Por D.V: El comunicado de la policía local de Sant Josep en el que hablaba de “un grupo que practica regularmente la santería en Sant Jordi” ha generado perplejidad, extrañeza e inquietud. Algunos lectores, incluso, han preguntado si la noticia en cuestión era la típica inocentada del día 28. La noticia es absolutamente cierta, lo cual nos permite resumir algunas claves que definen a esta forma de religiosidad muy popular en el Caribe y en Brasil.
Orígenes del culto
La santería, también conocida como ‘Regla de Osha-Ifá’ es una religión sincrética, que nace de la unión del cristianismo con los cultos yorubá, procedentes de África Occidental. La santería surgió cuando, a principios del siglo XIX, decenas de miles de yorubás fueron capturados y vendidos como esclavos en Cuba, centroamérica y Brasil. Las autoridades católicas prohibieron a los esclavos realizar sus tradicionales ritos animistas, en los que identificaban la presencia de una alma divina tanto en ciertos objetos como en los elementos de la naturaleza. Los descendientes de los yorubás, para mantener su fe, trasladaron sus creencias animistas a las diversas figuras del santoral católico, disfrazando su religión original y creando un sincretismo de creencias.
La santería suplanta a las imágenes cristianas los cultos animistas. Así, algunos intérpretes han identificado al Dios cristiano con Olodumare -nombre con el que se nombra a la energía creadora que mueve el mundo y origen de todas las cosas-, a la Virgen María con Yemanyá, y a los santos cristianos y los ángeles de la guarda con los diferentes Orishas, manteniendo el carácter original, protector y guerrero, de estas figuras.
No hay que olvidar que, a su vez, el cristianismo es un politeísmo encubierto. La clave del éxito del cristianismo radica en que ha actuado como una esponja desde sus primeros tiempos, cuando absorbió elementos de diferentes cultos -como la devoción a Mitra o el monoteísmo del culto al Sol Imperator-. Posteriormente, se fundió con el politeísmo pagano y estableció esa asombrosa variedad de vírgenes y santos que permiten que cada cual tenga una devoción especial a su imagen particular.
Los sacrificios en la santería
El aspecto que resulta más llamativo a nuestros ojos es la existencia de la muerte de un animal en algunos rituales -en Sant Jordi se halló un pollo-. Estos sacrificios se realizan cuando se solicita al santero u olorisha que realice algún conjuro adivinatorio o curativo. En ningún caso, la santería establece maldiciones o males de ojo. Tampoco hay que confundirla con el vudú, que se trataría de la variante mágico-religiosa que el culto yoruba adoptó en Haití.
Un aspecto extraño del hallazgo de Sant Jordi es que los restos del ritual santero se hayan encontrado en un descampado al aire libre, al lado del campo de fútbol, ya que el culto de santería se realiza en el interior del domicilio de los practicantes.
En países como Cuba o Brasil la santería está muy extendida, con lo que estos cultos no deberían extrañarnos. No obstante, tampoco se descarta la posibilidad de que los practicantes de Sant Jordi sean españoles amantes de lo nuevo, lo extravagante, o se hayan sentido atraídos por este universo colorista de santos y pollos degollados. En cualquier caso, esto es algo que sólo atiende a la esfera privada de las creencias de cada uno.