@D.V./ En unos tiempos especialmente complicados para todas las asociaciones que trabajan para atender a personas dependientes o con necesidades especiales y que dependen de ayudas públicas, Apneef (Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Eivissa y Formentera) ha logrado un pequeño milagro: conseguir un nuevo espacio de 90 metros cuadrados con cuatro magníficas salas de psicomotricidad, psicoterapia, logopedia y fisioterapia destinadas para los niños 0 a 6 años que deben recibir un servicio de desarrollo infantil y atención temprana.
El milagro ha sido posible gracias a una subvención de 48.600 euros del Proyecto Leader, financiado por la Unión Europea. A partir de aquí, la dirección de Apneef se ha movido para conseguir patrocinios y ayudas privadas: “La Fundación Once nos ha pagado el parquet, dos ordenadores y una impresora; la Caixa ha pagado la sala de logopedia y el material de fisioterapia para niños con parálisis cerebral; Eléctrica Vadi ha contactado con los carpinteros y albañiles y ha pagado a los proveedores mientras esperábamos las ayudas”, comenta Carmen Boned, secretaria de la organización. “Toda Eivissa se ha volcado” confirma la presidenta, Susi Fresneda, que cuenta como anécdota que ellos no estaban muy convencidos de hacer una fiesta de inauguración porque no querían gastarse dinero, pero que Exclusivas Miró, Bonanza y La Canela se encargaron del catering gratuitamente.
En la actualidad, Apneef ofrece servicio a 180 familias con niños con algún tipo de discapacidad física, psíquica, sensorial o cognitiva. Tienen su sede en la calle Sant Cristófol de Vila, aunque también cuentan con un espacio en Santa Eulària, Sant Antoni, Formentera, y dos tardes a la semana su equipo de profesionales se desplaza a cada uno de los municipios de las Pitiüses. Además, también ofrece servicios en los centros escolares. La asociación cuenta con 15 terapeutas contratados y 6 más que son autónomos.
Un paso de gigante para Apneef
Tras mucho trabajo, su joya de la corona son las nuevas instalaciones de la calle Sant Cristòfol, un espacio que en el que ningún detalle ha sido dejado al azar y en el que todo está pensado para el bienestar de los pequeños: así, la sala de fisioterapia, cuenta con una falsa claraboya que crea la ilusión de que el techo se abre para dejar paso al cielo y las nubes. “La idea era buscar un espacio relajante, calmado, que transmitiera esperanza y bienestar. Crear un microclima agradable, ideal para los niños”, indica Carmen Boned, “como en muchos de estos ejercicios los niños están tumbados de espaldas, mirando el techo, hemos tenido en cuenta que las luces del techo fuesen tenues, suaves”.
Además de las actividades dedicadas a los más pequeños, Apneef también ofrece servicios para niños mayores de 6 años, que incluye la estimulación multisensorial, logopedia, fisioterapia, psicomotricidad, estimulación cognitiva y talleres de habilidades especiales, manualidades y refuerzo escolar. Pero los destinatarios no son sólo los niños, sino también los padres: “Tener un hijo con parálisis cerebral es todo un mundo y, principalmente, a las familias se las arropa, se las aconseja para optar a ayudas y subvenciones, se las asesora sobre el material ortopédico, se organizan cursos y charlas…”, subraya Boned, quien recuerda que han organizado una Jornada de Comunicación y lenguaje para niños con síndrome de Down gracias a la asociación Síndrome de Down de Catalunya, y unas Jornadas de Tecnologías accesibles, de la Fundación Once.
¿Cuál es el secreto para conseguir todo esto y convencer a tantas empresas e instituciones que se impliquen? Para Boned y Fresneda es muy sencillo: “El dinero que se deja aquí es para los niños, y todo lo que se invierte es en calidad de vida para ellos. Es dinero de todos y, como es importante, cada año se encargan auditorias externas para controlar las cuentas. Y también hay que ser muy agradecido con todos aquellos que te dan algo”.