Laura Ferrer Arambarrri / Gracias al empeño y al trabajo de su hermana, Catherine Uro, y al interés de la editorial IDEA, los mejores carteles del genial artista y diseñador gráfico francés Yves Uro se han reunido en un libro que ya es difícil de conseguir por el gran éxito que ha tenido nada más salir al mercado. Hablamos con Catherine Uro, principal promotora del libro Urovision, en una entrevista en la que valora la creatividad y el riesgo de los trabajos de su hermano.
¿Cómo era Yves Uro de niño? ¿Ya apuntaba maneras?
Yves era un niño muy soñador, dibujaba todo el tiempo y en todas partes desde que era muy pequeño. Dibujaba en las cartas que enviaba, en sus cuadernos escolares, en sus blocs… Era mi hermano mayor y desde muy temprano admiré su habilidad para inventar historias y dibujarlas. En su caso, la imaginación se anteponía a la realidad. Lo cierto es que le gustaba también mucho la música además del dibujo, pero sobresalió en la segunda disciplina. A los diez años su trazo de lápiz era impresionante.
¿Era buen alumno?
Debo decir que no lo era y no porque no tuviera capacidades, pero el sistema escolar, demasiado estricto y con demasiadas restricciones, no iba con él, no le convenía. Yves siempre ha sido un verso libre, que buscaba solo la libertad para dibujar. ¡Contra el deseo de nuestro padre, que quería convertirlo en un ingeniero como él!
¿Y se rebeló contra eso?
Sí, finalmente nuestro padre aceptó que Yves se presentara al concurso de Bellas Artes de Metz (Francia), pero con la obligación de quedar el primero. Ese era el requisito… y lo logró. Obtuvo el primer puesto junto con otro chico. ¡Yves estaba feliz! Durante dos años cursó los estudios, pero, como también había reglas, terminó abandonando Bellas Artes, con gran pesar de sus maestros que reconocieron su don.
¿Cómo llegó Yves a Ibiza, qué le hizo venir a la isla?
El 11 de mayo de 1976 aterrizó en Ibiza e inmediatamente comprendió que había encontrado su refugio y el lugar donde quería vivir. En Metz, donde vivía, había conocido a una chica que conocía Ibiza y fue ella quien le presentó la isla. Creo que en ese momento la isla era el lugar ideal para Yves. Encontró la libertad y la posibilidad de hacer realidad sus sueños. ¡Además, se quedó hipnotizado por la luz que faltaba en el Este de Francia!
¿Y cómo se introdujo en el mundillo artístico y llegó a diseñar para la discoteca KU (actual Privilege)?
Nada más llegar a la isla, Yves comenzó caricaturizando a los turistas en la playa para ganar un poco de dinero. Muy rápidamente empezó a trabajar en creaciones para tiendas y clubes nocturnos y, como el KU era el local más grande, era obvio que su talento iba a interesar a los propietarios de la discoteca.
Y su vida en la isla, ¿cómo fue? Sé que se relacionó con la comunidad francesa de Ibiza…
Yves era una persona muy sociable pero también muy reservada. Tenía un pequeño grupo de amigos franceses que se reunieron con él en la isla con el propósito de trabajar y vivir allí. En ese momento, muchos jóvenes llegaron a Ibiza pensando que habían encontrado la tierra prometida; el lugar donde sería posible vivir de otra manera. Pero no podemos decir que Yves fuera un hippie… ¡de nuevo es imposible encajarlo en una categoría!
Los carteles que hizo para KU son míticos. Imagino que la gente los arrancaría de las paredes antes incluso de dar tiempo a que publicitasen la fiesta en cuestión…
Yves creó unos carteles muy hermosos que se hicieron muy populares entre los turistas, sí. Muchos carteles se arrancaban, es verdad, y algunos rompiendo las esquinas y perdían su valor. Yves llegó a imaginar más de 300 magníficos carteles, únicos tanto por la elección de técnicas como por el universo que muestra. Además de en Ibiza trabajó en proyectos en Bruselas, París o Tenerife.
