Por Juan Antonio Torres Planells
Durante aquella década de 1960, Ibiza iba despuntando como lugar turístico y cultural de vanguardia donde se respiraba una cierta libertad y modernidad, imagen que iba bien mantener como escaparate de una España moderna dentro del régimen autocrático de Franco. Esta imagen fue la que descubrió el presidente del Sindicato de Estudiantes Universitarios-SEU, Florencio Arnán y Lombarte, que vio en nuestra isla un lugar ideal para impulsar, en 1963, una Bienal Internacional de Arte Universitario, manifestación artística que se puso en marcha en 1964, gracias a la ayuda del Ayuntamiento de la ciudad de Eivissa. La primera edición de esta bienal se inauguró el día 10 de octubre de 1964 en una sala del antiguo ayuntamiento en Dalt Vila, con la participación de más de un centenar de artistas de unos seis países. Grandes personalidades del Gobierno y embajadores de los países participantes presenciaron la inauguración de esta magna exposición, que se extendió en el tiempo.
Aquel mismo año se había iniciado, el 2 de agosto, la guerra del Vietnam, a raíz de la cual se crearía, con los años, un nuevo movimiento juvenil: los hippies. Esos fueron nuestros próximos visitantes “raros”, a finales de la década de 1960 y principio de la de 1970, visitantes que residieron muchos en Ibiza y que dieron una imagen más internacional y llamativa a nuestra isla, con sus atuendos, su liberación sexual, su religión budista y su vida en común al margen de los progresos de la civilización. Considero que aún vivimos un poco de la imagen que dejó su presencia entre nosotros. Junto a estos jóvenes, siguieron llegando artistas conocidos a nuestra isla, destacando los afamados Rolling Stones, que veranearon en el hotel Palmyra de Sant Antoni de Portmany y se despidieron de nuestra isla con una gran fiesta en la sala Ses Guiterres de aquel pueblo.
El 6 de octubre de 1964, el Consejo de Ministros aprobó la construcción del paseo marítimo de la ciudad en la costa norte del puerto de Ibiza, lugar denominado popularmente como ‘la Barra’, iniciando con ello un mayor auge en la urbanización del casco urbano, como las calles Joan Xicó y la Via Púnica. A la par, la construcción de chalets en la costa de los municipios del campo se hizo evidente. Poco a poco se iba cubriendo de ladrillos y hormigón la costa y se abrían snacks-bars en diversas playas. Ello provocó el gran ‘boom’ de la inmigración peninsular a nuestra isla. El territorio de la isla se iba llenado, poco a poco, de manchas blancas con las nuevas construcciones que crecían a paso agigantado. Casualmente, la denominación turística de Ibiza como ‘la Isla Blanca’ fue adoptada por Orden Ministerial el 22 de marzo de 1965, pudiendo ser usada en toda la publicidad turística de forma oficial. El mes de julio de 1966, nuestro aeropuerto se abría definitivamente a los vuelos internacionales con la llegada del jet de la compañía BUA con 74 pasajeros británicos que venían a veranear a nuestra isla.
El 12 de febrero de 1966, se inauguró el nuevo Cine Serra, con lo que las nuevas tecnologías cinematográficas irrumpían en nuestra ciudad, siendo el inicio de las mejoras del resto de cines de la isla. Aquel año se vio agraciado con la puesta en funcionamiento del repetidor de televisión en el castillo de Ibiza, con lo que se mejoraba muchísimo su recepción. El mes de junio de 1966, vería la publicación de la magna obra de investigación histórica “Historia de Ibiza”, de Isidoro Macabich Llobet, culminando así un larguísimo período de trabajos de investigación, obra de referencia para investigadores y estudiosos. La compañía Trasmediterránea mejoraba sus buques, poniendo en funcionamiento el ‘Juan March’, que llegó a nuestro puerto por primera vez el día 5 de agosto de aquel año, llegada que contó con la presencia de nuestra banda municipal de música para darle todo el bombo y platillo que merecía tan importante acontecimiento de la época, tras largos años de padecer aquellos buques correo más necesitados de desguace que de seguir funcionando.
Fue durante estos años que se puso de moda la despedida de los pasajeros en el puerto mediante rollos de papel de colores, lo que le dio un toque festivo a la salida de los vapores-correo. En medio de este bullicio de cambios debido a la afluencia turística, el Fomento del Turismo de Ibiza y Formentera promovía cambios en su directiva y funcionamiento, nombrando presidente a Miguel García de Sáez, el 1966, que acabaría convirtiéndose en marido de una Borbón-Dos Sicilias, en 1970, bajo cuya presidencia se llevaron a cabo diversas actividades culturales y de moda. Pero 1966 tendría otro acontecimiento internacional de gran relieve: el inicio de la Revolución Cultural en China, impulsada por su líder comunista Mao Tse-tung. Durante aquellos años, el movimiento estudiantil comenzó a tomar protagonismo por sus huelgas y manifestaciones anti-franquistas; muchos jóvenes ibicencos comenzaron sus estudios universitarios en la década de 1960, cuando la bonanza económica de la isla permitió a sus padres pagar los gastos de los estudios fuera de la isla. Los ibicencos que estudiaron en Barcelona en aquella época tomaron conciencia de la cultura catalana del momento y de su lengua, siendo el germen del movimiento de recuperación de la lengua catalana en Ibiza, tanto como cantautores, escritores o promotores de la recuperación del Instituto de Estudios Ibicencos, fundado en 1949, que en el futuro se denominaría ‘Institut d’Estudis Eivissencs’.
