Los escenarios de Ibiza aman a Mimi Barber, una cantante con una presencia escénica brutal pero que, a la vez, huye de divismos y disfruta de la cercanía del público. Su vozarrón, su melena de leona y su personalidad arrolladora han brillado este verano en grandes escenarios y en fiestas privadas, aunque donde se siente como en casa es en los conciertos que ofrece en el Teatro Ibiza, para los que todavía tiene dos fechas en septiembre (este sábado 7 y el 14 septiembre) junto a The Groove Machine, antes de partir hacia Miami en octubre para potenciar sus otros proyectos invernales.
—Es canaria de nacimiento pero ha echado el ancla en Ibiza, desde donde se mueve por todo el mundo. ¿Qué le ha dado Ibiza?
—Soy canaria con orgullo máximo, pero Ibiza me lo ha dado todo y más. Estoy súper agradecida con esta isla, donde me he consolidado como cantante. Desde que llegué, siendo nadie y con lo justito para vivir al día, se me abrieron unas puertas espectaculares: cantar con Alejandro Sanz o Laura Pausini y recorrer el mundo entero viviendo en un avión.
He sido cantante residente en Lío, gracias a su director artístico, Joan Gracia, y allí sigo trabajando de la mano de Sebastián Gamboa con su fiesta Vintage Ibiza. También en el Teatro Ibiza, que es mi casa, además de cantar en espectáculos de los hoteles de Palladium Hotel Group y en el Mondrian. Los días que tengo ‘libres’ entre un evento y otro, cojo un avión y voy a trabajar a Estados Unidos (Miami), Italia, Egipto, Alemania…
Además hago muchos eventos privados como bodas y otras celebraciones, tanto sola como con diferentes músicos, en diferentes formatos… Y, junto a mi pareja, Adrián Marín, que es chef en Lío, hemos creado una pequeña compañía, LCC, Locuras con Cabeza, para eventos y artistas, que nace de mi experiencia. También colaboro con Noelia Calvo y su empresa Sinita Agency.
—Sus primeros pasos en Ibiza los dio en el antiguo Teatro Pereyra, que llevaba la familia Harmsen y cuyo legado ahora sigue con Juangui Harmsen en el Teatro Ibiza. ¿Qué significa para usted este lugar?
—Todo. Nací musicalmente en Ibiza, en el antiguo Teatro Pereyra y siempre de la mano de Juangui. El Pereyra lo tengo en mi memoria, allí fueron mis principios y había una energía súper especial también. En el Teatro Ibiza se mantiene la magia y, además, varios de los músicos con los que empecé estamos juntos allí con la banda The Groove Machine. Todos los músicos queremos tocar ahí porque tiene un imán súper especial. El Teatro Ibiza es, quizás, donde me puedes conocer mejor, porque, aparte de escucharme cantar, puedes pasar un buen rato con mis historias [ríe]. Me muestro como realmente soy yo: una cantante súper normal, consciente de lo que hago y de dónde estoy. Y lo cierto es que si tengo que nombrarte a alguien muy especial para mí te diría que Juangui, al que le doy las gracias por seguir confiando en mí después de llevar trabajando juntos casi 13 años.
—En el escenario es un torbellino: ¿le sale el fuego interior al coger el micrófono?
—Soy hiperactiva, intensa, risueña, muy payasa. No muestro mucho en redes sociales porque no vivo por ellas. A mí me gusta la gente, el contacto, el escenario. Estoy tan enamoradísima de mi trabajo que no lo veo como un trabajo. Cada vez que me subo al escenario tengo los mismos nervios y a veces me digo a mí misma: ¡pero cómo después de tantos años no se me quita esto! Pero prefiero que no se me quite porque es también parte del subidón.
—¿Y esos nervios los calma con algún ritual?
—Antes de salir siempre doy gracias a Dios y a todos mis santos. Tengo mi religión y sé que me protegen. Una vez con el micrófono me olvido de todo y no me lo pueden quitar (ríe).
—Y muchos la conocen por sus espectaculares apariciones en grandes escenarios como La Movida o el Children of The 80’.
—Así es. Esta temporada tengo dos fechas gracias a Moisés Berlanga, que siempre ha sido mi jefe en Hard Rock Hotel (donde se celebra la fiesta) y también gracias a Natasha Andiña. Esta fiesta es totalmente de mi palo: soy ochentera, setentera… de la old school [vieja escuela] y quien me contrata sabe que lo mío es todo lo antiguo [ríe].