¿Cómo falleció?
Yves regresó a Francia muy enfermo en noviembre de 1994 y fue hospitalizado. Murió el 21 de enero de 1995 en París. Había cumplido 40 años el 18 de octubre de 1994.
¿Qué importancia tiene el trabajo de Yves Uro?
La calidad de los carteles de Yves no tiene nada que ver con los que vemos hoy. En la época de los 80 había una elegancia, una investigación, una imaginación… Yves buscó crear carteles con un gran sentido estético, con una investigación previa en técnicas y colores.
En ese momento también había noches temáticas en el Ku, lo que inevitablemente fue un estímulo para la creatividad de Yves. Es cierto que cuando miramos sus carteles inmediatamente sabemos a qué período de tiempo corresponden y solo podemos sentir nostalgia por ese momento. Una época en la que la isla estaba más tranquila y donde la fiesta era menos decadente y vulgar. Yves defendió el derecho a la expresión y a la libertad, pero siempre con esta búsqueda de belleza y estética. Es cierto que el turismo de masas ha cambiado la isla para siempre.
Yves defendió el derecho a la expresión y a la libertad, pero siempre con esta búsqueda de belleza y estética. Es cierto que el turismo de masas ha cambiado la isla para siempre.
¿Y cuál es su legado?
Yves nos deja una maravillosa colección repartida por todo el mundo. Mi trabajo ha sido y todavía es encontrar y catalogar sus creaciones. Estoy agradecida a todas las personas que ya me han ayudado en esta misión. De hecho, hubo una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza en 1992 que cubrió 10 años de carteles. A su lado se exhibieron obras de otros artistas como Joan Alegret, Baron, Margen, Luis Romero, Carlos Genicio… En ese momento, el museo publicó un catálogo.
Mi objetivo es valorar la herencia que me dejó mi hermano, sacar a la luz sus dibujos para que su pérdida, tan joven, no quede en el olvido…»
¿Cree que se ha valorado en Ibiza a Yves Uro?
No puedo responder esta pregunta… Pero ahora, con el libro, la gente sabe que Yves tiene una hermana que sólo tiene un objetivo: valorar la herencia que me dejó mi hermano, sacar a la luz sus dibujos para que su pérdida, tan joven, no quede en el olvido…
En este sentido, descubrí que Gráficas Pitiusas organizó una exposición en 1998 de carteles de Yves durante la inauguración de su nuevo local porque la mayoría de los carteles de Yves fueron impresos allí.
¿Cómo nació la idea del libro?
Cuando murió nuestro padre, que sufrió mucho por la pérdida de Yves, ordené todas sus cosas. Fue triste y doloroso, me había quedado sin padres y, para encontrarle sentido a lo que estaba viviendo, surgió la idea del libro. Me llevó varios años y moví cielo y tierra para encontrar los carteles.. ¡y no he terminado todavía! Además de buscar testimonios.
Tuve la gran suerte de conocer a David Owen de la editorial IDEA.LTD que ya era fanático del trabajo de mi hermano y había organizado una exposición Moments in love en el ICA (The Institute of Contemporary Arts) en Londres en 2013 donde se exhibían carteles de Yves.
Hemos trabajado juntos con mucha confianza y debo decir que el resultado es increíble. Estoy muy agradecida al editor David Owen»
Hemos trabajado juntos con mucha confianza y debo decir que el resultado es increíble. Estoy muy agradecida a David Owen, sin olvidar a los coleccionistas que nos prestaron carteles: David et Stephen Dewaele, Wild life Archive y Paul Byrne de Test Pressing. El libro está a la venta online y en MINISHOP de Madrid pero lamentablemente no en la isla de Ibiza.
¿Cómo sería la obra de Yves Uro si viviera hoy en Ibiza?
Difícil de saber… Creo que Yves habría evolucionado con su tiempo, explorando todas posibilidades de las tecnologías disponibles actualmente. Ciertamente era un hombre de muchas facetas y muy inventivo, estoy segura de que viviría con mucha curiosidad y visión de futuro.