Mi nombre es Gabriela, soy madre de dos niños de 8 y 10 años, que van al colegio de Sant Carles, en Ibiza.
Comencé a escribir esta carta a las 12 del mediodía a modo personal, pero después de comentarlo con las familias de la clase, se ha convertido en una carta de 28 familias que queremos dar a conocer esta situación en donde, a nuestro parecer, se ha perdido totalmente el sentido común y en donde los más perjudicados son nuestros hijos.
Desde que se ha decretado el Estado de Alarma hemos intentado adaptarnos, como todas las familias, a este nuevo ritmo de estudio en casa.
Al margen de las posibilidades tecnológicas de cada uno, hemos dedicado bastante tiempo para llevar a cabo las tareas asignadas por los profes desde mediados del mes de marzo.
La buena disposición de la mayoría de los docentes en esta situación, ha sido fundamental para generar un ambiente de estudio en donde los peques están avanzando en contenidos, manteniendo unas rutinas saludables y buenos hábitos de estudio.
A todos nos ha costado al principio, no ha sido fácil… pero aquí estamos con estos pequeños campeones “encerrados” que nos enseñan a llevarlo mejor, que nos alegran el día a día y nos ayudan a aceptar las circunstancias.
Particularmente, con la clase de 5º grado de Educación Primaria, hemos tenido una experiencia MUY POSITIVA… os cuento…
Los chicos comenzaban las clases cada día con una asamblea on line a las 10:00, en donde se miraban las caras, comentaban el día a día del confinamiento, se reían, hacían trabajos en grupo e individuales… llevando una rutina impecable y una comunicación muy buena entre todos (alumnos, docentes y familias).
Justo antes de comenzar las “vacaciones” de Semana Santa tuvimos una reunión de padres on-line (fue bastante emotiva al poder vernos las caras nuevamente y poder comentar nuestras preocupaciones de manera conjunta con la tutora).
La conclusión de la reunión fue el reconocimiento por parte de las familias, al excelente trabajo tanto de los niños como el que estaba haciendo la tutora con nuestros hijos. Todos muy contentos y todo muy bien… LOS NIÑOS MUY BIEN, las familias, la tutora, los estudios… todos en armonía y con ganas de volver a estar juntos, aunque sea de manera virtual.
Pero… qué sucedería si de pronto… en medio de estas vacaciones de Semana Santa, tras haber asentado unas bases muy constructivas, haber conseguido que los niños se sientan tranquilos y contenidos en este ambiente excepcional en el que vivimos… te dicen desde el colegio que a partir del día 20 de abril nos presentarán telemáticamente a la “maestra titular” de la clase, que por motivos excepcionales tiene que volver a su plaza y que la persona con la que se han relacionado los niños desde comienzos del curso, en septiembre de 2019, ya no estará?
Nos hemos quedado todos de piedra con la noticia… ¿¿¿queeeeeeeé??? ¿¿¿Ahora que todo funcionaba a la perfección???
– Imposible, no… no me lo creo… pero sí… Increíble pero cierto. A nivel legal esta persona puede recuperar su plaza de titular en cualquier momento, en cualquier momento…????
Es decir, el vínculo, la relación creada con la comunidad de familias, alumnos y la maestra adónde quedan? ¿Y la comparecencia que acabamos de escuchar de la Ministra de Educación?
¿Se puede ser más oportuno para venir con estas cosas???
Ya me hubiera parecido una locura que suceda en un año lectivo normal, que un maestro titular pueda recuperar su plaza 2 meses antes de terminar las clases, sin conocer el desarrollo de sus alumnos durante el curso escolar… pero en esta situación de confinamiento y de tantos cambios, es aún mucho peor.
Esta Maestra Titular, sea cual sea la razón por la que ha decidido volver, a estas alturas del año lectivo y en esta situación de Alarma, a recuperar su plaza, es una desconocida para los niños y para nosotras las familias.
NUESTRAS PREGUNTAS SON:
¿Es realmente necesario que vuelva a recuperar la plaza en esta situación?
¿Dónde está la ética profesional que vela por el bienestar del alumnado y de las familias?
¿Lo de mantener la rutina y el vínculo con el docente en este caso no es aplicable?
¿Y lo de generar tranquilidad en situaciones como estas?
Estamos en una situación nunca antes vivida, con una vulnerabilidad emocional muy alta, a tan sólo 2 meses de terminar el curso escolar…Ahora más que nunca hay que pensar en la salud mental y física de los niños, no en los intereses personales de un funcionario público.
Es por esto que pedimos por favor que se respete el vínculo que hay entre la actual tutora de la clase y el grupo (alumnos y familia) al menos hasta que termine el curso actual.
LOS NIÑOS NECESITAN A SU MAESTRA, NO A UNA EXTRAÑA.
Si la educación debe girar entorno al vínculo que el maestro establece con sus alumnos en coordinación con sus familias ¿dónde queda todo eso?
Tal vez haya llegado el momento de pensar realmente en cuál es la verdadera prioridad educativa, ¿el derecho de los docentes o el derecho de los niños y niñas?
Y por favor, os pedimos encarecidamente a todos los responsables de esta situación, que no nos generen más inestabilidad emocional de la que llevamos, con la que nos está cayendo encima a todos, esto no era para nada necesario.
Un saludo, gracias a todos y ¡¡¡muchos ánimos!!!
Gabriela Yañez y Guillaume Lefevre (junto a las firmas de otros padres y madres del centro)
A mí este artículo, como maestra, me produce muchas sensaciones. Adelanto que no conozco a ninguna de las maestras implicadas, y espero poder explicarme bien.
