Me ha sorprendido haber visto estos días tanto blanco por Vila. Y tengo curiosidad para comprobar qué está pasando en el resto de la isla.
Resulta que todo el sistema civilizado se ha visto agitado por un ser microscópico, con forma de bola peluda. Un coronavirus. Y en la isla, igual que en otros lugares turísticos, ha provocado la paralización o la incertidumbre de la celebración de eventos planeados.
Blanco que me ha excitado la mente. Tras décadas de tener que ver y soportar colorines chillones y títulos rimbombantes, de tal señor que pincha allí, o tal festival que sucede allá, hoy, de repente, esos soportes brillaban en blanco.
Será una temporada turística difícil, peor será el invierno, me temo.
Pero ver las vallas publicitarias de todo el primer cinturón de ronda en blanco, me ha permitido imaginar mil y un anuncios que pueden ocurrir en la isla, para rellenar el vacío de las fiestas y sus pinchadiscos que no podrán celebrarse.
Por suerte, las han dejado en blanco. El tedio de soportar esos carteles anunciando los cierres de discos del año pasado se me hacía insoportable. Tal vez podrían haberlas dejado en negro. Sea como sea, puede ser sencillo buscar otras ideas, para rellenar esos huecos que dejarán libres esos carteles, y publicitar otros encantos de la isla.
Por ejemplo, si esas vallas publicitarias que ahora deslumbran en blanco, se hiciesen transparentes -o fuesen fulminadas- entonces se podría contemplar el paisaje de la isla. Qué encanto.
Y, además, por la noche, veremos más estrellas de las que veíamos. A quien corresponda, le doy las gracias.
Que, a parte de ser ilegales, desde 1991 algunas, y desde 2005 casi todas, estas vallas publicitarias tuviesen iluminación toda la noche, en verano y en invierno, tenía bemoles…
Aleluya.
Pep Toni Roig Roselló,
arquitecto
Muchas gracias Alcalde
Poco mérito tienen los alcaldes en esta aventura. El de St Josep afirmaba que era un tema muy complejo y no podían dedicar recursos a denunciar a la empresa, que seguía infestando la Ctra del Aeropuerto. Y el de Vila en este caso, tampoco tiene mucho mérito, porque ni está ni se le espera