención que, el paso de los años, han ido creando poco a poco. Hoy os voy a hablar de la celebración que hacíamos los ibicencos en la llamada ‘Noche Vieja’ y de como comenzábamos el Año Nuevo, una fiesta muy esperada por los socios de algunas entidades de recreo que había en la ciudad para poder bailar y expandir el gozo de una noche muy especial, quizás la más especial del año.
Para comenzar, deciros que fue la noche del 31 de diciembre de 1899 que se celebró, por primera vez en Ibiza, la noche de Fin de Año o Noche Vieja. Los protagonistas de aquella primera velada para el cambio de año fueron, en primer lugar, los socios de la sociedad de bailes La Violeta (a finales del siglo XIX y durante los primeros años del siglo XX, en la ciudad de Eivissa se crearon sociedades privadas para organizar bailes de carnaval, gracias a las cuales mucha gente joven y menos joven tenían oportunidad de disfrutar de bailes de salón) que vieron la oportunidad de organizar el baile de Fin de Año al contar con empuje y medios humanos y materiales para ellos; en segundo lugar, pongamos la música, consistente en la orquestina de los hermanos Mayans, Vicente, Juan y Enrique, que, junto a Narcís Puget y Manuel Marí Seguí, habían ido formando a lo largo del último cuarto de siglo del siglo XIX para amenizar zarzuelas en los teatritos del puerto; en tercer lugar, pongamos una compañía de zarzuela y drama para llenar el programa, compañía que, en aquella fecha, era la del popular Leandro Soto Navaces y familia, cómicos y cantantes que se habían establecido en Ibiza después de años de visitarnos durante las temporadas de teatro; finalmente, el lugar, que no podía ser otro que el recién estrenado Teatro Pereira, que hacía 8 meses que había abierto sus puertas por primera vez. Con todos estos ingredientes, a las 20 horas de la tarde del 31 de diciembre de 1899, año con el que se cerraba el siglo XIX y comenzaría en pocas horas el siglo XX, se levantó el telón y se representó la obra de teatro corta y en verso ‘Justicia Humana’, de tintes libertarios, y la zarzuela en un acto “¡Viva mi niña!”. Al acabar estas representaciones, la orquestina Mayans se puso a tocar bailables para los asistentes, baile que duró hasta altas horas de la madrugada, hecho que no era habitual en ninguna de las sociedades de bailes.
Durante los inviernos, el Teatro Pereira programaba las actuaciones de compañías de zarzuela y drama, además de compañías de variedades, coincidiendo representaciones de dichas compañías en las tardes-noches del 31 de diciembre y el 1 de enero. El Diario de Ibiza del primero de enero de 1907 publica una noticia que, sin concretarnos si hubo baile de Noche Vieja en el Teatro Pereira, sí nos da una pista de que se organizaban bailes en dicha sala: “Hemos observado, con el desagrado consiguiente, que las funciones de cinematógrafo y baile que se dan en el Teatro Pereira, no resultan, desde ha una semana ó cosa así, lo ordenadas que anteriormente pues suelen registrarse incidentes que dejan poco satisfechos á los concurrentes sensatos al teatro. Es de lamentar eso, como es de lamentar también que en esos espectáculos se vaya recargando, con disgusto de nuestro público, que no es amante de ciertos manjares, la nota subida de color”. Tenemos claro, pues, que se celebraban bailes en ese teatro, pero no sabemos si era el baile de la Noche Vieja y si se llevaba a cabo todos los años, desde aquel 1899. A partir de 1911, puedo leer que se celebran representaciones de zarzuela y drama en las noches del 31 de diciembre en el Teatro Pereira, pero no habla de baile alguno. El año 1913, ya inaugurado el Pabellón Serra, la noche del 31 de diciembre se celebra la continuación de una tómbola organizada por la Comisión encargada de la erección del monumento a los Corsarios ibicencos. El Diario de Ibiza del 1 de enero de 1916 nos pone de manifiesto que “La festividad de año nuevo es día destinado a ir al teatro”. No sería hasta finales de ese año que aparecen buenas noticias respecto a la organización de un baile de fin de año. Efectivamente, se creó para la gente joven una sociedad recreativa abierta para todos los gustos e ideas, la sociedad Círculo X. El Diario de Ibiza del 30 de diciembre de 1916 comunica que “Nos participa la Sociedad ‘Círculo X’, que para el baile que tendrá lugar mañana y sucesivos pueden darse por invitados todos los socios, a quienes se ha acordado no pasar, por considerarlo innecesario, las tarjetas de invitación”. No sabemos si ese baile del 31 de diciembre es lo que conocemos como el baile de la Noche Vieja, pero ya tenemos otro baile un 31 de diciembre.
