Joan Miquel Perpinyà / Este país cainita parece incapaz de moderar su odio al adversario político ni en unas circunstancias tan dramáticas como las que sacuden a nuestro país y al mundo entero en este momento crítico. Ni contra una epidemia somos capaces de unirnos, aunque solo sea por ahorrarle más sufrimiento a las personas enfermas que atestan los hospitales y a los familiares de los más de 3.400 fallecidos que llevamos hasta ahora, cifra que sigue aumentando.
Ni contra una epidemia somos capaces de unirnos, aunque solo sea por ahorrarle más sufrimiento a las personas enfermas que atestan los hospitales
Como si estuviéramos ante un nuevo Prestige, el descarrilamiento de un Alvia o la caída de un Yakolev-42 repleto de militares, algunos políticos buscan irresponsablemente sacar rédito de la catástrofe que la sociedad española padece. Solo les importa retener (o alcanzar) el poder, sea como sea. Oficialmente, los dirigentes de los partidos dicen estar unidos y mostrar su apoyo al Gobierno, pero han puesto a la legión de lameculos y palmeros —de la que todos están bien provistos— a hacer el trabajo sucio en las redes sociales.
Los dirigentes de los partidos dicen estar unidos y mostrar su apoyo al Gobierno, pero han puesto a la legión de lameculos y palmeros —de la que todos están bien provistos— a hacer el trabajo sucio en las redes sociales.
Mientras unos reprochan al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos haber mostrado negligentemente su apoyo a las manifestaciones feministas del 8-M, estos achacan la actual situación a los recortes en sanidad que llevaron a cabo los gobiernos del PP en la anterior crisis económica, tras la quiebra de Lehman Brothers. Mientras unos denostan la sanidad privada otros contraatacan criticando que la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, esté ingresada en la elitista clínica Ruber de Madrid. Privada, por supuesto.
La izquierda reclama ahora unidad a la oposición, cual cheque en blanco, y la derecha responde recordando la poca responsabilidad y unidad que ellos mostraron en crisis infinitamente menos graves. Vamos, que nadie renuncia a hundir al adversario y todos arriman el ascua a su sardina.
El 6 de octubre de 2014, el concejal socialista de Santa Eulària, azote de la derecha, Alan Ripoll, escribía en Twitter: “al final será cierto que Ana Mato hará honor a su apellido con el tema del Ébola… primer contagio de Europa en España”. Merece la pena ahora destacar el enorme ingenio del joven político haciendo juegos de palabras con el apellido de la entonces ministra de Sanidad. No se le conoce oficio ni beneficio más que haber hecho carrera en la cantera socialista ibicenca, pero dada su incontinencia tuitera, pronosticamos que llegará lejos. Ya lo ha hecho, mucho más de lo que sería de esperar atendiendo a sus méritos propios. Pilar Costa ya tarda en hacerlo asesor de su Conselleria, injusticia que debe reparar cuanto antes.
Los que atacaban al Gobierno del PP porque hubo que sacrificar un animal doméstico de forma preventiva, ahora, con 3.434 muertos sobre la mesa —y aumentando—, acusan a los críticos de ser el “capitán a posteriori”. Quienes azuzan las redes sociales están consiguiendo que cada vez más gente opte por no abrirlas para dejar de verse salpicados por las excrecencias que los mamporreros con sueldo público se lanzan recíprocamente.
Quienes azuzan las redes sociales están consiguiendo que cada vez más gente opte por no abrirlas para dejar de verse salpicados por las excrecencias que los mamporreros con sueldo público se lanzan recíprocamente.
Pero no crean que entre los ‘populares’ no hay quien ajusta cuentas con los socialistas. La regidora de Sant Joan y diputada autonómica Tania Marí lanzó un hilo en Twitter para criticar la gestión de la presidenta Francina Armengol en este dramático momento. ¿No habíamos quedado que ahora no toca, que ya habrá mejor momento cuando se haya superado la epidemia? Lo dicen pero no lo hacen. La tentación de sacudirle al Gobierno es demasiado fuerte.
Quienes se comportan así en tan dramática coyuntura lo hacen para ir en un puestos de salida en las próximas elecciones. Creen que actuando tan indignamente hacen puntos en sus respectivas formaciones y como eso es lo único que parece importarles, pues se trata de asegurarse la nómina, lo demás les importa un bledo. ¿Creen que les interesan las víctimas, los enfermos o nuestro confinamiento? Ellos parecen encantados echándose mierda en Twitter. Espero que la ciudadanía no olvide este triste espectáculo cuando llegue el momento.