Al inicio de la primavera, los universitarios norteamericanos celebran el tradicional “Spring Break” y viajan a miles a Florida para ir de fiesta. Hace unos días, las tremendas aglomeraciones de estudiantes descontrolados, sin mascarillas ni distancia de seguridad, provocaron un gran revuelo en un país que ya registra medio millón de muertos por Coronavirus. El alcalde de Miami se ha visto obligado a declarar el estado de emergencia porque las multitudes que han llegado a la ciudad son más de las que pueden manejar.
Esta semana, la prensa catalana ha publicado también una interesante noticia sobre los destinos españoles de sol y playa que tratan de adaptarse a la nueva tendencia que impone el Covid-19: la preferencia por entornos menos masificados y experiencias integrales, culturales y gastronómicas. En Ibiza, sin embargo, ya encontramos establecimientos de ocio diurno que promocionan fiestas y venden tickets como si ya estuviera decidido lo que va a ocurrir este verano.
Iniciar campañas de marketing para atraer a la isla a un público joven de fiesta puede acabar en un efecto Miami. Si se encuentran el ocio nocturno cerrado o muy limitado, recurrirán a la oferta ilegal en villas. Entonces, se dará la paradoja de que serán estos establecimientos ansiosos los que anticipadamente habrán convocando a la isla clientela para los piratas. Igual ocurre con este nuevo concepto de hotel de lujo, solo para adultos y todo incluido, que excluye y desaloja el turismo familiar que es el que ahora interesa.
Antes incluso de la Ley Turística del 2012, ya se inició un tipo de actuación musical multitudinaria realizado en sesiones tarde/noche, en un hotel de lujo 5 estrellas, que a falta de normativa se confirmaría como destino musical excluyendo al turismo familiar de la ecuación. Además, ha dado lugar a la tendencia de celebrar durante el día fiestas anticipadas a la noche con el único fin de establecer una nueva industria de ocio diurno. ¿Era necesario este cambio de modelo cuando todos los sectores se correlacionaban armónicamente?
El ocio diurno sin regular ha establecido una brutal y desleal competencia con el nocturno, que sí desarrolla sus actividades con la cobertura que la legalidad exige»
Y como efecto colateral, la música, que es un arte y un bien común, que da alma al universo y armonía a la naturaleza, se ha acabado convirtiendo en un arma arrojadiza que nos trae a la memoria la famosa pintura “Duelo a garrotazos” de Goya. El ocio diurno sin regular ha establecido una brutal y desleal competencia con el nocturno, que sí desarrolla sus actividades con la cobertura que la legalidad exige. Y a ello se suma otra injusticia: de 2013 a 2016, habiéndose producido un ajuste impositivo por la Ley Montoro, el hotel liquidaba el IVA turístico del 10%, mientras que las discotecas y salas de fiestas tributaron el 21%, ofreciendo los mismos espectáculos musicales, que así estaban gravados. Ni los impuestos tenían en cuenta esta actividad en los hoteles.
Salas de fiestas y discotecas han estado durante muchos años mal vistas y han sido objeto de represión y sanciones por parte de la clase política. Además, existía una falta de aceptación por parte de un sector de la ciudadanía que no aprobaba entonces, y probablemente ahora tampoco, su comportamiento por la problemática de los excesos generados. Reconozco que parte de razón tenían y todavía tienen. Ahora bien, ¿cuál ha sido la finalidad de esta reconversión de la hotelería y la restauración para absorber un mercado que no le es propio utilizando la música? La ambición y posesión absoluta de todos los medios para cambiar de modelo turístico, provocando un desgarro medioambiental que a la isla no le sale gratis.
El ocio diurno ha acabado siendo una moneda de valor variable según el ayuntamiento en el cual se ubica. Si damos la vuelta a la isla en barco y miramos hacia la costa, encontraremos que Sant Joan no quiere fiestas diurnas en sus playas; Santa Eulària solo cuarto y mitad; Ibiza ciudad, únicamente a veces; Sant Josep, a todas horas y en todas partes, y Sant Antoni, pese a que posee pocas playas, también tiene su fiesta.
¿Cómo se puede pretender que confluyan y colaboren dos actividades contradictorias que compiten deslealmente, cuando la primera absorbe, destruye y anula a la segunda?»
La colegación de todas estas actividades ha favorecido que encuentren expresión, representación y cobertura en una asociación, Ocio de Ibiza, que da soporte y pretende justificar la fiesta diurna al aire libre en hoteles y restaurantes, con la pretensión de simplificar una convivencia incompatible.
¿Cómo se puede pretender que confluyan y colaboren dos actividades contradictorias que compiten deslealmente, cuando la primera absorbe, destruye y anula a la segunda? Invasión de competencias, abuso de licencias, anticipación en los horarios, música al exterior y agresión al medioambiente.
Si buscamos una alegoría naturalista, encontramos al “Cuculus canorus”, el cuco, protagonista de un parasitismo evolutivo, que disimuladamente come un huevo del nido ajeno y coloca el suyo, delegando su cría a la dueña. Y cuando el nido resulta pequeño, el cuco expulsa a los demás polluelos para apropiarse de todo el espacio y alimento posible.
La sentencia de noviembre de 2020 del TSJB por fin ha establecido límites a los formatos musicales que pueden ofrecer los hoteles»
La sentencia de noviembre de 2020 del TSJB por fin ha establecido límites a los formatos musicales que pueden ofrecer los hoteles. Las fiestas al aire libre, en alojamientos turísticos sin licencia de actividad musical, solo pueden organizarse para los propios clientes hospedados. Abrirlas para el público exterior constituye una perversión de la ley, atendiendo a la sentencia mencionada. Y lo mismo debe aplicarse a los clubes de playa (sin regular), cuya oferta musical debería ser ambiental y limitada a su propia clientela como restaurante.
Si el gobierno dedica una línea de ayudas al ocio nocturno, que lleva un año cerrado, y teniendo en cuenta dicha sentencia, ¿también se van a beneficiar los establecimientos que ejecutan actividades complementarias sin soporte jurídico? Como decía Alfonso Guerra, el que se mueva no sale en la foto.
El extraordinario reto que impone la situación actual requiere prudencia y serenidad por parte de todos, y que nuestros gobernantes establezcan un marco equilibrado en el que imperen la justicia y la equidad. Solo así podremos reconducir la crisis por unos cauces que den respuesta a las necesidades de todos y nos permitan defender lo nuestro con orgullo, esperanza y dignidad.
Por Pepe Roselló,
(Ex presidente y fundador de la Asociación de Empresarios de Salas de Fiestas y Discotecas de Ibiza y Formentera)
The government’s war against nightlife over the past two decades has destroyed much of Ibiza’s magic and unique brand. One could think that this war will only end once Ibiza has turned into Menorca. As sad and regrettable as it is to see what has become of Ibiza’s nightlife, the only glimmer of hope has been the emergence of daytime parties. This is until the government, instigated by jealous nightlife entrepreneurs, has turned their sight on those activities as well. Instead of uniting and jointly fighting for survival, daytime and nightlife executives are fighting each other now. And the only loser of this fight is Ibiza and the people who love music and entertainment. These people now spend their money in Tulum, Mykonos and Croatia whereas Ibiza is left with its shallow VIP tourism and outrageous prices. If there is one thing history proves then it is that rich people want to be where the cool people are. And cool people are where there is music and entertainment. Once the cool people have left Ibiza, so will the VIP tourism and the island will be left with left with what it started with in the 60s: wonderful nature and a bunch of peasants…