@B.Roselló/ Veinte años, dos décadas. Ese es el tiempo que lleva l’Escola d’Arts i Oficis sin ver ni una sola brocha, ni un albañil ni un arreglo en sus instalaciones. Y más de diez años sin que un conseller haya pisado el centro que hoy sí ha visitado el conseller balear d’Educació, Martí March. Así lo ha asegurado con resignación el director del centro, Miguel Martínez. «Tampoco es cuestión de que vengan cada día ni cada tres meses», ha ironizado Martínez, que ya desde un principio se ha mostrado dubitativo si enseñar o no todas las dependencias.
Durante su visita, March ha visto los talleres de forja, de moda, de ebanistería y de interiorismo. Ha podido comprobar ‘in situ’ el sitio en el que los poco más de 200 alumnos se calientan su cabeza para dar con el ‘look’ de moda más creativo, con el diseño de interiorismo más original o, simplemente, cómo colaboran con la sociedad, creando jaulas trampas para atrapar las serpientes desde el taller de ebanistería. Durante el pasado año realizaron 200 para el Consell d’Eivissa y ahora están en la elaboración de otro centenar de cajas trampa para enviar a Formentera. Además, desde el taller de forja se está creando un mural para el hospital de Can Misses. Realizado con chapa de hierro, latón y aluminio se interpretará una alegoría a la vida con la escenificación de un recién nacido unido a la parte consciente, las neuronas.
L’Escola d’Arts no es el lugar de reunión de los alternativos, de aquellos bohemios que rehusan seguir la formación ‘aprobada’ por la sociedad -ESO y Bachiller- o de los jóvenes díscolos que no les gusta hincar los codos. Seguro que alguno hay, como en todas partes. L’Escola d’Art es la cuna de aquellos diseñadores que ahora se pasean por todo el mundo mostrando sus creaciones bajo el paraguas de la ‘Moda Adlib’. Es el centro de formación del que han salido los modistos que ahora desde el Consell d’Eivissa y de distinas insituciones les rinden homenajes por sus múltiples premios y poco les falta para que algún conseller les besen los pies. Es donde aprendieron a hilvanar, a cortar, a coser y a enfrentarse a la vida. A día de hoy, todos esos conceptos y valores los siguen enseñando desde sus minúsculos habitáculos, a pesar de ser el ‘patito feo’ de la educación de esta isla.
Es impresentable que en dos décadas no se haya invertido ni un duro en estas instalaciones ni que ningún ‘mandamás’ se haya acordado de ellos en sus visitas guiadas -en algunos casos múltiples- por la isla. Ahora, por primera vez, se acometerán las primeras obras. Mínimas e insuficientes, sí. Pero las primeras. Una inversión que supera los 160.000 euros para mejorar el vallado exterior, la cubierta y poco más. Pero queda mucho por hacer: calefacción, impermeabilización de las ventanas, reforma de los baños o, simplemente, mejorar los espacios.
Hoy ha quedado claro que l’Escola d’Arts, además de ser la gran olvidada de esta isla, ha salido adelante por su empeño, su ímpetu y fuerza de voluntad. Patrones que se hacen a mano alzada, sin contar con programas informáticos de diseño, una biblioteca con muebles, que podrían ser auténticas reliquias, o unos exteriores que bien podrían confundirse con un lugar abandonado. Aún así, l’Escola d’Arts continúa adelante y recibiendo premios de la mano de sus ex alumnos.
Pues a ponerse las pilas señores.
Ya era hora de que algún medio de comunicación hablara claro sobre las necesidades que tiene la escuela de artes y oficios de ibiza. Que por cierto, está lleno de grandes profesionales del arte y de la vida en general. Mis dos años en este insituto fueron los mejores de mi carrera académica y ellos fueron los responsables.
Es todo un insulto al arte y a la cultura que NADIE les de NADA, ni siquiera condiciones para una buena enseñanza como tienen otros centros.
PD: es tanta la profesionalidad de los profesores que incluso en esas condicines consiguen enseñar
No es verdad que en 2 décadas no se haya hecho alguna inversión. Sí es verdad que hace falta una intervención importantisima, pero en ese edificio?
Lo que sí necesita es un edificio nuevo