Niki Lauda, uno de los pilotos de fórmula 1 más laureados de la historia, con 3 campeonatos mundiales en su haber a los mandos de Ferrari y McLaren, se enamoró de Ibiza en 1976. Ese año decidió convertir Santa Eulària en una de sus residencias habituales y así fue hasta su muerte, hace ya 4 años. El vasto patrimonio acumulado por el austríaco, un fenómeno tanto al volante como en los negocios, quedó repartido según sus deseos plasmados en la herencia que se leyó tras su muerte. Sin embargo ahora su segunda viuda, Birgit Lauda, ha decidido demandar a la Fundación que se encarga de legar por el patrimonio de Lauda, por los términos de la herencia recibida, y en esta disputa entra también su casa en Ibiza. La viuda del piloto reclama 30 millones de euros a la fundación del piloto.
Según revela la prensa austríaca y alemana, la viuda ha iniciado varios procesos legales contra la fundación al no estar de acuerdo en los términos del acuerdo de la herencia. Al parecer, Birgit Lauda ha estado cobrando 20.000 euros mensuales de la fundación, al tiempo que la entidad también se hacía cargo de las nóminas de las empleadas domésticas, los gastos de vacaciones así como del mantenimiento de las casas de Ibiza y la de Viena. A pesar de este procedimiento legal, el resto de la familia que dejó el piloto sí estaban de acuerdo en los términos de la herencia y se han mostrado en contra de la inciativa de Birgit.
Birgit Lauda es la segunda esposa de Niki Lauda, con quien se casó en 2005 y con quien tuvo dos mellizos, Mia y Max, nacidos en 2009. Anteriormente, Lauda estuvo casado con la austríaca Marlene Knaus, desde 1975 hasta 1996, y con quien tuvo también dos hijos, Luca y Mathias. Al parecer, según explica la prensa alemana, la primera familia de Niki Lauda, así como su círculo de amigos, no comparten la iniciativa de Birgit de denunciar a la fundación y consideran que las condiciones actuales son las que hubiera querido Lauda que se aplicaran tras su muerte.