También he tenido la oportunidad de estar con Phante haciendo el warm up de David Guetta, donde presenté un tema nuevo titulado Do it!, una canción que lanza un mensaje: hazlo, con miedo, con tristeza, con un pie dentro y otro fuera, pero hazlo, hazlo y no te arrepientas. Tengo varios temas propios grabados y tengo en mente sacar disco… incluso tengo una versión de Freed from desire en castellano que se llama Dímelo ahora.
También tenemos temas nuevos con los chicos del Teatro Ibiza, cosas preciosas que hemos compuesto entre nosotros y hemos mostrado en el Teatro. Como buenos músicos, quedamos a las cinco de la tarde pero aparecemos a las seis y media y vamos tocando, creando… y al final sacamos unas cosas súper chulas que luego, cuando las tocamos, nos emocionamos tanto que nos dan ganas de llorar, ¿sabes?
—¿Ha conseguido eso tan difícil que es vivir de la música?
—Gracias a Dios, sí. Esta no es una carrera de metas, es una carrera de resistencia. Si te mantienes y mantienes a la gente prendada con alma y pasión, sigues adelante. Lo principal para agarrar al público es transmitir la canción con mucha verdad, sea de amor, de desamor o una canción de fiesta. Siempre con mucha verdad. Cuando pasa todo esto, todo lo demás camina solo. Pero es duro este camino, las lágrimas más gordas que he derramado han sido por esta carrera súper complicada… que también me ha dado las más grandes alegrías. Hay que luchar y hay que ponerla como prioridad.
—Empezó muy joven, ¿tuvo el apoyo de su familia en esa decisión de dedicarse a la música?
—Yo he tenido la suerte de tener una madre que piensa lo mismo que yo: “Primero el sueño y luego lo demás”. Claro que no se puede ser ignorante y hay que tener una base y unos estudios, pero creo que hay que darle siempre más importancia a los sueños. Vengo de una familia muy humilde y yo no he podido tener preparación, así que enseguida me puse a trabajar.
Entonces lo he conseguido a base de pico y pala, de echarle mucha cara, de llevar la cabeza alta, siempre por delante, segura de lo que quiero porque yo estoy aquí por algo, estoy con todas.
Mi madre me preguntó: ¿tú quieres ir a por la música? Y yo le dije que sí, aunque tenía una niña pequeña entonces… Y ella me dijo: vale, aquí no te preocupes, yo te ayudo con la niña, te ayudo con todo, pero si vas a hacer eso, si vas a ser cantante, vete con todas y no te preocupes por lo demás, no mires ni para atrás, arranca. Entonces cogí mi maleta y arranqué…
—Y hasta hoy…
—Así es, aunque no es un mundo fácil. Hay muchas cosas buenas y malas también… envidias, hay mucho ego… Hay que respirar y seguir, seguir. Estoy contentísima de dónde he llegado, de lo que tengo, de cómo me trata la gente, de lo que hago sentir a la gente cuando canto y me da igual que sea ante dos personas, ante diez o para mil; en el Teatro Ibiza o en una boda. Salgo con una sonrisa y para mí eso es comida; es comida para el alma. Y digo algo más: da igual los años que tengas. Si tienes un sueño, primero va el sueño. Hay que escucharse a uno mismo y buscar qué es lo mejor que sabes hacer. Hacer de tu pasión tu trabajo.
—Es inevitable preguntarle por su paso por los programas de talentos en televisión La Voz y Top Star.
—A mí la tele no me quiere [ríe]. Yo soy tan de verdad con la música, que me saca de quicio el paripé de la televisión. Tener que seguir un guión y que no pueda ser todo natural y de verdad no va conmigo. Pero en la televisión aprendí muchas cosas… como a maquillarme como lo hago ahora.
—¿A maquillarse?
—Pues sí, yo me maquillo ahora como lo hago gracias a tele [ríe] No sabía y allí aprendí a hacerlo bien.
—Además usted es muy fiel a su estilo e imagino que en la televisión tenía que mostrar otros registros.
—Imagínate que todo el mundo escuchara a Ray Charles, Tina Turner, Whitney Houston, Donna Summer… creo que el mundo sería diferente porque el mensaje que dan las letras de esas canciones es muy diferente del que da el reggaeton. A veces me piden que cante cosas así pero yo lo tengo muy claro: antes de contratarme tienes que saber que Mimi Barber tiene un repertorio de 200 canciones y que tienen que elegir dentro de eso, aunque estoy abierta a aprenderme otras canciones siempre que sean adecuadas al show, mi estilo o mi manera natural de cantar.