@Noudiari / EFE / Las cadenas de supermercados abren sus puertas este lunes con nuevas restricciones a nivel de horarios y aforo para evitar colas y aglomeraciones como las registradas la semana pasada, e incluso ya hay alguna que limita el número de unidades que cada cliente puede comprar de un mismo producto.
Las medidas tienen por objetivo garantizar la seguridad y la higiene tanto de los consumidores como de los empleados ante la propagación del coronavirus, según han apuntado las mismas empresas, que también han coincidido en reforzar los protocolos de limpieza de sus instalaciones.
Otro punto a controlar en los supermercados a partir de este lunes será que los clientes guarden una distancia mínima de un metro, tanto en la fila de caja como en la entrada de acceso al establecimiento mientras se aguarda el turno, para lo que varias cadenas han colocado señales que facilitan esa separación a los clientes.
Es el caso de Mercadona -líder del sector con un 25 % de cuota de mercado y 1.600 tiendas-, que ha optado por reducir su horario y cerrar sus puertas una hora y media antes de lo habitual: a las 20.00 horas en vez de a las 21.30.
También se controlará el número de personas que accedan al supermercado; según fuentes sindicales esta cifra oscilará entre 100 y 200 personas en función del tamaño del centro, a lo que se sumará la suspensión temporal de algunos servicios al cliente como el área de comida preparada, el corte de jamón o el mostrador de preparación de la carnicería.
Estas medidas ya se han podido comprobar esta mañana en el Mercadona de Sant Antoni que, como se aprecia en el vídeo, se respeta la fila única guardando distancia de seguridad para acceder al interior con pocos clientes para controlar el aforo.
Entre las cadenas regionales, la cooperativa valenciana Consum ya adelantó la víspera que a partir de este lunes limita su horario de 10.00 a 20.00 horas y solo permitirá que cada cliente se lleve un máximo de seis unidades de un mismo producto.
Desde el sector de la distribución han incidido en que el abastecimiento de alimentos está asegurado pese a la situación creada por la propagación del coronavirus, que la semana pasada derivó en grandes aglomeraciones en sus tiendas, largas filas en caja e incluso provocó que algunas estanterías quedaran vacías, una imagen poco habitual.
De hecho, el estado de alerta decretado por el Gobierno incluye el cierre del comercio minorista a excepción -entre otras áreas- de las tiendas de venta de alimentación y garantiza el acceso de la población a estos productos.