El mes de mayo de 1968 fue el mes en que la juventud y los trabajadores franceses iniciaron grandes manifestaciones para derogar el antiguo régimen presidido por el general De Gaulle. De resultas de aquellas grandes manifestaciones y huelgas, se extendió la necesidad de procurar un sistema democrático y económico donde primara el bienestar de las personas. De allí viene el llamado ‘Estado del Bienestar’ que dirige aún, a trancas y barrancas, las políticas de la Unión Europea, y un cambio de mentalidad en la juventud europea, de la que no fueron ajenos los jóvenes ibicencos gracias a lo vivido fuera de la isla, a sus estudios y al contacto con el mundo hippie, que ya se había quedado en Ibiza para no marcharse. En España comenzaron a publicarse revistas de pensamiento y opinión de corte liberal, como “Triunfo” o “Cuadernos para el diálogo”, a ponerse de moda libros del escritor Herman Hess, como “El lobo estepario” o “Siddhartha”; del filósofo Herbert Marcuse y su obra “Razón y revolución”, o del también filósofo existencialista Jean-Paul Sartre. “La imaginación al poder”, “Prohibido prohibir” o “Seamos realistas, exijamos lo imposible” fueron eslóganes que marcaron aquella época del denominado “Mayo francés”, que acabó, poco a poco, con el conservadurismo que había imperado hasta entonces.
Pero lejos de aquellas manifestaciones, Ibiza seguía apostando por el turismo y cada vez se construían más establecimientos hoteleros de todo tipo y más gente trabajaba en la industria turística, ya fueran ibicencos o personal contratado de la península que, cada vez más, venía en mayor número para atender los múltiples servicios que se habían originado.
El año 1968, fue el año de la creación del Museo de Arte Contemporáneo; de la explosión de turistas que nos visitaron (cerca de medio millón); de la creación de grupos ibicencos de música moderna; de la creación de festivales para la gente joven, promovidos por los clubs Tanit o Club Recreativo Juvenil; de la creación del Grupo de Teatro Experimental de la Escuela de Artes y Oficios, bajo la dirección de Pedro Cañestro, y de la puesta en marcha en Ibiza de festivales de la canción catalana, con presencia de destacados cantautores de Cataluña, Valencia e Ibiza.
El final de la década de 1960 vino marcada por el aumento de la conflictividad estudiantil en las principales universidades y de huelgas laborales en las ciudades más industrializadas, consiguiendo, poco a poco, un cambio de mentalidad entre la población. Pero aquel estado de permanente tensión fue el origen de la declaración de un estado de excepción, el 25 de enero de 1969, por todo el país y la detención de numerosos catedráticos e intelectuales de corte más progresista. Lejos de esta tensión en la península, en Ibiza vivíamos inmersos en nuestro propio mundo y recibimos con agrado la declaración del Dalt Vila como Conjunto Histórico-artístico por el Consejo de Ministros del 13 de febrero de aquel año. Detrás de esta declaración había habido el trabajo incansable de promoción de nuestro patrimonio cultural y monumental de Isidoro Macabich.
Fue en ese año que la Ibiza de los hippies fue desplazada por la Formentera de los hippies. Pero no había duda que todos tenían que pasar por nuestra isla, como también comenzaron a pasar las drogas de las que Ibiza había sido ajena. Junto a ellas, entraba en nuestra isla la música pop y rock, y el colorismo del vestuario, el perfume (no olvidemos el aceite de pachuli que nos trajeron de la India y que les daba aquel olor tan característico) y los comienzos de la música disco en algunos bares. Fue ese año en que comenzaron a aparecer temas como la reforma del paseo de Vara de Rey o la construcción de un nuevo puerto en el Botafoc. El Diario de Ibiza del 14 de marzo de 1969, proponía crear un muelle en aquel lugar de entrada a nuestro puerto, bajo el título de “¿Un puerto en Botafoc?”. Durante el mes de junio se inauguraron 17 hoteles más, pasando de las 3.580 plazas hoteleras de 1960 a 23.852 plazas hoteleras en 1969.
El 24 de junio de ese mismo año fue cuando se inauguró el paseo marítimo de la ciudad de Eivissa: “Consigue la ciudad, no sólo (…) una avenida de 1.250 metros (…), un parque municipal y una zona deportiva, con base completa de todos los servicios de agua, calles, alcantarillado, alumbrado, etc. para sobre ello crear una ciudad moderna que hará posible la expansión de la ciudad hacia la playa de Talamanca (…)”, dijo en su discurso Gerardo Mayor, presidente de la sociedad ‘Ibiza Nueva, SA’, constructora del mismo. Aquel año, se inauguró un nuevo cine en la ciudad de Eivissa, el Cartago, en la Via Púnica; un ibicenco se hizo piloto de un avión Caravelle, Juan Antonio Torres ‘Cónsul’; se filmó la película ‘More’ sobre falsificación de obras de arte, siendo Ibiza la protagonista, y en España se abría un nuevo período para nuestro futuro: el nombramiento de Juan Carlos de Borbón y Borbón como sucesor a título de rey a la muerte del dictador Francisco Franco. Aún faltarían unos años, pero el futuro estaba presente.
Hola Vincent, realmente disfruté tu artículo. Estoy creando un cómic sobre la historia de Ibiza desde los años 60 hasta la actualidad. Y me preguntaba si tenías otros aryicles que me pudieran ser de utilidad. a la espera de saber de ti