La tienda de ropa Front Line, especializada en moda de fiesta y con diseños propios, cierra puertas estas Navidades de manera definitiva por jubilación de su responsable tras 40 años de historia en este codiciado bajo ubicado en la esquina de Bartomeu Roselló con Bartomeu Ramon i Tur de la ciudad de Ibiza.
Susana Brown, que ha estado al frente del negocio todos estos años, recuerda que cuando empezaron, en 1984, este local estaba ocupado por la ya desaparecida línea aérea Aviaco (absorbida por Iberia) y que allí mismo se podía coger el autobús al aeropuerto.
«Cuando empezamos, en 1984, era de la compañía aérea. Creo que incluso se podía facturar en la oficina y el coger autobús allí mismo. Antes de eso no sé qué había», rememora Brown.
La tienda comenzó con su propia marca, Lipstik, y en estos 40 años han «intentado ser un referente en el mundo de la moda en nuestra isla en ropa de fiesta, con diseños de tendencia y una privilegiada localización en el puerto de Ibiza».
«Nos sentimos profundamente agradecidos de estos casi 40 años de trayectoria en el mundo de la moda ibicenca y por eso nos gustaría invitar a todos nuestros clientes, amigos, colaboradores y trabajadores al evento de cierre que tendrá lugar el próximo sábado 16 de diciembre de 17.30 a 19.30h en la propia tienda», avanzan.
Aunque ahora parezca increíble, cuando esta tienda abrió apenas había comercios en la calle Bartomeu Roselló. «Solo me acuerdo de Muebles Calbet, que estaba justo al lado nuestro local», recuerda Brown. «Era más una zona de bancos y oficinas grandes. Lo que se consideraba entonces el «centro de Ibiza» y sus tiendas estaban en la zona del puerto y por entonces pensé que Front Line quedaba un poco lejos de eso. ¡Que era un poco arriesgado estar tan lejos! ¡Ya ves cómo ha cambiado todo!», reflexiona. Bartomeu Roselló se ha convertido con el tiempo en la «milla de oro» donde se ubican las grandes marcas de ropa y los bajos comerciales más codiciados.
Brown es consciente de que ha llegado la hora de jubilarse, ya que no tiene intención de «morir con las botas puestas», bromea. Aunque le emociona el cierre, ahora quiere recuperar un poco el tiempo perdido con su familia. «Les estoy muy agradecida por su apoyo y comprensión durante tantos años», concluye.
La casualidad ha querido que otro negocio con 40 años de historia en Ibiza, Deportes Bonet, ubicado no muy lejos, en la calle Pere Francès, anuncie su cierre también hace unos pocos días.