El vicepresidente del Govern y conseller de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática, Juan Pedro Yllanes, ha anunciado hoy, durante la interpelación sobre política general del Govern en materia de descarbonización de las centrales térmicas en Baleares, que la central de Maó pasará de funcionar con fuel a hacerlo con gasóleo. Además, ha indicado que los motores de fuel de esta central sólo podrán funcionar 500 horas/año (durante tres semanas), bajando de las 8.700 actuales. También ha indicado que las negociaciones con el Ministerio para erradicar el fuel de Menorca e Ibiza están muy avanzadas.
Así mismo, ha avanzado que en octubre también se aprobarán cambios similares para la central de Ibiza donde, al igual que en Maó, se ha empezado también el proceso de descarbonización consistente en adoptar las Mejores Técnicas Disponibles (MTD) para limitar su funcionamiento y cambiar de combustible.
Yllanes ha informado en el Pleno del Parlament que este miércoles día 29 se aprobará en la Comisión de Medio Ambiente de Islas Baleares este cambio para la central de Maó y ha indicado que la negociación del cambio de combustible de los motores que hasta ahora funcionaban con fuel para que pasen a funcionar con gasóleo «está también avanzada» y «permitirá operar a estos motores hasta las 1.500 h/año».
El vicepresidente ha declarado que «sabemos que este límite no es suficiente y el objetivo tiene que ser desterrar el fuel de las centrales térmicas de manera definitiva. Por eso, instaremos al Ministerio, que es quien es competente en este punto, a acelerar este cambio de combustible definitivo y sustituirlo por otros menos contaminantes como gasóleo y gas».
«Todos estos cambios en las centrales de las islas ayudarán, a corto plazo, a reducir la contaminación de estas centrales; pero tenemos claro que el objetivo a largo plazo es el cierre definitivo de las centrales térmicas», ha añadido Yllanes, al tiempo que ha dicho que «éste sólo podrá llegar cuando las Baleares tengan una potencia amplia de energías renovables instalada y cuando entre en funcionamiento el segundo cable de conexión con la Península».
Hay que señalar que la planificación de Red Eléctrica ya contempla para el próximo quinquenio la construcción de este cable. De hecho, las Baleares concentran más del 17 % de la inversión del Estado, con cerca de 1.200 millones de euros.
Yllanes, además, ha querido manifestar que este Govern se ha comprometido a acelerar la transición energética y avanzarse a los objetivos establecidos. «Nos hemos propuesto un hito ambicioso pero posible para llegar al 2023 con un 25 % de energía eléctrica producida por renovables, haciendo un salto cuantitativo muy importante. Ya están en tramitación parques fotovoltaicos con una potencia de 530 MW, que equivale a la potencia que tenía Es Murterar cuando funcionaba a pleno rendimiento; con esto, sumado a los 100 MW que ya están en marcha y a los que vendrán, podremos llegar. Todo esto con una tecnología, la solar fotovoltaica, que no contamina nada», ha dicho.
Convertir Formentera en un referente de soberanía energética
En cuanto a la central de Can Marí de Formentera, Yllanes ha explicado durante su intervención que continúa siendo la principal productora de electricidad en la isla. En este sentido, el vicepresidente ha declarado que las actuaciones realizadas consisten en mejorar el aislamiento de los grupos y así reducir la contaminación acústica para los vecinos del entorno. «Sabemos que no es suficiente y la solución pasa por una entrada de renovables en Formentera que nos permita dejar de depender de es Ca Marí hasta llegar a su cierre», ha añadido. Por este motivo, el también conseller ha puesto énfasis en que «el autoconsumo en particulares, empresas y administraciones es clave si queremos cerrar centrales como es Ca Marí y convertir Formentera en un referente de soberanía energética. Pero para ello necesitamos la colaboración de todas las administraciones, desde los consells insulares hasta cada uno de los ayuntamientos porque la transición energética es cosa de todos. Cada uno, en la medida de sus capacidades y competencias, tiene que incorporar esta perspectiva climática en sus acciones».
«El autoconsumo es el camino para avanzar hacia la soberanía energética y la democratización de la energía. Un modelo energético cada vez más descentralizado, donde los ciudadanos se puedan empoderar y ser autosuficientes sin depender de las circunstancias del mercado eléctrico», ha finalizado.