@Noudiari / Martina Rossi cayó al vacío desde un sexto piso en un hotel de Cala Major en Mallorca el 3 de agosto de 2011 a las siete de la mañana muriendo casi en el acto a los 20 años de edad. El juzgado de instrucción número 11 de Palma decretó el archivo del caso al no encontrar indicios de criminalidad y lo consideró como suicidio. Ahora, la justicia italiana ha resuelto el caso y ha condenado a los dos hombres que la agredieron y de los que trató de huir pasando al piso contiguo cuando resbaló de la cornisa.
Los padres de Martina nunca creyeron que su hija se había suicidado tal y como dictó la sentencia balear por lo que buscaron ayuda en Italia, su país natal y también el de los condenados por su muerte.
Los agresores se delataron a ellos mismos cuando fueron llamados a declarar como testigos mientras esperaban en una habitación con una cámara oculta, imágenes y audios que han sido claves en la resolución del caso y la culpabilidad de ambos. Unas imágenes con audios que se entienden perfectamente que consiguió la Policía judicial italiana con una cámara oculta en una habitación en la que esperaban los acusados antes de declarar como testigos, han sido cruciales para la sentencia de culpabilidad.
Durante su conversación, los dos acusados se delataron ellos mismos al hablar de que no había trascendido ninguna información sobre violencia sexual. Además, una segunda autopsia reveló que Martina sufrió golpes antes de morir ya que presentaba fracturas la cara, hinchazón del hombro, arañazos y otras lesiones que no se corresponden con una caída suicida.
Los abogados de los acusados han insistido durante el largo proceso abierto en Italia que la sentencia de Mallorca era la que valía y trataron de dejar a Martina como una personas inestable «que se volvió loca y empezó a gritar y luego saltó por el balcón», según declaró uno de los acusados. El fiscal y las grabaciones poniéndose de acuerdo para dar otra versión fue clave para desmontar la defensa.
Ahora que la justicia italiana ha condenado a los culpables resolviendo el caso, la familia Rossi aún espera una disculpa formal por parte del Govern balear o el Tribunal Superior de Justicia de Balears.