Entiendo que, ante esta situación excepcional, nos surjan miedos, dudas, incertidumbre… es completamente natural, todos los tenemos.
No dudo que la maestra interina sea una gran profesional, y desde aquí le deseo lo mejor en su recorrido, que seguro será maravilloso.
Sin conocer la situación personal de esta maestra que se incorpora, hay que tener presente que tiene derecho a estar de baja y de excedencia por unos supuestos bien definidos por la ley, y a incorporarse a su puesto de trabajo de acuerdo a las exigencias de la normativa. Me parece importante reflexionar sobre lo que supone la renuncia de los derechos laborales para todos.
Evidentemente, ustedes mencionan los derechos de los niños, lo vital en este asunto, sin duda. Pero estamos hablando de una persona titulada y preparada como lo es la que ha sido su sustituta, no lo dudo. Pero aún no ha comenzado el trimestre. Consideran en serio hablar de su vuelta de una manera tan negativa, dando por sentado que no va a funcionar? No merece un voto de confianza?
Acabo mandando ánimos a todos, tanto a las maestras implicadas como a ustedes y al resto de familias, porque de veras entiendo que esto no es fácil. Pero no lo es para nadie, a todos nos ha cogido de imprevisto y ha trastocado todos nuestros nuestros planes y proyectos.
Un abrazo y mucho ánimo para el tiempo que nos viene.
Buenas tardes.
Soy maestra interina y me ha pasado exactamente lo mismo con una maestra titular con una excedencia que supuestamente no se iba a incorporar este curso.
Mis niños y niñas son de primero de Primaria y soy especialista en 5 años, el vínculo con su «profe» es muy importante en estas edades y más en estas circunstancias, pero parece que eso no es lo importante.
Yo estoy en casa, haciendo cosas, pero siento que estoy desatendiendo a mis niños y a mis familias porque no me puedo entrometer en la labor de otra docente que es la titular y nueva profe desde este martes día 14 de abril.
Espero que esto y otros casos similares hagan recapacitar a las Direcciones de Área y a otros organismos para que se priorice el bienestar colectivo por el «bienestar» partidista y oportunista de una persona con plaza que probablemente ha visto en el «teletrabajo» un filón sin pensar en las consecuencias para el resto.
Un abrazo a todas las familias que os habéis movilizado, es muy bonito y muy frustrante a la vez.
En mi caso, yo soy profesora de educación secundaria. El vínculo con los alumnos también se crea en esta etapa, aunque creo que es diferente al que se produce con los niños de primaria, los niños de primaria sienten un mayor apego. En septiembre me sometí a una cirugía de columna y mi baja se prorrogó hasta el 2 de abril. Mi médico de cabecera consideró que ya estaba bien para trabajar, especialmente si era desde casa, y decidió darme el alta. Yo también consideraba que estaba ya suficientemente recuperada incluso teniendo que desplazarme al instituto. Pero pienso que mi vuelta era totalmente inoportuna. No conocía a mis alumnos ni he llegado a conocerlos antes del confinamiento. Ellos ya estaban acostumbrados a mi sustituto y a él también lo fastidié con mi incorporación. Esto era negativo desde todos los puntos de vista, pero… ¿qué podía hacer? ¿Obligar a mi médico a prolongar mi baja en contra de su opinión? No estaba en mis manos, sino en las de mi médico, que hizo su trabajo de forma profesional. Con esto quiero hacer hincapié en que la culpa, sí es que hay un culpable en esta situación, no tiene por qué ser de la persona que vuelve. A veces no está en sus manos decidir cuándo vuelve, como ha sido mi caso. Yo estoy intentando conocer a mis alumnos a través de la plataforma y, cuando se acaben las vacaciones (en Murcia volvemos el lunes), llamaré por teléfono a padres de mis alumnos desconectados y de los que considere necesario. Aunque esta situación es desafortunada, creo que se le debe dar una oportunidad a la maestra titular. Seguro que no sale tan mal. Un saludo.
Estoy muy de acuerdo con las dos posturas que definís, mi opinión es que siempre deben prevalecer los derechos de los niños.
Pero me permito poner encima de la mesa que esto no es más que un síntoma más de un sistema educativo arcaico e inútil, perjudicial para los niños y para la sociedad presente y futura.
Necesitamos un sistema educativo que no se base en «cada maestrillo su subrillo» y se base en proyectos educativos fuertes y operativos, elaborados bajo unos valores y principios compartidos por la comunidad educativa y desarrollados en buenos planes estratégicos y anuales. Y lo que es más importante, con una misión, con una visión clara de lo que es educación, y con unos planes de trabajo diario elaborados y ejecutados por equipos de personas y no por personas individuales y liderados por buenos equipos directivos centrados en la educación y no en la gestión y el papeleo.
Esto garantizaría en gran medida que falte quien falte, o se incorpore quien se incorpore, las cosas funcionarán de forma coherente y positiva.
Hola, buenas. Mi nombre es Rafa y me gustaría saber cómo quedó el asunto del Sant Carles de Ibiza, y si esa carta tuvo algún efecto para conseguir su propósito.
En mi centro estamos en una situación similar y, sin dudar de la capacidad de la titular de la plaza, a la que ni conocen los niños, ni los demás docentes, lo que sí sabemos es el trabajo que ha realizado durante este más de mes y medio el maestro interino para poder crear Escuela a través de las nuevas tecnologías.
Sé que la ley es interpretable, y que los derechos de unos priman sobre los de otros, por eso pregunto si en alguno de los casos que conocéis, se ha resuelto por defender la postura de las familias como en este caso que expone la carta del blog.
Gracias.