Aunque cada vez es menos común, la Navidad sigue asociada al ruido de los petardos, un hábito peligroso que persiste, especialmente entre los más jóvenes. A pesar de que los petardos utilizados durante estas fiestas tienen una carga explosiva baja, no están exentos de riesgos. Para evitar accidentes y daños, es fundamental adquirirlos solo en establecimientos autorizados, nunca a granel ni en mercadillos ni puestos ambulantes, ya que esta práctica está prohibida por la normativa.
El Reglamento de Artículos Pirotécnicos y Cartuchería de 2015, una norma específica que regula la venta y uso de productos pirotécnicos, tiene como objetivo garantizar un control más estricto sobre su comercialización y prevenir riesgos. Según esta regulación, el incumplimiento de las normativas puede acarrear sanciones económicas considerables, que van desde los 300 euros para infracciones leves, hasta multas de hasta 600.000 euros en casos graves. Esta normativa también especifica las edades mínimas para el uso de los distintos tipos de petardos, que varían entre los 12 y los 18 años, dependiendo de su categoría.
Ginés Taboadela, cabo mayor de la Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil en la Comunidad de Madrid, destaca la importancia de seguir estas recomendaciones para evitar incidentes. Aunque los casos de menores utilizando petardos inapropiados son cada vez menos frecuentes, todavía existen situaciones en las que niños lanzan artículos pirotécnicos sin tener la edad permitida, lo que aumenta el peligro de accidentes.
El reglamento clasifica los productos pirotécnicos en varias categorías (F1, F2, F3 y F4), cada una con un nivel de peligrosidad distinto. Para los petardos F1, cuyo nivel de riesgo es bajo, la edad mínima para su uso es de 12 años. Los F2 requieren que el usuario tenga al menos 16 años y deben ser utilizados en áreas delimitadas. Los productos de la categoría F3, de mayor peligrosidad, solo pueden ser utilizados por adultos de 18 años o más y en zonas amplias al aire libre. Por su parte, los petardos de la categoría F4 solo pueden ser manipulados por expertos.
Es esencial que los consumidores revisen el etiquetado de los productos antes de adquirirlos, verificando que el artículo esté correctamente envasado, cuente con el marcado CE, y tenga claras las instrucciones de uso y la edad mínima recomendada. La venta de petardos debe estar autorizada por la Delegación del Gobierno o comunicada a la Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil si se trata de establecimientos que solo venden artículos F1. Además, se prohíbe la venta por mensajería o correspondencia, y los compradores no pueden adquirir más de 10 kilogramos de productos pirotécnicos de las categorías F1, F2 y F3, ni transportarlos en vehículos particulares con más de 15 kilos de material explosivo.
Las autoridades hacen hincapié en que, aunque el uso de petardos forma parte de la tradición navideña, es fundamental actuar con responsabilidad para evitar que el ruido de la Navidad se convierta en un motivo de peligro o malestar para los demás.
EFE