@Noudiari/ Cinco años después de la muerte de Rachel Turner, la policía de Birmingham, en el Reino Unido, ha decidido reabrir la investigación del caso. La joven, que tenía 22 años de edad y trabajaba en la isla por segundo verano consecutivo como relaciones públicas de una discoteca, se precipitó desde una altura de más de cinco metros en un complejo de apartamentos turísticos de Sant Antoni en 2007. La caída le ocasionó graves lesiones en el cráneo de las que no pudo recuperarse y todos los indicios de la investigación policial apuntaron hacia el suicidio como la causa del suceso.
No obstante, la policía de Birmingham ha encontrado una serie de pruebas que podrían dar un giro de timón a la investigación, según recoge Birmingham Mail, entre las que se encuentran una serie de hematomas y uñas rotas que sugieren que Rachel Turner intentó aferrarse a la cornisa del edificio en un intento por salvar su vida. Una investigación independiente encargada por la familia de la fallecida llegó a estas conclusiones, que han provocado que la policía de West Midlands retome el caso para realizar una investigación más exhaustiva.