R. Beltrán/ Para una vez que encuentra el verdadero amor, va tan borracho que ni se acuerda de su nombre. Esto es lo que le ocurrió al cabo Garry John Urie, un militar de Paisley, en Gran Bretaña, que encontró a la mujer de su vida mientras estaba de vacaciones en Ibiza. Pero ese día había bebido tanto que los astros no se alinearon a su favor, más bien iban haciendo eses.
La historia fue así, según relata el Daily Record. Un grupo de amigos, entre los que está el cabo Garry John Urie, deciden relajarse un poco en Ibiza para olvidar la tensión acumulada tras haber prestado servicio en Afganistán. Urie, a quien su anterior novia acababa de dejarle, sólo buscaba en la isla un poco de diversión entre amigotes, un poco de castigo al hígado y muchas risas que recordar cuando estuviera de vuelta en el barracón. Pero ya se sabe, cuando el amor llega así de esa manera, uno no se da ni cuenta…
Urie le cantó Loving You a su enamorada
Un poco de cuenta sí que se dio el chico, que en su segundo día en Ibiza fichó a una “rubia mona de 22 años de Cumbernauld o algún sitio cercano a Lanarkshire o Glasgow”, según la definen sus amigos al rotativo británico en un retrato robot hecho a retales de lo que vieron unos y otros entre brindis y sorbos. Tras varias miraditas, Urie terminó de fiesta en una piscina, donde le cantó a la “rubia mona” la canción Loving You de Paolo Nutini frente a todos los allí congregados, con esa valentía que infiere el alcohol y el enamoramiento.
Tras el numerito musical, el cabo se pasó un momento por su hotel acompañado de sus amigos, con la intención de regresar a la fiesta en la que estaba la mujer de sus sueños, pero estaba tan borracho que no encontró el camino de vuelta y sólo recordó el nombre del hotel en el que se hospedaba su chica, el Marco Polo II, cuando ésta ya había volado a casa.
Sus amigos, descorazonados por la tristeza de Garry John Urie, han abierto una página en Facebook con el objetivo de encontrar a esa “rubia mona” que ha devuelto a Urie la fe en el amor. Una versión de Salvar al soldado Ryan con chica y borrachera de por medio. Esto son amigos.
Vaya gilipollez de noticia.
Por una vez que un borracho no se lanza a la piscina desde un balcón, no mata a un ciclista, no arrolla a un peatón o se hace papilla estampando la moto contra un coche, no nos quejemos, esta noticia es la más fresca que he leído en todo el verano