El grupo hotelero Meliá abrirá en 2024 al menos 20 establecimientos, con 4.000 habitaciones, un 50 % de ellos en el segmento de lujo, y pretende concentrarse en destinos en los que ya está implantado en lugar de explorar nuevos mercados, ha explicado en una entrevista con la Agencia EFE el consejero delegado de la compañía, Gabriel Escarrer. Meliá cuenta con tres hoteles en Ibiza en la actualidad: Me Ibiza y Meliá Ibiza, ambos en Santa Eulària, y el Innside Ibiza en Cala de Bou, Sant Josep.
Aun a falta de las cifras definitivas, la cadena calcula que habrá cerrado 2023 con cifras tanto de ingresos como de ebitda (resultado bruto de explotación) y de beneficio neto «alineadas» con el consenso del mercado, que sitúa el ebitda en torno a los 474 millones de euros, un incremento de casi el 10 % sobre 2022 (430 millones). Escarrer había comprometido unos 470 millones: «vamos a estar ahí en líneas generales», ha dicho.
Uno de los puntos fuertes de la expansión será México, donde doblará su cartera en tres años, hasta 14 hoteles, con un total de 4.100 habitaciones. Actualmente opera siete hoteles, todos ellos en propiedad, con 2.569 habitaciones.
Allí incorporará un nuevo establecimiento en Puerto Vallarta, bajo la marca Paradisus, con un socio local, el grupo Gaalata, con el que también pondrá en marcha dos ME by Meliá, en Guadalajara (en el este del país) y Sayulita (costa del Pacífico) en 2024.
En 2025 abrirá un segundo establecimiento en Sayulita, éste bajo la marca Zel (la que comparte con el tenista Rafael Nadal), también con Gaalata. A ellos sumará otro en San Miguel de Allende (cerca de la capital). Para 2026 ha firmado su primer Gran Meliá en el país, en Punta Canuva, un nuevo desarrollo en la Riviera Nayarit, en el Pacifico.
El resto de las aperturas se concentrarán en Europa, en destinos clásicos como España, Italia y Portugal y en otros de gran potencial, como Albania y Malta; y en Oriente Medio. El Caribe y el sudeste asiático, sobre todo Vietnam, Tailandia e Indonesia son otros de los focos de interés.
En Oriente Escarrer destaca Arabia Saudí, donde la compañía tiene firmados dos hoteles con un socio local y un equipo establecido en la zona que analiza nuevas posibilidades.
Meliá comenzará el año con la apertura de un Gran Meliá en Barcelona; consolidará su presencia en Milán con un Collection en el cuarto trimestre, enseña con la que abrirá otros dos establecimientos en Mallorca y uno más en La Habana, los tres entre febrero y marzo.
En 2023 la cadena abrió 12 nuevos hoteles (con 2.014 habitaciones), con destinos nuevos como Malta y Albania, además del Ngorongoro Lodge Meliá Collection (en Tanzania) o el Palazzo Cordusio Gran Meliá en Milán.
Aunque no avanza cifras definitivas, el CEO y vicepresidente ejecutivo de Meliá calcula que habrán cerrado 2023 con cifras «alineadas» con el consenso del mercado, que sitúa los ingresos en 1.870 millones de euros; el ebitda, en 477 millones, y el beneficio neto, en 109 millones de euros. (En 2022 ingresó 1.692 millones, tuvo un ebitda de 430,8 millones un beneficio neto de 110,7 millones).
Para Escarrer, los grandes números de 2023 se sitúan por encima de los de antes de la pandemia salvo en el caso de la ocupación, aun un 4 % por debajo por la peor evolución de sus hoteles en Cuba y Asia, donde la recuperación entre los principales emisores (Japón, China y Corea) está siendo más tardía.
Además, el primer trimestre de 2023 los alemanes, un mercado más precavido, se retrajeron en sus decisiones de viaje por las fuertes subidas de los precios de la electricidad y el gas.
Para 2024 espera que la ocupación alcance ya valores precovid, entre otras razones por el dinamismo que está tomando el mercado asiático.
De hecho, las reservas en libros son «muy positivas», con aumentos del 25 % para el verano y un despegue fuerte de la temporada de invierno tanto en Canarias como en el Caribe y en Asia Pacífico.
También en el segmento de turismo de congresos e incentivos (mice en inglés), que se incorporó más tarde a la recuperación, se ven incrementos «muy importantes» sobre la misma fecha del año anterior.
La normalización postcovid está devolviendo la demanda a patrones anteriores, de forma que los viajeros ahora empiezan a reservar con más antelación. También las cifras de cancelaciones -elevadísimas en la pandemia- se acercan a aquellos valores.
En línea con otros directivos del sector, Gabriel Escarrer se muestra partidario de que las compañías «no sean tan flexibles» en la cancelación gratuita. De hecho en las fechas críticas del año (verano, Semana Santa o Navidad) «ya no tenemos esa flexibilidad que teníamos durante el covid».
Por segmentos la recuperación es «equilibrada» entre urbano y vacacional. Es muy destacable en los primeros, que habían ido más rezagados, y en los últimos meses registran un comportamiento mejor, sobre todo en ciudades con un fuerte componente de ocio y en urbes europeas, con Berlín y Hamburgo con desempeños «muy significativos».
En materia de precios, pese a las fuertes subidas de los últimos dos años, Gabriel Escarrer cree que hay margen de mejora de los ingresos por habitación ocupada (RevPAR). En los nueve primeros meses del año este indicador subió un 31,6 % sobre 2022 y más de un 12 % sobre 2019, liderado por ciudades europeas como Roma, Londres, París o Milán.
A su juicio, estos crecimientos son sostenibles en el tiempo y, de hecho, todas las previsiones apuntan a una continuidad del crecimiento aunque «no debemos creer que el crecimiento será ilimitado».
En su opinión «no es hora de crecer sino de transformar el turismo» y apostar por la calidad en lugar de por la cantidad, que reduciría las «externalidades negativas» del turismo.
Uno de los factores que está contribuyendo a esa mala opinión sobre el turismo es el crecimiento «desmesurado y sin control» de las viviendas de uso turístico (VUT) que provocan problemas de gentrificación, alza de los precios de la vivienda, conversión de los centros de las ciudades en «parques temáticos» y destrucción del patrimonio histórico.
Por ello, cree que en los cascos históricos deberían estar totalmente prohibidas las VUT y se felicita por la reciente sentencia del Tribunal Supremo que considera que si en los estatutos de una comunidad de vecinos se prohíbe desarrollar actividades profesionales o empresariales en las viviendas es lícito prohibir que un propietario alquile su casa a través de las plataformas.
EFE / Redacción