EFE / La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) considera que existe ya un riesgo real de que las navieras no incluyan puertos españoles en su programación de este verano, dado que aún se desconoce cuándo se levantará en España la prohibición de escalas de cruceros internacionales.
Aunque CLIA lleva advirtiendo desde hace tiempo de dicho riesgo, «ya estamos empezando a entrar en una zona bastante crítica de que podamos llegar a un punto de no retorno para el verano», ha señalado a Efe su director para España, Alfredo Serrano.
Aparte de algunas navieras que han retomado su actividad, hay otras que ya han establecido planes concretos sobre lo que van a hacer a partir de mayo y junio y han empezado a vender «de una manera muy agresiva».
Si hay puertos españoles programados, obviamente están sujetos a la reanudación de los cruceros internacionales en el país, y «es muy complicado pensar, estando ya en abril y quedando dos meses escasos para el verano, en que todavía las compañías se planteen poner un barco en España, cuando hoy por hoy no tienen la certeza de poder hacerlo».
«No es que esto signifique que no vaya a haber ningún barco, pero seguro que habrá significativamente menos» que si la decisión sobre el levantamiento de la prohibición se hubiese tomado hace dos o tres semanas, ha explicado.
Desvío al Mediterráneo Oriental
Algunos de los barcos que se están anunciando para el Mediterráneo oriental, originalmente iban a venir al Mediterráneo occidental, es decir a España, y estos en concreto «muy probablemente no van a volver este verano. Quizá lo hagan el año que viene», ha agregado.
A su juicio, dependerá de cada una de las compañías y, especialmente, de la capacidad que piensen que tienen para poder, con el poco tiempo del que disponen, contar con una ocupación aceptable, así como de las alternativas que tengan en otros lugares y, si son más seguras, optarán por ellas. «Lógicamente, cada compañía tiene una política comercial distinta y una tolerancia al riesgo diferente», ha apuntado.
El Mediterráneo oriental, donde las autoridades buscan facilitar en la medida de lo posible la llegada de los cruceros, se está activando bastante y prácticamente cada semana se anuncia una nueva ruta.
También la zona del Báltico se está despertando poco a poco, mientras en el Reino Unido, un mercado muy importante de cruceristas, ya se están programando itinerarios nacionales, de acuerdo con las etapas marcadas por el Gobierno británico para la reanudación de los cruceros.
Primero, se retoman los nacionales; en segundo lugar, se permite navegar fuera del país, pero embarcando en el Reino Unido, y, finalmente, se podrá tomar un avión e ir de crucero en el extranjero.
En España, donde navieras como TUI Cruises, Aida o Hapag-Lloyd han operado cruceros de cabotaje desde noviembre pasado en Canarias, hay «un interés bastante generalizado» por parte de otras comunidades autónomas en replicar dicho modelo, pero todavía no ha habido ningún anuncio concreto que diga qué se va a hacer.
Cruceros en Venecia
En cuanto a la decisión de Italia de desviar temporalmente los grandes barcos de Venecia al Puerto Marghera, en tierra firme, a la espera de la convocatoria de un concurso de ideas que los saque de la laguna, Serrano se ha mostrado «moderadamente satisfecho» de que se esté abordando por fin un tema que lleva «coleando» desde hace mucho tiempo.
El directivo espera que se pueda encontrar en un plazo razonable una solución a un problema que los cruceros no han causado -van a los puertos que deciden las autoridades de cada país- y que llevan años pidiendo que se aborde, pero de manera que se respete el derecho de los cruceristas de poder visitar cualquier destino.
El sector podrá adaptarse a cualquier solución que garantice este derecho, ha añadido Serrano, quien ha lamentado que, en algunos medios, se esté dando a entender que los cruceros no apoyaban o rechazaban ese proceso, cuando es al contrario.
En este sentido, ha recordado que, a pesar de que se revocó una orden de 2013 que impedía la entrada de grandes barcos a Venecia, el sector voluntariamente decidió no llevar cruceros de dimensiones muy grandes a la ciudad desde entonces.
A veces, se habla de la responsabilidad de los cruceros en la congestión turística de Venecia y, sin embargo, suponen un 5 % de los visitantes que recibe en un año normal. «No queremos decir que no tengamos que contribuir a trabajar en la descongestión, pero es un porcentaje bajo», ha matizado.