EFE / Los retrasos aéreos en Europa en lo que va de año ya han superado el doble de los que se registraron en el mismo período de 2017, advirtió hoy la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Por ello, el organismo instó a gobiernos y proveedores de servicios aéreos en Europa a abordar los obstáculos que afectan al espacio aéreo en esta región.
«Nos encontramos en la temporada de verano en Europa. Los viajeros quieren llegar a sus destinos vacacionales a tiempo y demasiados estarán decepcionados por las demoras en el tráfico aéreo», lamentó el director general de la IATA, Alexandre de Juniac, en un comunicado.
«Deberíamos estar progresando, pero los retrasos ya doblan los del año pasado y no hay una solución rápida para este año», agregó.
Según De Juniac, «con las inversiones correctas y la planificación por gobiernos y proveedores de servicios aéreos podemos y debemos hacerlo mejor el próximo año».
Los datos recopilados en la primera mitad de 2018 muestran que la demora en la gestión del tráfico aéreo acumula 47.000 minutos de retraso al día, más del doble que en el mismo período del año pasado.
La IATA atribuye estos retrasos a la escasez de personal y de capacidad, así como a otros motivos como las condiciones meteorológicas o las huelgas.
La media del tiempo de espera para los vuelos retrasados alcanzó los 20 minutos en julio, y el retraso más grave alcanzó los 337 minutos, unas cinco horas y media.
Según esta asociación internacional, las compañías aéreas en Europa han expandido su oferta a nuevos destinos para satisfacer la demanda de los pasajeros, por lo que el tráfico aéreo en el continente está en crecimiento.
Más tráfico, más beneficio
Los proveedores de servicios de navegación aérea (ANSP, en sus siglas en inglés) encargados de gestionar el espacio aéreo de cada país y de cobrar las tasas de vuelo por sus servicios, han aumentado sus beneficios por el incremento del tráfico aéreo pero no han hecho las inversiones necesarias, sostuvo la IATA.
Además, estas compañías no han invertido lo suficiente en personal o bien han utilizado prácticas de empleo obsoletas que no despliegan personal cuando y donde se necesita, resultando en demoras innecesarias para los pasajeros, según la IATA.
Tampoco muchos ANSP europeos han realizado inversiones tecnológicas destinadas a aumentar la capacidad de gestión, añadió.
Por todo ello, De Juniac concluyó que «el cambio debe empezar ahora ya que los pasajeros están hartos» de esta situación.