La dietista ibicenca Marina Ribas presenta esta semana su libro ‘Recetas ketomediterráneas’ (Larousse) en Sa Nostra Sala, en Vila. Se trata de un conjunto de unas 80 recetas en las que Ribas ha llevado la dieta ‘keto’ a platos tradicionales de la isla. Se trata de una dieta muy baja en carbohidratos, moderada en proteína y alta en grasas.
La entrevistada reconoce, en conversación con Noudiari, que esta descripción «contrasta mucho con las recomendaciones oficiales, que son de un 50% o 55% de carbohidratos y un consumo de grasas bastante más moderado». «Pero esta se trata de una dieta que tiene como objetivo mejorar determinados parámetros de salud y determinadas patologías con las que el organismo, en vez de funcionar con carbohidratos, funciona con cuerpos cetónicos, que es un subproducto derivado de quemar grasas». La dietista señala que esta es una herramienta terapéutica muy útil, por ejemplo, para pacientes con diabetes y también en aquellos que sufren enfermedades neurodegenerativas y algunos tipos de cáncer. «Hay evidencias científicas sobre ello», explica.
La presentación se llevará a cabo este jueves, 26 de mayo, a las 20.00 horas, tal y como ha detallado la autora en redes sociales. La acompañará José Miguel Guasch, nutricionista y experto en psiconeuroinmunología.
Algunos de los platos que Ribas destaca son los calamares rellenos de sobrasada, una receta bastante ibicenca de la que dice que es «un guiño a la gastronomía local»; panellets y un roscón de reyes en versión keto. «Hay muchas vías, prescindiendo de los carbohidratos, para hacer muchos platos tradicionales de nuestra cultura gastronómica versionados en la versión cetogénica», subraya. En esta línea, Ribas apunta que con esta publicación «quería salir un poco de este mito de que comer saludable es pasarlo mal»: «No es solo comer ensalada y pollo a la plancha, se pueden hacer muchas más cosas y muy buenas. Algo bueno que tiene la dieta keto es que nos permite comer grasas, y si alguna cosa tenemos aquí es un aceite de oliva magnífico, almendras, frutos secos, lácteos de cabra, de oveja… Había que aprovechar todo esto para dar un poco de vida a una dieta que podría resultar muy restrictiva», añade durante su conversación con este diario.
Sus recetas las elabora en base principalmente a los productos que tiene en su propio huerto: «Por decirlo de alguna manera, soy una payesa frustrada, y siempre me he sentido muy cerca de la tierra, el mar, quiero mucho este trozo de tierra en el que ha nacido y mi libro en parte también es un homenaje a todo ello».
Es en este momento cuando habla de las enseñanzas de sus abuelos en este sentido, y que ahora ella quiere transmitir a su hijo: «Siempre he tenido la suerte de vivir con los abuelos, que son gente de campo y de quienes he aprendido mucho. Y quería que mi hijo viviese lo mismo, que tuviese un huerto y que, aunque en pequeño, pudiera conocer la vida de campo que tuve yo cuando era pequeña».
Cabe destacar que Marina Ribas, aparte de redactar las recetas, se ha encargado de tomar las fotografías de los platos y, posteriormente, editarlas. Y es que desde la editorial Larousse se fijaron en las fotografías que subía a su perfil de Instagram y les gustó mucho su estilo. «Mi padrino es fotógrafo, me envió objetivos y me explicó algunos trucos para que yo pudiero sacarlo adelante». Opina que la estética de los libros de gastronomía son también un elemento fundamental: «No suele comprar aquellos que vienen sin fotografías, porque hace falta hacerse una idea de cómo será el plato, así que el apoyo gráfico debe llamar la atención, para mí es imprescindible».
‘Recetas ketomediterráneas’ se puede encontrar desde el 12 de mayo en las librerías. También se puede adquirir a través de Amazon y en formato electrónico.
El por qué de este libro
Uno de los motivos que empujaron a esta dietista de Ibiza a ponerse manos a la obra con este proyecto fue que a su marido le diagnosticaran diabetes de tipo 1, hace ahora «siete u ocho años»: «Esto es algo que suele ocurrir en la infancia o en la adolescencia, y a el le cogió con treinta y pico, la verdad es que fue una sorpresa», cuenta.
«Nosotros durante un tiempo seguimos las recomendaciones oficiales, pero el tenía una diabetes bastante difícil de controlar. Descubrimos la dieta cetogénica y ha resultado ser una herramienta tan útil e importante en nuestro día a día como la insulina, porque le ha ayudado muchísimo conseguir unos niveles de glucosa estables y a mantenerse con salud, evitando las complicaciones derivadas de la patología», relata Ribas, satisfecha por ello.
En el caso de los pacientes con diabetes, «que en realidad es una intolerancia a los carbohidratos», la entrevistada apunta que un consumo elevado de carbohidratos les eleva mucho la glucosa, y que con una dieta mucha más moderada o baja en carbohidratos, como una dieta cetogénica, «suelen mejorar bastante los niveles de glucosa y en muchos casos, en el caso de la diabetes de tipo 2, es posible revertirla; y en la de tipo 1, en la que la persona es insulinodependiente, no tener que medicarse tanto».