El Parlament de las Illes Balears aprueba este martes la Iniciativa Legislativa Popular del GOB de Bienestar para las generaciones presentes y futuras. Pablo Jiménez, diputado de Unidas Podemos en el Parlament, ha explicado que «esta ILP abre el camino a reordenar las prioridades, poniendo en primer lugar las personas y su bienestar, pero también el sistema ecológico en el que nos insertamos, sin el cual no es posible lograr lo anterior».
«Esta es una victoria de la participación ciudadana», ha subrayado Pablo Jiménez sobre la ILP. Además, ha añadido que «ante una situación provocada por un sistema que basa su supervivencia en la producción y el consumo sin límites, es lógico plantear controles y límites a potenciales acciones de deterioro ambiental y social, además de abrir la puerta a la presentación de alternativas que traten de impulsar una transición hacia otro modelo, más justo social y ambientalmente».
«Esta iniciativa ha contado con nuestro apoyo desde el principio. En ella, sus promotores explicaron que solo será posible garantizar el bienestar de las generaciones futuras si organismos e instituciones públicas y privadas, en términos ambientales, económicos, sociales o culturales, tienen en cuenta en la planificación de sus actividades sus externalidades negativas. Algo fundamental, que compartimos, para conseguir un equilibrio entre la actividad económica y el funcionamiento ecosistémico. Cualquier actividad humana tiene un impacto en la naturaleza. Conocer sus características y su profundidad o intensidad es por tanto fundamental para su planificación», ha explicado Pablo Jiménez desde el atril. «Lo que plantea el GOB es que estamos ante una crisis ecosocial, una situación de emergencia ecológica caracterizada por el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad, pero también con graves problemas sociales que afectan a una gran parte de la población. Ser consciente de ello es importante para pensar en ese futuro», ha afirmado Jiménez.
En ese mismo sentido, el diputado de Unidas Podemos ha subrayado que «es necesario emprender una relocalización ecológica, cercana y solidaria de la producción, en condiciones sociales y ambientales óptimas, renunciando al consumo desaforado sin sentido. Se trata de impulsar una diversificación económica de ámbito local, alternativa al modelo actual basado casi exclusivamente en el turismo, que redundaría en un descenso notable de las emisiones globales debido a la reducción del transporte marítimo y aéreo y que llevaría a una reinterpretación de los modelos productivos».
Pablo Jiménez ha indicado en conclusión que «se trataría por tanto de ir desgranando propuestas que implique lo colectivo frente a lo individual, no presionando más al territorio con nuevas construcciones e infraestructuras, priorizando la rehabilitación de viviendas y los espacios urbanos, revalorizando los sistemas alimentarios locales, favoreciendo el transporte público, potenciando las renovables, pero sobre todo la eficiencia energética y el autoconsumo, implementando una estrategia de circularidad y residuo cero, aumentando la preservación de los espacios naturales protegidos y otros elementos». En ese sentido, para finalizar, Jiménez ha destacado que «no se trata de salvar al planeta sino de no transgredir los límites que cambiarán la ecuación de la vida tal como la conocemos para poder seguir habitándolo juntamente con las otras especies que lo pueblan. Decía el profesor de filosofía Jorge Riechmann, y tiene mucho que ver lo que hoy aquí aprobamos, que “no se trata de salvar el planeta: la cosa va de no convertirnos en asesinos de nuestros hijos e hijas, nietas y nietos».