EFE / El Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados Imedea, de la Universidad de las Illes Balears (UIB), está estudiando las diferencias en el comportamiento del sueño y los rasgos de personalidad de los raors para tratar de diseñar una explotación más sostenible y garantizar su futuro como especie.
El grupo de investigación de la UIB ha informado hoy en un comunicado que, dado el «valor socioeconómico» de los raors, conocer la personalidad de estos peces puede ayudar a mantener su población y a «garantizar la salud» de todo el ecosistema marino.
El estudio muestra que, al igual que ocurre con los humanos, la mayoría de peces marinos presentan diferencias entre individuos a la hora de despertarse, y también cuentan con rasgos de personalidad contrastados como la agresividad, la sociabilidad o el atrevimiento.
A su vez, ha revelado que en el caso de los raors el grupo de peces más vulnerable dentro de esta especie son los individuos más agresivos, atrevidos, activos, sociales y «madrugadores».
Los investigadores alertan de que si los pescadores capturan únicamente peces de este grupo, el más vulnerable, se pone en riesgo a la población en su conjunto.
La razón es que esta especie, sin los más agresivos y activos, podría volverse más sedentaria y quedaría circunscrita a unas pocas áreas, con lo que aumentaría el riesgo de extinción.
Los investigadores de la UIB afirman que la explicación a las diferencias en la personalidad de los animales y, en concreto de los peces, «es un misterio», pero que su estudio aporta datos «muy relevantes» para definir la dinámica de la población.
El estudio ha mostrado que, aunque el ambiente en el que viven tiene cierta capacidad para modificar las preferencias por levantarse temprano o tarde, hay indicios que señalan que las diferencias individuales de los raors son innatas y están integradas en su código genético, y lo mismo ocurre con otros rasgos de la personalidad.
Los responsables del estudio aseguran que estudiar el comportamiento de los peces es un reto «extremadamente complejo» ya que los test de personalidad estandarizados utilizados en humanos no sirven para otras especies y, mucho menos, «en animales tan diferentes a nosotros».
Para llevar a cabo la investigación, los responsables han empleado sistemas no invasivos de vigilancia continua y han diseñado acuarios experimentales que permiten a los peces desarrollar «su vida normal» en un ambiente controlado, al tiempo que diferentes cámaras recogen y analizan en todo momento su comportamiento durante varias semanas.