Pocos días después, se conoce que se está formando una nueva sociedad, el Casino de Ibiza, que sería la que, con los años, pondría en marcha el baile de la Noche Vieja, como lo conocemos ahora. Mientras tanto, los teatros-cines de la ciudad programaban para el fin de año de 1917 muchas y entretenidas películas mudas. El hecho de haberse creado aquel año en la ciudad el Coro La Unión, dirigido por Manuel Marí Seguí, se aprovechó la tarde-noche del día 31 de diciembre para hacer serenatas por la ciudad delante las casas de varias personas llamadas Manuel, pues el primero de enero era su santo patrón, como era el caso del propio director del coro. Supongo que los coristas le dedicarían alguna canción antes de comenzar las rondas. También, aquel 31 de diciembre, la asamblea de socios del Círculo X se reunió para decidir el cambio de nombre por el de la nueva sociedad ‘Casino de Ibiza’, cosa que aconteció.
El Primero de Enero de 1921, el Casino de Ibiza organizó en sus salones un gran baile de Año Nuevo, que se vio abarrotado, mientras los cines de la ciudad proyectaban películas durante el paso de año para todo el público.
Fue el fin de año de 1922 que, por fin, se celebró el primer ‘Baile de la Uva’ de nuestra reciente historia, organizado por el Casino de Ibiza, baile que se llevó a cabo en el Teatro Pereira. Para su organización, se sortearon palcos y plateas para acomodo del personal y poder tomar el cava y las uvas puestas en pequeñas mesas, pues todo el patio de butacas había sido desalojado de asientos para poder hacer una gran pista de baile. Fue amenizado por la orquestina de Florencio Durany, músico militar que acabaría siendo el promotor y primer director de nuestra Banda Municipal de Música de Ibiza, junto con la charanga de cuerda pulsada de Juan Torri, que se había formado años antes. Los años siguientes, siguieron siendo organizados los bailes de la uva por dicha sociedad en el Teatro Pereira, destacando el baile de la noche del 31 de diciembre de 1925, que fue amenizado por la Banda Municipal de Música de la ciudad, fundada aquel mismo mes de diciembre. La banda, antes de amenizar el baile, fue a dar un pasacalle por la ciudad a las 20:30 horas, dando comienzo el baile a las 21:30 horas. La Noche Vieja del año siguiente fue organizado por la misma sociedad y en el mismo teatro, siendo amenizado por el Cuarteto Seguí (Fermín). No tenemos información del baile de Nochevieja de 1927, pero debemos suponer que fue parecida a los años anteriores. Si volvemos a tener información de la Nochevieja de 1928, que se celebró en aquella ocasión en el Teatro Serra y fue amenizada por la Orquesta Durany.
En 1929, la nueva sociedad Ebusus comenzaba a despuntar, y antes de finalizar el año llevó a cabo un baile de sociedad en sus salones, y el Casino de Ibiza organizó el Baile de la Uva en el Teatro Serra, habiendo sorteado, como de costumbre, los palcos a sus socios, que asistían con sus familiares. La música la puso en esta ocasión el Cuarteto de Fermín Marí ‘Seguinet’. Aquel fin de año, la torre de la Catedral lució un nuevo reloj, que es el que aún sigue funcionando y dándonos las horas y los cuartos de forma habitual. Las nocheviejas de los años 1930 y 31 se desarrollaron como los años anteriores. Sin embargo, la Nochevieja del año 1931-32, hubo un nuevo ingrediente: la orquestina interpretó el Himno de Riego, himno oficial durante la II República, en el momento de dar las 12 campanadas de rigor para dar entrada al nuevo año, costumbre que se seguiría en años sucesivos . A su vez, la Sociedad Ebusus daba un baile de Año Nuevo en sus locales para iniciar el año.
