Haciendo un repaso más o menos exhaustivo de la historia de la Democracia en España se puede apreciar que, quizás a excepción de Felipe González, los líderes de los principales partidos políticos no provenían de las regiones con mayor número de afiliados o con mayor peso específico dentro de la formación.
Estos liderazgos, a lo largo de los años, se han ido gestando o de manera digital (a dedo puro y duro) o mediante un sistema de alianzas que ha permitido a uno u otro alzarse con la presidencia o la Secretaría General de los partidos políticos en procesos internos poco transparentes por regla general y últimamente, en algunos casos tan sólo, a través de primarias.
quien quiera liderar uno de los principales partidos de Baleares, tiene que ser mallorquín, o en casos muy excepcionales, menorquín»
Imagino que esta tónica se habrá ido dando en todas las comunidades autónomas (no dispongo de los datos suficientes para asegurarlo), pero sí que hay datos irrefutables que nos indican que, quien quiera liderar uno de los principales partidos de Baleares, tiene que ser mallorquín, o en casos muy excepcionales, menorquín. ¿Por qué? Por narices. Y es que, o bien tanto PSOE como PP disponen de un estudio que manifieste a las claras que los mallorquines son más listos, más guapos, más capaces y más carismáticos que ibicencos y formenterenses y, en menor medida, menorquines, o es que no interesa que algo tan goloso como la posibilidad de gobernar una comunidad autónoma quede fuera del poder de influencia de la gran isla de las Baleares.
Los ejemplos son claros. Desde el inicio de la etapa autonómica el PP balear ha estado dirigido por Gabriel Cañellas, Joan Huguet, Cristòfol Soler, Jaume Matas, Rosa Estaràs y José Ramón Bauzà. Por su parte el PSIB-PSOE ha contado entre sus secretarios generales con Francesc Triay, Félix Pons, Josep Moll, Joan March, Andreu Crespí, Francesc Antich y Francina Armengol. En el caso de los populares, a excepción de Joan Huguet que era menorquín (aunque afincado a todos los efectos políticos en Mallorca), todos los presidentes del partido nacieron en algún punto de la mayor de las Baleares. En el caso de los socialistas, excepto Triay y Moll que eran menorquines (y Antich que es venezolano exclusivamente por nacimiento y marollorquín a todas luces), el resto de los secretarios generales de la federación Balear nacieron en la isla de Mallorca. Ibicencos y formenterenses al frente de estas formaciones… ni están ni se les espera.
contar con un líder de uno de los principales partidos que provenga de las Pitiusas y que pueda optar a la presidencia del Govern sería muy beneficioso para corregir los desajustes históricos y las flagrantes injusticias que se están cometiendo con las islas menores»
Y es que contar con un líder de uno de los principales partidos que provenga de las Pitiusas y que pueda optar a la presidencia del Govern sería muy beneficioso para corregir los desajustes históricos y las flagrantes injusticias que se están cometiendo con las islas menores desde el inicio de la etapa autonómica. Algo que, al parecer, no interesa a los impulsores del ‘flaógate’. Para empezar, contar con un máximo responsable autonómico de Ibiza o Formentera haría que, gracias a su conocimiento directo de las problemáticas las islas menores (incluida Menorca), estuviera más sensibilizado con ellas y trataría de paliar la discriminación histórica a la que nos ha ido abocando el gran reino de Mallorca.
Un presidente del Govern ibicenco se dejaría de absurdas moratorias y haría lo que estuviera en su mano para que las islas, especialmente Ibiza, contara con un Plan Territorial Insular definitivo y, así, los ayuntamientos pudieran redactar y cerrar también definitivamente sus planes generales de ordenación urbana, lo que daría por fin, después de muchos años de indefinición, una legalidad jurídica a los ciudadanos que en estos momentos no tienen ni por asomo.
Y tal como digo esto podría decir todo lo contrario. Porque si existiera un presidente del Govern ibicenco o formenterés que se plegara a los intereses mallorquines, tal y como por cierto hacen o han hecho algunos presidentes insulares, la política a desarrollar hacia las islas menores sería exactamente la misma y seguiríamos con una financiación escasa, un seguidismo absurdo a nuestra principal competidora en materia turística, Mallorca, en políticas de promoción y una política irreal en materia de ordenación del territorio.
En unos pocos días el Partido Popular se enfrenta a su congreso y a la elección de su presidente, que por ende será el candidato a la presidencia de la Comunidad Autónoma. Un congreso que no nos debería entusiasmar a los ibicencos porque las dos opciones que se barajan son Mallorca, con unos tintes catalanistas de la mano de Biel Company, o Mallorca, con la experiencia ya vivida y no excesivamente satisfactoria para las Pitiusas de la mano de José Ramón Bauzà. Mientras tanto nombres y políticos tan preparados y valorados como José Vicente Marí Bosso, Pepe Sala o Vicent Marí deben resignarse a ocupar un eterno segundo plano por haber cometido el pecado de haber nacido en Ibiza.
Grande Xema
Coincido en la cronología que haces José María, aunque creo que se te escapa un detalle.
A los presidentes de Gobierno no les elige el pueblo sino los diputados. Estos diputados son elegidos por circunscripciones electorales insulares mediante una lista por isla. Lo que dice la normativa electoral es que podrán ser presidente/a solo los que encabecen una lista electoral sin especificar nada mas (ni nada menos); por tanto, cualquier cabeza de cualquier lista electoral de cualquier isla que haya obtenido el acta de diputado puede presentar la candidatura a presidente. Lo que pasa es que los partidos obligan posteriormente a que las listas insulares se integren en UN solo grupo político y ahí esta la trampa de los partidos… en un evidente fraude electoral (puesto que teoricamente en Ibiza se vota a los candidatos ibicencos a la presidencia) por mandato del órgano correspondiente del partido se constituyen en UN solo grupo político convirtiendo listas y posibles CANDIDATOS INSULARES en marionetas del candidato de Mallorca. Como he dicho, en teoría, una vez constituido el Parlamento, el cantidato a presidente/a puede ser de cualquier isla (hace poco hemos visto como se jugaban a los chinos la presidencia del parlamento) asi que no busquemos excusas, si no hay presidente/a de Ibiza o Formentera es única y exclusivamente culpa de nuestros diputados (y de los que los mantienen ahí con su voto) y no de los mallorquines.
Cago en l’ou !!
somos unos cobardes,tenemos miedo a los mallorquines y punto
de el mundo a la libertad de expresion, vamos mejorando