Netflix acaba de lanzar por todo lo alto el reality grabado en Ibiza, Amor con fianza, que aparece promocionado en la plataforma como gran estreno.
La introducción del primer capítulo habla de «entorno idílico» y muestra imágenes del paisaje de la isla, pero no nombra expresamente a Ibiza, tal vez por el rechazo que generó en parte de la sociedad el rodaje de este reality que está basado, básicamente, en poner a prueba a parejas, en infidelidades y en edredonings (practicar sexo bajo el edredón, un término acuñado en el reality show Gran Hermano).
La productora Freemantle inició el mes de junio pasado el rodaje este programa que conduce Mónica Narajo al estilo de La isla de las tentaciones y que presenta como novedad el hecho de que las mentiras de los concursantes al respecto de sus infidelidades o relaciones de pareja son desveladas por un innovador detector denominado EyeDetect. Es más, el premio final al que podrán optar disminuirá si mienten.
Lo que ha trascendido es que se grabó en una mansión situada en es Cubells, municipio de Sant Josep. Y así se puede ver en los primeros capítulos: la típica villa vacacional ibicenca, con sus budas y sus chill outs.
Allí han convivido seis parejas las 24 horas del día.
La Plataforma Somos Ibiza lanzó un manifiesto de rechazo frontal a su grabación. Un manifiesto que fue respaldado por el Consell de Ibiza y los cinco ayuntamientos de la isla, además de por la Asociación Es Molí d’Eivissa, Ocio de Ibiza, AAVV Talamanca, Asoc. HLH, El Xiringuito, Teatre i Comunitat y La llave del Armario, colectivo LGTBIQ+, entre otros.
Es más, el Ejecutivo insular remitió un escrito a la productora solicitando que retrasaran el inicio de la grabación y se sentaran a hablar con ellos para asesorar a esta productora y “crear un producto que diera una imagen ajustada de la realidad de nuestra isla”.
Las parejas compiten por un premio en metálico de hasta 100.000 euros. El final se revelará en el capítulo de cierre, que saldrá en la plataforma el jueves 18 de noviembre.