Fue la Nochevieja del año 1933, cuando El Gran Hotel Ibiza ofreció al público ibicenco la primera cena de Año Nuevo para la noche del 31 de diciembre, terminando con un gran baile en sus salones, y el Hotel Isla Blanca ofreció un baile de tarde, amenizado por la orquestina Ibiza Jazz, de don Victorino Planells, mientras Cultura Films filmaría una película de la fiesta. Finalizada la fiesta, se serviría cubiertos económicos para los asistentes. En 1934, tanto el Casino de Ibiza como la sociedad Ebusus organizaron sus correspondientes bailes de las uvas, siendo de destacar que “la colonia extranjera celebrará también la despedida del 34 y entrada del 35”, según publicaba el Diario de Ibiza. El día de Año Nuevo de 1935, la Sociedad Deportiva Ibicenca organizó un baile de Año Nuevo en el Teatro Pereira y el Gran Hotel y el Hotel Portmany cenas de fin de año y bailes.
La guerra civil española de 1936-39, y el inicio de la II Guerra Mundial echó al traste toda diversión durante años. A partir de 1937, Ibiza entró en la oscuridad del nacional-catolicismo y otros organizadores ponían en marcha otros actos. Quiero destacar la beligerancia de la Iglesia Católica en contra de los bailes de pareja y en la promoción de “horas santas” para el día de fin de año, con exposición del Santísimo. Algunos bailes y actividades teatrales fueron organizados para aquellos días por la Sección Femenina de la Falange Española. El Casino de Ibiza consiguió, con permiso del Gobernador Civil, recuperar bailes de fin de año y año nuevo en sus salones; la sociedad Ebusus se dedicaba a organizar veladas en los teatros para recoger dinero para los pobres hasta que, por fin, el primero de año de 1944, el Club Náutico de Ibiza consiguió recuperar un baile de sociedad para la Noche de Reyes en el Teatro Pereira. A partir de aquí, se fueron normalizando los bailes de fin de año, siendo el Casino de Ibiza quien nuevamente cogía la delantera y sorteaba sus palcos del Teatro Serra para el baile de la Noche Vieja. El fin de año de 1945, el Club Náutico y el Casino de Ibiza rivalizaron en sus Baile de la Uva en los teatros de la ciudad, siguiendo así durante años.
A las cenas de fin de año de los establecimientos habituales, se unieron fondas y nuevos restaurantes populares, hasta que, el Fin de Año de 1954, nuevos establecimientos se unieron a las cenas-baile de la Nochevieja: el ‘El Corsario Club’, amenizado por el conjunto Ritmo y Melodía, integrado por varios músicos militares, en Dalt Vila, y ‘Ses Guiterres’, en San Antonio, amenizado por la Orquesta Swing. Por su parte, la Iglesia Católica intensificaba su campaña religiosa mediante la Adoración Nocturna, llevando a cabo en la iglesia de Santa Cruz una vigilia de adoración de la noche del día 31 de diciembre al día 1 de enero de aquel año. En 1956, fue el Hotel La Cala de Santa Eulalia quien se unió a la celebración del Baile de la Uva con la tradicional cena y la amenización del conjunto Ritmo y Melodía. A partir de aquí, nuevos establecimientos se fueron añadiendo a las cenas de fin de año y, con la apertura de las discotecas, los bailes de Fin de Año se popularizaron.
A pesar de todo, nunca había habido en Ibiza una fiesta de Fin de Año para toda la población en un lugar público. No fue hasta la Nochevieja del año 1990-91 que el Ayuntamiento de la Ciudad de Eivissa organizó en el paseo de Vara de Rey la despedida y llegada del nuevo año con la actuación de la Orquesta des Pla de Vila. Esta fiesta popular duró varios años, cambió de lugar, se dejó de celebrar, se intentó recuperar hasta que finalmente desapareció. Lo único que ofreció el Ayuntamiento de la ciudad de Eivissa para la población fue el concierto de Año Nuevo de la Banda Municipal de Música durante su existencia entre 1925 y 1983.
Y llegado al final del artículo, desearos una feliz Nochevieja y un muy próspero Año Nuevo 2019.